Declaración conjunta de las secciones sindicales de CGT en Ferrol y en Cartagena

Lo primero que hay que decir es que la falta de información a los trabajador@s por parte del comité intercentros es escandalosa. El oscurantismo informativo sólo favorece a la empresa, que además está a la ofensiva, como demuestra la “asamblea virtual” que convoca hoy, y que debe ser boicoteada por los comités de todas las factorías y por los propios trabajador@s.

Están circulando informaciones sobre aspectos que no aparecen en la propuesta de preacuerdo, pero que, en caso de aceptarse este, se incluirían supuestamente en actas complementarias. El texto de esas actas tiene su importancia. ¿Dónde están los borradores? ¿O es que ahora hay que fiarse de la palabra de la empresa?

¿Tiene aspectos positivos este preacuerdo? Muy pocos. Y alguno que lo parece, no lo es.

Para empezar, algunos fueron ganados por sentencias judiciales (entrega al intercentros de los informes de masa salarial o inclusión en el vitalicio de los GP1-GP2 procedentes de GP3-GP4).

Otros se limitan a incluir aspectos ya establecidos (teletrabajo). Ni siquiera la flexibilidad en el horario de entrada-salida es una novedad, puesto que ya se estaba aplicando en alguna factoría.

Y otros, como la mejora económica del turno y las pruebas de mar, o la posibilidad de disfrutar las vacaciones hasta el 30 de septiembre del año siguiente, tienen un alcance muy limitado.

Por el contrario, este preacuerdo tiene múltiples aspectos negativos:

  • Está muy lejos de las principales reivindicaciones de la plataforma de los trabajadores:
    • No solo no recuperamos poder adquisitivo, sino que seguimos perdiéndolo. Entre 2009 y 2022, la inflación acumulada fue del 28,9%; en ese mismo período, nuestros salarios aumentaron un 14,2%.
    • No se eliminan las diferencias de derechos en función del grupo
    • No se eliminan los niveles de entrada más bajos (E10 y D4).
    • No se recupera un sistema de promociones para todo el
    • No hay avances en las licencias
    • No se exige a las compañías la aplicación del convenio del
  • En algunos aspectos hay claros retrocesos:
    • Obligatoriedad de cubrir el turno siguiente “en casos excepcionales”.
    • Se introduce, por primera vez, un complemento salarial variable en operarios- empleados (nivel E9) con “un importe máximo del 5% de la retribución fija anual”, cuyo cobro dependerá del cumplimiento de objetivos (productividad y polivalencia del equipo) y de la opinión del mando, complemento que aun encima sería absorbible al pasar a
    • Introducción de las horas

 

  • Y otros aspectos (contrato de relevo, complemento de jubilación, clasificación profesional) quedan pendientes de ser definidos en comisiones de Que, tras la experiencia de este convenio, nos vengan de nuevo con este cuento es de chiste.

La propuesta de convenio es claramente mala. La empresa juega al “divide y vencerás”, y por eso ofrece alguna mejora en cosas que no afectan a todo el mundo: mejora a D3- E9, pero no a D4-E10; mejora significativamente el turno o las pruebas de mar, en vez de los sueldos base. Aumentar mucho el valor de estos complementos también le permitirá usarlos como arma discriminatoria (dándoselos a los trabajadores afines y sacándoselos a los “desafectos al régimen”).

¡Hay que luchar!

Los trabajadores de Navantia llevamos años retrocediendo. La pérdida de poder adquisitivo en los últimos 10 años es evidente. A ello se le suman los retrocesos del convenio actualmente en vigor: desaparición del derecho de asimilación, desaparición del sistema de ascensos, dos niveles de entrada con recortes salariales muy importantes, menos derechos para los nuevos ingresos…

Estos retrocesos también son culpa de unos sindicatos mayoritarios que los asumieron y que siempre encuentran una buena excusa para no luchar.

El contexto de este convenio nos era, a priori, favorable a los trabajadores: carga de trabajo, ausencia de recesión económica y gobierno progresista. Pero los sindicatos mayoritarios tenían sus propios planes: para empezar, volver a negociar conjuntamente el convenio y el plan. Por eso, aunque el convenio acabó el 31 de diciembre de 2021, dejaron pasar todo el 2022 sin hacer absolutamente nada, para que convenio y plan coincidieran.

Ya en este año, también dejaron pasar el primer trimestre sin hacer movilizaciones. La campaña electoral del mes de mayo también fue desaprovechada.

Y ahora nos encontramos con un ultimátum de la empresa para aceptar el plan y el convenio antes del viernes de la semana que viene. Es un chantaje en toda regla.

Por supuesto, los sindicatos afines a la empresa ya empezaron su labor de infundir el miedo entre los trabajadores: es mejor firmar porque a lo mejor viene la derecha. La CGT no desea una victoria de la derecha en las elecciones del 23-J. Pero, si ganara, en cualquier caso nos tendríamos que ver las caras con ella a la vuelta de nada, puesto que la vigencia de este II Convenio Único sería hasta el 31 de diciembre de 2024.

La CGT no se va a dejar chantajear por la empresa y sus sindicatos afines. La campaña electoral de las generales está en ciernes. Tenemos que decir NO a la firma de este preacuerdo y aprovecharla para movilizarnos, todas las factorías unidas, en demanda de nuestras reivindicaciones. El otro camino, el del mal menor y la resignación, solo conducirá a seguir perdiendo derechos.

Respecto al Plan Horizonte 5.0, es un cúmulo de abstracciones que parece responder a intereses electorales. No concreta nada ni en el terreno de la inversión ni en el del empleo. Todo lo deja abierto a futuras negociaciones año a año. No podemos aceptarlo.

¡No más retrocesos!

¡Sí a la lucha por un convenio digno!


Fuente: CGT-Navantia