Entrevista completa que realizó La Marea al Secretario General de CGT, José Manuel Muñoz Póliz, y que se publicó reducida en su edición de papel.

Hace un siglo, el anarcosindicalismo contaba con un millón de afiliados en España. Hoy, no alcanza los 100.000, pero ha ganado apoyos en los últimos años. Desde octubre de 2013, José Manuel Muñoz es secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT). En vísperas del 1 de mayo, responde al cuestionario de La Marea. Esta entrevista forma parte del dossier especial del número 16 de la revista de La Marea, sobre la crisis del sindicalismo en España.

¿Hay una crisis en el sindicalismo?

Hace un siglo, el anarcosindicalismo contaba con un millón de afiliados en España. Hoy, no alcanza los 100.000, pero ha ganado apoyos en los últimos años. Desde octubre de 2013, José Manuel Muñoz es secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT). En vísperas del 1 de mayo, responde al cuestionario de La Marea. Esta entrevista forma parte del dossier especial del número 16 de la revista de La Marea, sobre la crisis del sindicalismo en España.

¿Hay una crisis en el sindicalismo?

Si, hay una crisis en el sindicalismo institucional, al igual que en las instituciones del Estado, pues todos representan lo mismo. Construido en base a un modelo que nunca ha contado ni representado a los/as ciudadanos/as, cuyo resultado nos ha llevado a este desastre, en lo laboral, en lo social, en las libertades y derechos.

¿Qué diferencia a su sindicato del resto?

Nosotros no hacemos un sindicalismo de concertación. Hacemos un sindicalismo reivindicativo, en defensa de lo que proponen los/as trabajadores/as. Lo más importante es que no dejamos que nadie nos represente sino que lo hacen las personas afectadas de manera directa, con el respaldo del resto (acción directa, apoyo mutuo y solidaridad).

¿Por qué ha aumentado el desapego hacia los grandes sindicatos?

Porque han estado más pendientes de mantener buenas relaciones y materializar pactos con CEOE y gobiernos, que de defender los derechos de la clase trabajadora. Al igual que cualquier otra institución del Estado y partidos políticos, han entrado en una dinámica de corrupción que les aleja del cometido y de la defensa de aquellas personas a quienes dicen representar.

¿Qué valoración hace del papel de su sindicato desde 2008? ¿Qué autocrítica hace?

Hemos contribuido, de una manera modesta, a que la gente tome conciencia de la situación y a que reconozcan otras formas y modelos de hacer sindicalismo, entendiendo que la lucha y la confrontación es el único camino y en eso CGT ha hecho un gran papel durante esta crisis/estafa. Como todas las organizaciones hemos perdido demasiado tiempo en debates internos estériles que restan capacidad de intervención.

Tras el 22-M, ¿cree que los movimientos sociales tienen más poder de convocatoria que los sindicatos?

En el 22-M hemos participado muchos sindicatos al margen de los institucionales. Lo que se ha demostrado en esta movilización es su pérdida de poder de convocatoria.

¿Los sindicatos deberían de defender también a los 2,3 millones de autónomos o sólo a los trabajadores asalariados?

Los sindicatos deben ser instrumentos de defensa para los trabajadores que dependen de un salario o de una renta por su trabajo. La frontera está en tener trabajadores a su cargo o lo que es lo mismo, un empresario con trabajadores asalariados.

Desde la década de 1980, la transformación del mercado laboral va mucho más rápido que la de los sindicatos. ¿Qué lastra su renovación?

Que los sindicatos institucionales han sido parte de esos cambios laborales y a los demás, como a CGT, nos han impedido participar en todas las negociaciones importantes y determinantes, al ponernos la marca de sindicatos no representativos. El modelo de representación sin participación que han impuesto con la conformidad de la mayoría, en la actualidad se demuestra que ha fracasado.

Ante las críticas de falta de transparencia de los sindicatos y los recientes escándalos, ¿qué pasos va a dar en el futuro su organización?

CGT no tiene problemas de corrupción. Nunca hemos participado en los cursos de formación del FORCEM. Nunca hemos estado de acuerdo ni hemos firmado ERE, ni en las empresas públicas ni en las privadas con beneficios, ni hemos obtenido nunca ningún beneficio por participar en la negociación. Tenemos acuerdos de congreso de rechazar todas las subvenciones.

¿Un sindicalista tiene que sentarse en la mesa de negociación con el Gobierno y la patronal?

Si, teniendo claro los intereses que representas y antes de cerrar ningún acuerdo deberás tener el permiso/acuerdo expreso de aquellos a quienes estás representando en ese momento, que han tomando las decisiones en las asambleas, pues nosotros sólo somos portavoces.

¿Ve necesario convocar una huelga general? ¿Es posible lograr el apoyo suficiente?

En la medida que los poderes no están atendiendo las reivindicaciones expresadas en la calle de la mayoría social, es evidente que debemos dar una respuesta, lo cual nos lleva a convocar una Huelga General, laboral, social, de consumo, … por el tiempo que sea necesario para ser escuchados/as. El 22-M ha sido un buen termómetro que demuestra la capacidad de movilización y el grado de indignación social, sin embargo esto no ha hecho más que empezar.

¿Por qué hay tan pocas mujeres en las bases y al frente de los sindicatos?

Porque la igualdad de la mujer todavía es una aspiración y tienen graves dificultades para compatibilizar el desarrollo de sus inquietudes con el papel que le ha asignado la sociedad. De todas formas, en CGT intentamos que cada vez haya mayor equilibrio a este respecto.

La Marea

Muñoz (CGT): «Los grandes han estado más pendientes de pactar que de defender a la clase trabajadora»


Fuente: La Marea