El derrumbe se produjo cuando ambos encofradores excavaban en un hueco de tres metros donde irá un ascensor
Los trabajadores fallecidos ayer en el barrio de Guadalupe de la localidad guipuzcoana de Legorreta se encontraban realizando unos trabajos de excavación en una zona cercana a una sidrería cuando se produjo el desprendimiento de tierras, según informó ayer el Departamento de Interior del Gobierno vasco.
El derrumbe se produjo cuando ambos encofradores excavaban en un hueco de tres metros donde irá un ascensor
Los trabajadores fallecidos ayer en el barrio de Guadalupe de la localidad guipuzcoana de Legorreta se encontraban realizando unos trabajos de excavación en una zona cercana a una sidrería cuando se produjo el desprendimiento de tierras, según informó ayer el Departamento de Interior del Gobierno vasco.
El derrumbe, ocurrido sobre la doce del mediodía, sepultó a los dos encofradores, que estaban limpiando las zapatas de un muro en un hueco de aproximadamente tres metros de profundidad donde irá un ascensor, remarcaron técnicos del Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laboral (Osalan).
Los cuerpos de las víctimas mortales fueron rescatados por los bomberos. A.B.N., de 37 años, murió en el mismo lugar del siniestro. Su compañero, J.M.R.Z., de 52 y vecino de San Sebastián, fue localizado aún con vida y trasladado en una ambulancia medicalizada a la clínica de La Asunción de Tolosa, donde falleció posteriormente. Ambos operarios pertenecían a la empresa Excavaciones Mendizabal, subcontratada por Construcciones Urrela.
Con el accidente de ayer, el número de muertos en siniestros laborales en el sector de la construcción en el País Vasco y Navarra en lo que va de año suman ya 18, denunció un portavoz de ELA. Representantes de esta central, LAB, ESK y STEE-EILAS se concentrarán a mediodía de hoy en Legorreta para protestar por un siniestro que Osalan no descarta que se produjera por « falta de medidas de seguridad ».
A la espera del « informe definitivo », es la tesis que sustenta « el primer análisis » realizado por esta firma. Si bien la empresa « contaba con un plan de seguridad », Osalan subraya que los encofradores trabajaban en una zona donde no había « ni muro-pantalla ni ninguna entibación » y que el terreno cedió debido a su « carácter arcilloso ».
Fuente: EL CORREO
