Chang B., un obrero chino, de 41 años, murió ayer en la localidad madrileña de Móstoles al recibir una descarga eléctrica mientras trabajaba en un edificio en construcción. Era el encargado de la obra, de la subcontrata Coperfa. La empresa principal era Editec. Tanto CCOO como UGT denunciaron que no existían las medidas adecuadas de prevención de accidentes.

Chang B., un obrero chino, de 41 años, murió ayer en la localidad madrileña de Móstoles al recibir una descarga eléctrica mientras trabajaba en un edificio en construcción. Era el encargado de la obra, de la subcontrata Coperfa. La empresa principal era Editec. Tanto CCOO como UGT denunciaron que no existían las medidas adecuadas de prevención de accidentes.

Sobre las diez de la mañana el trabajador colocaba unas losas para en las ventanas de unas oficinas de Repsol. Estaba subido en una cesta metálica que chocó directamente con un cable de media tensión que había debajo. La descarga eléctrica fue inmediata y mortal.

“Bajo ningún concepto la cesta debería haber estado cerca del cable”, explicó, Víctor García, secretario de Salud Laboral de la Federación de Construcción de CCOO. García indicó que, aunque la grúa no hubiera chocado con el cable, la descarga se hubiera producido igual ya que no estaba suficientemente separada y no cumplía la distancia de seguridad.

El contacto eléctrico es la tercera causa de muerte en accidente laboral en 2007, según datos de UGT. Con esta muerte ya son 121 los obreros fallecidos en su puesto de trabajo en lo que va de año. UGT denunciará a la subcontrata a la Inspección de Trabajo y trasladará el caso a la Fiscalía “por haber incumplido la Ley de Prevención de Riesgos Laborales”.

Con subsidio por incapacidad

Además, ayer el juzgado de lo social reconoció el pago del subsidio por incapacidad para Jaime Javier Aguilar Brites, según los servicios jurídicos de UGT. Se trata del obrero paraguayo que se abrasó el año pasado en el 85% de su cuerpo mientras reformaba los sótanos de la sede del PP de la calle de Génova.

Cuando sucedió no tenía ni papeles, ni contrato, ni estaba dado de alta en la Seguridad Social, a pesar de que hacía meses que trabajaba en la subcontrata. La sentencia renoce ahora esa relación laboral.


Fuente: PATRICIA RAFAEL / publico.es