granada. AndalCarlos Óscar Romero Guzmán, de 20 años y nacido en Bolivia, aunque criado en Argentina, se sumó ayer a la lista de víctimas mortales en accidente laboral. El joven cayó por el hueco de un ascensor del edificio situado en el número 7 del Camino de Albolote en Maracena, por una altura de unos ocho metros en la tarde del pasado lunes. Pocas horas después, en torno a la una de la madrugada, falleció en el Hospital de Traumatología.
En la mañana de ayer, una vez que hubo trascendido la noticia del fallecimiento, el departamento de Policía Judicial de la Guardia Civil abrió una investigación para esclarecer las circunstancias en que se produjo el siniestro. Además de citar a declarar al empresario responsable de Robles Santiago SL, los agentes tomaron declaración al hermano del fallecido, que confirmó su intención de denunciar a la compañía con la que presuntamente trabajaba la víctima. Al parecer, según confirmaron familiares de Romero Guzmán, el empresario tenía retenido el pasaporte a la víctima, que no poseía permiso de residencia en España, hecho que también estaba dispuesto a hacer constar su hermano en la denuncia.
La versión de lo sucedido por parte de la empresa, ofrecida en el mismo lugar de los hechos en la mañana de ayer, alude a que el trabajador fallecido y su hermano son ajenos a la obra. Según la empresa, acudieron a pedir trabajo al lugar, preguntaron por el encargado que en ese momento estaba sobre el andamio en la tercera planta y subieron en su busca. En ese momento, según la empresa -que afirmaba tener todas las medidas necesarias-, es cuando se produce el accidente.
Sin embargo, esta versión la desmienten vecinos y comerciantes de la zona ya que, además, la obra no es visible desde el exterior. Los comerciantes reconocen haber visto al fallecido y su hermano durante los diez días que lleva la obra. «Aquí venía a diario con su hermano a comprar el pan para el bocadillo», señalaba la responsable de una tienda cercana.
Vecinos y comerciantes señalaban que antes de que se personara la Policía Local de Maracena, vieron a trabajadores de la empresa introducir materiales en el edificio. Francisco Sánchez, vecino del inmueble que alertó al 061, señaló ante la Policía Judicial y los medios de comunicación : «La tela verde no estaba, no estaba ninguna de las vallas de protección ni tres de las bandejas que ahora hay, sólo había dos y estaban llenas de ladrillos».
«Lo atendí con una toalla primero yo sólo y después llegó otra vecina mientras el resto de trabajadores recogían algunas cosas», agregó Sánchez, que denunció que no había ningún responsable de obra. «Cuando llegó la ambulancia -apuntó- el resto de trabajadores, la mayoría sudamericanos, salieron corriendo». Sin embargo, el jefe de la obra, Miguel Robles, se mostraba muy abatido ante los inspectores de trabajo y señalaba que causa «mucha impresión ver a una persona así», a la vez que, junto al abogado de la empresa, incidía en que no conocía al fallecido ante el presidente de la comunidad de vecinos, Ricardo Castillejo, quien reconocía no saber nada de lo ocurrido.