El trabajador, de 47 años, perdió el equilibrio y se precipitó desde seis metros a un patio interior del monasterio de las Carmelitas Descalzas
« Pobre, tan buena persona como era », repetía ayer Ana, una mujer de avanzada edad que habita en una vivienda anexa al convento de las Carmelitas Descalzas, junto al Hospital San Luis, mientras recordaba emocionada a Pedro Mínguez Salvador, un albañil al que conocía bien de otros trabajos realizados para el Monasterio de San José y Nuestra Señora de la Calle y que ayer falleció en el tajo, al precipitarse al vacío desde una altura superior a los seis metros mientras cumplía un cometido más encargado por las religiosas de clausura, la reparación de la cubierta del edificio.
El trabajador, de 47 años, perdió el equilibrio y se precipitó desde seis metros a un patio interior del monasterio de las Carmelitas Descalzas

« Pobre, tan buena persona como era », repetía ayer Ana, una mujer de avanzada edad que habita en una vivienda anexa al convento de las Carmelitas Descalzas, junto al Hospital San Luis, mientras recordaba emocionada a Pedro Mínguez Salvador, un albañil al que conocía bien de otros trabajos realizados para el Monasterio de San José y Nuestra Señora de la Calle y que ayer falleció en el tajo, al precipitarse al vacío desde una altura superior a los seis metros mientras cumplía un cometido más encargado por las religiosas de clausura, la reparación de la cubierta del edificio.

« Es una pena lo que ha pasado, yo estoy como tonta, de un lado para otro. Para ellas es un golpe muy duro », comentaba la mujer en referencia a las Misioneras de las Carmelitas Descalzas, que ayer más que nunca se refugiaban intramuros. Al otro lado del torno, la madre superiora declinaba hacer cualquier comentario al respecto, y al ser preguntada por el efecto del triste suceso en la congregación se limitaba a decir : « Imagínese, no estamos acostumbradas a estas cosas ».

Se refería, amén obviamente de a la trágica muerte de quien había hecho reformas en más ocasiones para el convento -la longeva Ana señalaba cómo Pedro había puesto el suelo de la vivienda en la que ella habita-, a la concurrida presencia de policías, personal del 112 y de los servicios funerarios instantes después de que el albañil quedase inerte en el patio del convento.

Eso ocurrió sobre las 8.30 horas, cuando Pedro Mínguez Salvador, un trabajador autónomo de 47 años residente en el barrio del Cristo de la capital palentina, casado y con dos hijos, se encontraba subido en la cubierta del edificio, a una altura de más de seis metros, reparando el tejado. Un andamio en la parte trasera del monasterio permitía ayer, con una simple mirada hacia arriba, divisar una parte en la que no había tejas y sí una carretilla y herramientas. Abajo, al lado, una furgoneta con el nombre de la empresa -Construcciones P. M. Salvador- permanecía aparcada.

Al parecer, según las primeras hipótesis de la Policía, el operario pudo perder el equilibrio y cayó de cabeza desde esa altura al patio interior del convento, impactando contra el suelo. Pedro Mínguez Salvador, que estaba solo -ninguna persona vio cómo se produjo el accidente- falleció en el acto.

Con una carretilla

El jefe de la Oficina Territorial de Trabajo de la Junta en Palencia, Miguel Meléndez, apuntó ayer como hipótesis que el trabajador pudo caerse cuando manejaba una carretilla en el tejado del edificio, que, por causas aún desconocidas, chocó contra algún obstáculo y le hizo perder el equilibrio antes de precipitarse al patio interior.

Meléndez añadió además que, con toda probabilidad, el obrero fallecido no llevaba un arnés de seguridad, aunque matizó que hay que esperar a las conclusiones de los informes de la Unidad de Seguridad y Salud Laboral de la Junta y de la Inspección de Trabajo.


Fuente: www.nortecastilla.es