Las últimas manifestaciones del 15 de mayo, a una semana de las elecciones del día 22, nos demuestran que existen otras propuestas al margen de las que representan los partidos políticos oficiales. Alrededor de 52 manifestaciones se han realizado por todo el territorio del estado español, pidiendo una democracia real que represente al pueblo, esto es a los trabajadores y a la ciudadanía en general. Estas protestas en la calle son una evidencia más de que la clase política está superada por las necesidades cotidianas que la sociedad necesita.
Sueldos políticos
Sueldos políticos
Mientras mogollón de jóvenes nos encontramos en situación de desempleo, existe una casta política que cobra sueldos excesivos, y es irónico que mientras miles de personas viven en situación de desempleo y sin ningún tipo de subsidio, afrontando desahucios, cortes de luz por impagos, otros viven a cuerpo de rey… Esto ultimo viene a cuento de los presupuestos anuales de la familia real, una monarquía que los ciudadanos no hemos elegido, y que viene impuesta como continuación de la dictadura franquista. Solo el presupuesto del rey como jefe de estado asciende a 8,896 millones de euros.
Mientras se rescata a la banca, entidades privadas con dinero publico, también es de interes general ver lo que cobran nuestro representantes políticos electos, esos que se acuerdan de nosotros, cada cuatro años.
Todos los diputados cobran 3.126,52 euros al mes, en concepto de miembros de la Cámara. Además cobran otras dietas como 150 euros por los gastos de desplazamiento al extranjero y 120 euros para los viajes nacionales.
El presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, cobra 91.982,40 euros al año, con doce pagas mensuales. Otros complementos de los que se beneficia son la residencia oficial, medidas de seguridad y un coche de representación con escoltas. No es el político español que más gana; de hecho son muchos compañeros suyos los que le superan en salario.
Mariano Rajoy cobra 3.020,79 euros al mes, en concepto de diputado como cualquier otro miembro de la Cámara. Más lo que cobra por ser secretario del PP unos 5.000 euros mas.
La vicepresidente primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se embolsa al cabo del año 83.936 euros.
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, cobra unos 90.590 euros, es decir, más de 7.500 al mes. Pese a ser un líder autonómico su salario ronda al del mismísimo Zapatero.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, gana unos 98.700 euros. Muy sonadas fueron sus declaraciones, recogidas en su biografía, de que con el sueldo como presidente autonómica no llegaba a fin de mes. De hecho, alegó que cuando era presidente del Senado cobraba un sueldo mayor.
El lehendakari Patxi López cobra unos 99.000 euros aproximadamente y su residencia oficial es el Palacio de Ajuria Enea.
El sueldo del presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, ronda los 78.000 euros y, según un ranking del periódico ‘Expansión’ que recoge Europa Press, tiene derecho a un plus por vivienda de 135.000 euros. Sus secretarios autonómicos no se quedan lejos al cobrar más de 60.000 euros anuales.
Rita Barberá en Valencia alcanza los 90.000 euros, sobrepasa en 13.000 euros el salario recomendado por a Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) por el que quedan determinadas las retribuciones de los alcaldes y concejales con dedicaciones exclusivas. Esta recomendación es completamente obviada por todas las primeras autoridades pese a que ellos mismos fueron los que aprobaron este protocolo (cara a la galería, claro). La mayoría cobran más de lo que establece la FVMP y son pocos los que tienen un salario por debajo de estas recomendaciones y muchísimos menos los que cumplen con estos criterios.
Todo lo expuesto solo es un pequeño ejemplo de cómo viven nuestro representantes a costa de los ciudadanos, y aquí nadie niega que tengan que cobrar un salario por su trabajo, pero es paradójico que mientras el salario mínimo en España es de poco mas de 600 euros, y con casi cinco millones de parados, sea esa población con menos recursos económicos, salarios mínimos, contratos temporales, etc, la que tenga que pagar los desorbitados salarios públicos de los dirigentes políticos, esos mismo que nos hablan de austeridad, recorte de salarios para los trabajadores del funcionariado y recortes más agresivos para toda la ciudadanía, a través de sucesivas reformas laborales, pensionazo, etc.
Ellos, los políticos no se tendrán que jubilar a los 67 años, como cualquier hijo de vecino, ellos ya tienen sus pagas vitalicias para el resto de sus vidas. Y aquí es donde hago una reflexión: si estos políticos quieren acercarse a la ciudadanía podrían bajarse sus salarios, simplemente para que no nos tumbe el olor a tufo que desprenden sus nóminas, ya que por supuesto no van a subir el salario del resto de mortales.
Y ahora vienen las preguntas:
¿Es legitimo que esta casta política cobre unos salarios tan altos, mientras el resto de la ciudadanía se come la crisis?.
¿Existen partidos políticos, que aborden seriamente esta cuestión, y que por supuesto quieran cambiarla de verdad?.
Nosotros mientras vivimos o sobrevivimos al estado de cosas, nos hablan de recortes de la sanidad, educación, ayudas sociales, somos nosotros, que como mártires de una religión, quienes cargamos con la ruina y la corrupción de un país sobre nuestras espaldas.
Diversos historiadores hispanistas han estudiado el fenómeno político de este país, así como la idiosincrasia del territorio ibérico, llegando a la conclusión de que mientras el pueblo en sus municipios, incluso desde la época medieval, apostaba por la gestión económica municipal, entendida como distribución de la agricultura desde cooperativas, comunas y colectivizaciones, que representaba un reparto justo de la tierra, mientras que la casta política, caciques, reyes, gobernadores y por supuesto la iglesia católica apostaban, por el control y el monopolio de las riquezas que producía la tierra, condenando al hambre a miles de trabajadores del campo, mientras la reacción vivía a cuerpo de rey en la más absoluta opulencia, y utilizando la coacción y la compra de votos, a través de su autoridad para mantener el status quo de su nivel de vida.
Cuando la historia se repite:
Solo los movimientos revolucionarios de corte transformador han sido capaces de hacer frente a las injusticias sociales, y en especial el anarcosindicalismo, a través de su empuje obrero, denunciando la carestia de la vida. Por ejemplo, su famosa huelga de alquileres de Barcelona impulsada y respaldada por el sindicato. Los inquilinos dejan de pagar en señal de protesta, y cuando en repuesta del impago las autoridades les cortaban la luz y el agua, era rápidamente restaurado estos servicios básicos, por el sindicato de Agua, gas y electricidad de la Confederación.
Por supuesto, todo lo ultimo es a nivel histórico, y poco tiene que ver con la situación actual. En el día a día, los ciudadanos de pie por una parte y la élite política y económica por otro lado. Es decir unos arriba y otros abajo, explotados y explotadores, ricos y pobres, y eso es algo que en la historia se repite, y que ningún sistema democrático ha abolido ni ningún partido ha bordado, precisamente por que estos últimos están en un lado de la balanza, y no es precisamente el nuestro.
Hasta ahora a sido una aristocracia política, económica y eclesiástica la que ha dirigido y mandado al pueblo, y este a obedecido sumisamente, como decia un pensador anarquista ”no es que sean grandes, es que estamos de rodillas”, entonces es ya buena hora, no solo de indignarse sino de levantarse contra ellos.
A coger impulso y levantar la cabeza.
Miguel A. Morcillo – CGT-Valencia