La 57ª edición del Festival de Cannes finalizó anoche con el triunfo de Fahrenheit 9/11, del estadounidense Michael Moore. El filme, vitriólico documental anti-Bush, fue el más polémico y el más aplaudido de la competición de este año. Moore, que dedicó el premio al pueblo iraquí «y a los que sufren a causa de nosotros, Estados Unidos», expresó su esperanza de que el galardón permita que la película se exhiba en su país para que «el pueblo americano pueda verla» y «la verdad salga a la luz». El Jurado, presidido por Quentin Tarantino, otorgó el Gran Premio del Jurado a Old Boy, del surcoreano Park Chan-wook. Los mejores actores fueron la china nacida en Hong Kong Maggie Cheung y el niño japonés Yagira Yuuya.
El filme documental y de lucha política Farenheit 9/11, del cineasta estadounidense Michael Moore, ganó anoche entre largas ovaciones unánimes la Palma de Oro, máximo galardon del festival de Cannes, sin duda la más alta distinción a que puede aspirar hoy un cineasta. El filme de Moore se estrenó aquí hace una semana envuelto en un apoyo ambiental que rozó el entusiasmo y fue sancionada por continuos ecos del acuerdo con las posturas de combate anti Bush, que el filme está despertando en su propio país.
No ha sorprendido por ello la concesión de la Palma de Oro a este inteligente, y en algunos aspectos temerario, alegato contra George W. Bush por parte de un cineasta francotirador de cámaraaguda de insobornable. El filme que era ambientalmente considerado aquí como el más merecedor de la Palma de Oro, que era 2046, del chino Wong Kar-wai, fue desplazado por Farenheit 9/11 sin que se oyese la más mínima disidencia en la enorme sala Debussy del Palacio de La Croisette, donde se apilaban anoche un par de miles de periodistas procedentes de todo el mundo.