Ke feliz era la puta cigarra en verano en invierno, otoño-primavera-verano…
Mientras la aguja de la ekonomía no hacía más ke subir y subir!
Ké kontenta mientras las hormiguitas kurraban y kurraban y no se kejaban en verano ni en invierno,ni en otoño-primavera-verano…
El sol brillaba, las flores desprendían su aroma embriagador y la cigarra kantaba y kantaba.
No iba a kantar? Si todo eran ganancias y nadie…
Ke feliz era la puta cigarra en verano en invierno, otoño-primavera-verano…
Mientras la aguja de la ekonomía no hacía más ke subir y subir!
Ké kontenta mientras las hormiguitas kurraban y kurraban y no se kejaban en verano ni en invierno,ni en otoño-primavera-verano…
El sol brillaba, las flores desprendían su aroma embriagador y la cigarra kantaba y kantaba.
No iba a kantar? Si todo eran ganancias y nadie…
Nadie se le kejaba.
El futuro no le preokupaba lo más minimo: el cielo era tan azul sobre su kabeza y sus kanciones tan alegres… Ke gobernase el partido ke gobernase, para ella siempre sería verano.
Pero el verano no es eterno.
Una triste mañana, la señora cigarra fue despertada por una krisis intensa; las estadístikas, la bolsa… Kaían hacia abajo.
Su alegría se había vuelto amarilla, el cielo ahora, era gris y la bruma le entumecía sus askerosas patas.
– Ke vá a ser de mí ? Se repetía una y otra vez haciendo kuentas.
– Esto no puede ser! Le gritaba al konjunto de hormiguitas ke hasta ahora sólo le habían hecho la pelota sin protestar!
– Este invierno kruel durará mucho tiempo y dejaré de ganar millones, se decía. Akaso tuve tiempo durante el verano de almacenar provisiones y konstruirme un buen futuro? Klaro ke no! Sólo pensé en el presente y sólo disfruté. Akosta del trabajo de las hormiguitas, eso sí! Pero disfruté no?
Si hasta kambié de koche y de kasa varias veces!
Y kon el korazón latiéndole a toda velocidad, un dia reunió a todas las hormiguitas.
– Ke keréis? Preguntó.
LA KOSA ESTÁ MUY MALA! Tenéis ke apretaros el cinturón!
Tenéis ke trabajar más, tenéis ke kobrar menos!
Tenéis ke kejaros menos…
Y la cigarra kontemplaba kon envidia kon lo poko ke se konformaban las hormiguitas.
Así ke prosiguió kon su diskurso:
– Mirad, la kosa está mu mal. Así ke… O hacéis lo ke yo digo, kómo yo digo y kuando yo digo u os vais, direktamente, todos a la puta kalle!
Llámadlo komo keráis, rekonversión industrial, ajuste de plantilla o alaputakalle o patá enelkulo o una kabroná!
Lo mismo da, ke da lo mismo!
Tengo hambre y estoy aterida de frío.
Y punto!
Una de las hormiguitas se atrevió a responder maliciosamente:
– Ke me kuentas, amo? Ké hacias durante el verano kuando todo eran ganancias? Alguna vez repartió entre nosotros, los pobres obreros? Mientras nosotros kurrábamos a tope, sin kejarnos y le sakábamos las kastañas del fuego a la empresa?
Kuántas veces hemos dado la kara por ésta puta empresa?
Y mientras… Dónde estaba usted?
Dónde estaba kuando había ke despedir al personal? Dónde kuando había ke poner malas karas, kedar mal, krearse enemigos?
Dónde estaba usted?
Ke sabe usted del negocio? Ke haría usted sin nosotros? Se imagina ke nos uniéramos y decidiéramos kómo hay ke hacer la kosas?
Mientras nosotros kurrábamos y kurrábamos para sakar adelante a nuestra familia… Usted kantaba y kantaba y gastaba nuestra plusvalía en placeres.
En placeres para usted.
Sólo para usted!
Nunka repartió kuando las kosas iban bien!
Nunka kompartió kuando todo eran vakas gordas!
Por ké ahora pretende kompartir la miseria? Las vakas flakas?
Por ké pretende repartir kon nosotros sus problemas?
Nunka hemos sido nada para usted!
Sólo simples hormiguitas del engranaje.
Simple mano de obra reemplazable.
Y ahora ké? Interrogó la hormiga más kabreada.
– Pues ahooraa…Déjame ke me lo piense un segundooo… NADA! Kontestó muy relajada la cigarra asesorada por su abogado.
Yastáis todos en la puerta del Inem!
Me hago un reajuste de personal. Me pido las ayudas ke me pueda dar el gobierno hasta darme por insolvente y me da igual kién gobierne, así ke no haceros ilusiones. Ja, ja… Ké os kreíais, gilipoyas? Ke los sindikatos os salvarían? Ja,ja,ja… Si son ellos los ke nos bailan ahora!
Y kon esta dura respuesta se akabó las reunión.
La cigarra cerró la empresa, negando a la desdichadas hormiguitas sus nóminas, finikitos y bienestar. Se dió por insolvente. Dejando en la kalle a todas sus hormiguitas kon sus respektivas familias.
Y la cigarra kreó otra empresa, kon ayuda del gobierno, kon aprobación de los sindikatos y kon nuevas hormiguitas ke no se kejaban en verano ni en invierno, ni en otoño-primavera-verano…
FIN.
O
Amén.
Lo mismo da…
Ke da lo mismo.
Mientras la aguja de la ekonomía no hacía más ke subir y subir!
Ké kontenta mientras las hormiguitas kurraban y kurraban y no se kejaban en verano ni en invierno,ni en otoño-primavera-verano…
El sol brillaba, las flores desprendían su aroma embriagador y la cigarra kantaba y kantaba.
No iba a kantar? Si todo eran ganancias y nadie…
Nadie se le kejaba.
El futuro no le preokupaba lo más minimo: el cielo era tan azul sobre su kabeza y sus kanciones tan alegres… Ke gobernase el partido ke gobernase, para ella siempre sería verano.
Pero el verano no es eterno.
Una triste mañana, la señora cigarra fue despertada por una krisis intensa; las estadístikas, la bolsa… Kaían hacia abajo.
Su alegría se había vuelto amarilla, el cielo ahora, era gris y la bruma le entumecía sus askerosas patas.
– Ke vá a ser de mí ? Se repetía una y otra vez haciendo kuentas.
– Esto no puede ser! Le gritaba al konjunto de hormiguitas ke hasta ahora sólo le habían hecho la pelota sin protestar!
– Este invierno kruel durará mucho tiempo y dejaré de ganar millones, se decía. Akaso tuve tiempo durante el verano de almacenar provisiones y konstruirme un buen futuro? Klaro ke no! Sólo pensé en el presente y sólo disfruté. Akosta del trabajo de las hormiguitas, eso sí! Pero disfruté no?
Si hasta kambié de koche y de kasa varias veces!
Y kon el korazón latiéndole a toda velocidad, un dia reunió a todas las hormiguitas.
– Ke keréis? Preguntó.
LA KOSA ESTÁ MUY MALA! Tenéis ke apretaros el cinturón!
Tenéis ke trabajar más, tenéis ke kobrar menos!
Tenéis ke kejaros menos…
Y la cigarra kontemplaba kon envidia kon lo poko ke se konformaban las hormiguitas.
Así ke prosiguió kon su diskurso:
– Mirad, la kosa está mu mal. Así ke… O hacéis lo ke yo digo, kómo yo digo y kuando yo digo u os vais, direktamente, todos a la puta kalle!
Llámadlo komo keráis, rekonversión industrial, ajuste de plantilla o alaputakalle o patá enelkulo o una kabroná!
Lo mismo da, ke da lo mismo!
Tengo hambre y estoy aterida de frío.
Y punto!
Una de las hormiguitas se atrevió a responder maliciosamente:
– Ke me kuentas, amo? Ké hacias durante el verano kuando todo eran ganancias? Alguna vez repartió entre nosotros, los pobres obreros? Mientras nosotros kurrábamos a tope, sin kejarnos y le sakábamos las kastañas del fuego a la empresa?
Kuántas veces hemos dado la kara por ésta puta empresa?
Y mientras… Dónde estaba usted?
Dónde estaba kuando había ke despedir al personal? Dónde kuando había ke poner malas karas, kedar mal, krearse enemigos?
Dónde estaba usted?
Ke sabe usted del negocio? Ke haría usted sin nosotros? Se imagina ke nos uniéramos y decidiéramos kómo hay ke hacer la kosas?
Mientras nosotros kurrábamos y kurrábamos para sakar adelante a nuestra familia… Usted kantaba y kantaba y gastaba nuestra plusvalía en placeres.
En placeres para usted.
Sólo para usted!
Nunka repartió kuando las kosas iban bien!
Nunka kompartió kuando todo eran vakas gordas!
Por ké ahora pretende kompartir la miseria? Las vakas flakas?
Por ké pretende repartir kon nosotros sus problemas?
Nunka hemos sido nada para usted!
Sólo simples hormiguitas del engranaje.
Simple mano de obra reemplazable.
Y ahora ké? Interrogó la hormiga más kabreada.
– Pues ahooraa…Déjame ke me lo piense un segundooo… NADA! Kontestó muy relajada la cigarra asesorada por su abogado.
Yastáis todos en la puerta del Inem!
Me hago un reajuste de personal. Me pido las ayudas ke me pueda dar el gobierno hasta darme por insolvente y me da igual kién gobierne, así ke no haceros ilusiones. Ja, ja… Ké os kreíais, gilipoyas? Ke los sindikatos os salvarían? Ja,ja,ja… Si son ellos los ke nos bailan ahora!
Y kon esta dura respuesta se akabó las reunión.
La cigarra cerró la empresa, negando a la desdichadas hormiguitas sus nóminas, finikitos y bienestar. Se dió por insolvente. Dejando en la kalle a todas sus hormiguitas kon sus respektivas familias.
Y la cigarra kreó otra empresa, kon ayuda del gobierno, kon aprobación de los sindikatos y kon nuevas hormiguitas ke no se kejaban en verano ni en invierno, ni en otoño-primavera-verano…
FIN.
O
Amén.
Lo mismo da…
Ke da lo mismo.
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J.KALVELLIDO
Fuente: Kalvellido