Artículo publicado en Rojo y Negro nº 394, noviembre 2024

Cada mes de noviembre se conmemora el Día de la Memoria Trans (TDoR) para honrar a las víctimas de la violencia tránsfoba, en especial las mortales, tanto crímenes directos como suicidios inducidos.

TERF es odio
El interés deliberado de las autoridades y los medios por encubrir y esconder cuantas de estas muertes puedan, evitando que lleguen a clasificarse como crímenes de odio que son, nos impide conocer la inmensa mayoría de ellas.
Los movimientos reaccionarios —particularmente el pseudofeminismo transexcluyente TERF— difunden un impune discurso de odio que justifica y alimenta las agresiones contra nuestro colectivo y nos traen la muerte que no tan veladamente nos desean.

TERF no es vida
En el anarcosindicalismo no nos dedicamos solo a procurar que tengamos unas mejores condiciones dentro del trabajo, sino también fuera. Para esto, se hace imperativo poder tener una vida que merezca ser vivida.
Sin esto, la única alternativa es matarse a trabajar para matarse a vivir. ¿Qué sentido tiene? Solo veo tres caminos. El primero es que te maten les lacayes de la Reacción. El segundo es que te hagan tan insoportable vivir que une les acabe haciendo el trabajo sucio. El tercero es acabar arrastrándose en una vida sin sentido ni esperanza hasta morir de precariedad.

¿Resquicio de esperanza?
Si no hubiera TERF y demás Reacción revirtiendo cualquier pequeña mejora en nuestras condiciones de vida, podría haber esperanza. Si pudiéramos avanzar un pequeño paso que resulte en mejora para las generaciones venideras, también habría esperanza, pero ya están ellas para destruirlo.
Y, tal y como están infestados nuestros sindicatos de pseudoanarquistas TERF, ni en la revolución social hay resquicio de esperanza. Estos elementos infiltrados se preocuparán de hacer pasar por revolucionaria la doctrina de Carmen Calvo y vetar cualquier avance en una farsa de democracia directa que se burla de la autogestión.

Memoria sin perdón
El día de la Visibilidad Trans es en marzo. Ese es el día para dejarnos ver y reivindicar. Este año coincidió con el domingo de pascua y de ningún territorio bajo el Estado español tengo constancia que se haya celebrado mientras, por ejemplo, en Lisboa y Oporto sí se celebró. Esto es una vergüenza.
Ahora, como el día de la Memoria Trans cae el 20 de noviembre, fascistas y antifascistas aprovecharán para taparlo nuevamente. Como no sabemos ni nombres ni números de todas las víctimas mortales de la transfobia, ya que se preocupan de tapar la causa de odio de cada crimen que pueden, solo queda recordar las causas y señalar a les culpables, también indirectes.
¡TERFismo y capital, alianza criminal!

Alianza con les oprimides
El anarquismo, como ideología libertaria que es, pone por encima de todo a las personas con sus condiciones personales y sociales y las intersecciones que se puedan dar, abrazando poder ser diferente sin ser por ello menos. Aliarnos con las personas que sufren opresión por algún eje es una consecuencia natural para con estas víctimas de un sistema que las excluye.
Visto que el anarquismo ya tiene en sus genes la lucha por los derechos trans. Ahora falta llevarlo a la práctica, como organizaciones que ya lo tenemos fijado en el uno de los artículos más importantes y más olvidados de todos nuestros estatutos.
Es imperativo, pues, incorporar activamente políticas interseccionales y actitudes transinclusivas que no se queden en recoger la opción “Otro” en el género para que luego se ignore sistemáticamente en las estadísticas. Y es urgente, porque desde la legalización posfranquista no se ha movido un dedo a favor y sí muchas manos en contra.

Solución por la autogestión
El lema de la manifestación madrileña por el Octubre Trans terminaba con tres conceptos muy anarquistas: “solidaridad, apoyo mutuo y autogestión”. Del principio libertario de solidaridad ya hablé en el anterior apartado. Del apoyo mutuo ya empezó a escribir Kropotkin y no solo como medio para la sociedad anarquista, sino como factor de evolución de toda especie social.
El principio de autogestión ha sido tan manido como para que haya llegado a ser invocado para propugnar que la clase psiquiátrica, naturalmente opresora de sus pacientes, pueda gestionar sus propios privilegios sin rendir cuentas a nadie. Denuncio esta degeneración del principio y solo lo entenderé como que las decisiones que afecten a X colectivo sean tomadas por el colectivo X, ni por subgrupos ni por supergrupos. Y si, como nos ocupa aquí, X es trans, pues las personas cis sobran de ese espacio de decisión concreto.

Mejoras y vicios en la autogestión
Una mejora evidente sobre el principio de autogestión que aún no he visto siquiera tratada ni, menos aún, implementada sucedería cuando una misma cuestión afecta inseparablemente a colectivos X, Y y Z en conflicto por dicho tema. Todos ellos deben tener voz y voto, y hasta múltiple por interseccionalidad, pero no revueltos.
Esta opción de juntar como homogéneos grupos distintos —que resulta que es la práctica que más he tenido la desgracia de ver— no hace sino dejar al azar demográfico (si es que no está ya desvirtuada la demografía) el signo de la decisión. Es un vicio sobre el que tenemos la tarea de dejar claro cómo prevenir o, al menos, de dejar de ocultar los recursos que pudieran existir al respecto.

Vicios de la democracia directa
También Emma Goldman critica en su escrito “Minorities Versus Majorities” el vicio señalado en el apartado anterior. Esa desviación es una tiranía de las mayorías sobre las minorías, según el legado de una de las madres del anarquismo.
Y no deja de ser relevante señalar que la democracia directa y la acción directa son medios del anarquismo supeditados, por ello, a sus objetivos. Si una asamblea general se atribuye poderes de decisión sobre lo que no le incumbe, está desvirtuando el medio de democracia directa y violando el principio de autogestión.

Propuesta de solución
O se permite formar asambleas trans con los medios que su dispersión geográfica requieren y con total autonomía para decidir lo que solo a nosotres nos incumbe, a los niveles que la demografía permita, o se están violando los dos artículos más sagrados de los estatutos. Deberían constituirse por aplicación directa de los estatutos presentes. Ya llevan décadas de retraso.
Se dice en el activismo “nada sobre nosotres sin nosotres”, pero el principio de autogestión va más allá.
¡Todo lo que sea sobre nosotres, será solo por nosotres!

Une militante de Burgos


Fuente: Rojo y Negro