Hace un año la imagen de la Virgen de María Santísima, que esculpió Pedro de Mena en el siglo XVII, estuvo a punto de no salir en procesión en Melilla por falta de portadores, como les llaman en la ciudad para no confundirles con los porteadores que se dedican al contrabando con Marruecos. Al final, un grupo de miembros de las fuerzas de seguridad, entre ellos varios musulmanes, se prestó a cargar con ella sobre sus hombros.
Este año no habrá que improvisar en el último momento. Una cofradía, la de Nuestro Padre Jesús Cautivo, ha echado mano de 34 extranjeros -30 hombres y cuatro mujeres- que entraron «ilegalmente» en la ciudad y residen en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Los varones portarán el Jueves Santo y el Domingo de Resurrección el trono del Cautivo y el de la Virgen del Rocío mientras que las mujeres harán de nazareno.
«No andamos escasos de portadores», desmiente Gregorio Castillo, un ex policía que gestiona la cofradía de Jesús Cautivo del barrio de la Vitoria, uno de los pocos en el que los católicos son mayoritarios. «Acogemos, por primera vez, a los inmigrantes -se presentaron 69, pero sólo la mitad fue seleccionada- para que puedan expresar su fervor religioso y como cauce de integración», asegura Castillo al teléfono. La mayoría de los nuevos costaleros está formada por católicos subsaharianos que en su día saltaron la valla de Melilla, pero entre ellos hay también cinco indios y paquistaníes de otras religiones, entre otras el hinduismo. «No plantea ningún problema ; son hermanos a los que hay que ayudar a integrarse», comenta Castillo.
Dios es el mismo
«¡Dios es el mismo para todos !», repite también Opara para justificar la incorporación de no católicos a la procesión. Este nigeriano de 31 años, que sí está bautizado, entró hace 17 meses en Melilla a nado desde Marruecos.
Desde entonces ha aprendido suficiente castellano para hacer ahora de intérprete entre los portadores subsaharianos y los melillenses. «Al principio hubo algunos problemas para que mis compañeros del CETI comprendieran los toques y órdenes del capataz, pero después todo se fue aclarando», comenta Opara al teléfono.
«Es digno de admiración y un ejemplo para el mundo», declaró, en tono grandilocuente, el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, al enterarse de la iniciativa. «Es un gesto verdaderamente cristiano y valiente», añadió Antonio Gutiérrez, pregonero de la Semana Santa, resumiendo la buena acogida que suscita en la ciudad.
A diferencia de Melilla, Ceuta no recurrirá a los inmigrantes del CETI. A sus procesiones se incorporarán 14 costaleros andaluces.
P.D. RyND. En Ceuta parece ser que no tienen el mismo «dios», pero tampoco en Málaga, Sevilla, Valladolid…
Fuente: IGNACIO CEMBRERO | EL PAIS