LA DENUNCIA de una menor marroquí contra el coordinador de un centro de menores por acoso sexual destapa las terribles condiciones en las que viven los niños « acogidos » en este antiguo e insalubre cuartel militar
Hay cosas peores que ser un niño de la calle marroquí en una ciudad como Melilla. Como pasar una temporada en el centro de acogida del Fuerte de la Purísima, un antiguo cuartel militar en las afueras de la ciudad. Sobre todo si eres niña, adolescente y guapa. Y, más aún, si las personas que supuestamente están ahí para protegerte y ayudarte a reinsertarte en el mundo al que aspiras entrar te ofrecen 20 euros a cambio de una felación.
Esto, al menos, es lo que denunció la semana pasada F., una menor marroquí, ingresada en el centro, ante el juzgado de Primera Instancia de la ciudad. En el escrito -a cuyo contenido ha tenido acceso CRONICA- la joven asegura que el hasta hace un mes coordinador de la Purísima, Daniel I. le ofreció esa cantidad de dinero a cambio de obtener sus favores sexuales. Y la denuncia viene acompañada de una prueba importante : la grabación de sendos mensajes enviados a su móvil por el presunto acosador sexual desde su teléfono portátil particular y varias llamadas con la misma proposición.
Según fuentes cercanas a la investigación, la menor se dirigió hace unas semanas al juzgado para contar lo sucedido pero se negó a presentar una denuncia al enterarse de que necesitaba una prueba para que ésta prosperase. La policía judicial le ofreció entonces uno de los móviles que tienen con capacidad de grabación y le pidió que esperara a que el hombre, de 28 años, la llamara de nuevo. A los pocos días, F. volvió al juzgado acompañada de una educadora del centro, también musulmana, con la prueba del delito.
CESADO
Con la denuncia ya en curso, la vida siguió en el Fuerte de la Purísima. El pasado lunes por la tarde, el antiguo coordinador fue « cesado cautelarmente del centro », según palabras de Juan Antonio Vera, director del Club de Amigos de la Unesco de Melilla -que gestiona, por encargo del Gobierno de la Ciudad Autónoma este centro y otro de Reforma, el Baluarte de San Pedro-, de manera fulminante a la espera que se completen las investigaciones iniciadas tanto por el Juzgado que instruye el caso, la Guardia Civil y la comisión interna creada por la propia Unesco-Melilla.
Mientras, al día siguiente, las 10 niñas albergadas hasta entonces en La Purísima -que en ese momento tenía acogidos a unos 35 menores- fueron trasladadas precipitadamente a otros centros de la ciudad « como parte de un plan establecido con anterioridad debido a la reestructuración del centro y que nada tiene que ver con esta noticia », según aseguró a CRONICA, la consejera de Bienestar Social de Melilla, María Antonia Garbín. Actualmente, F. se encuentra ingresada en el centro conocido como « La gota de leche », regentado por religiosos y ya ha prestado varias veces declaración.
CRONICA pudo contrastar esta información a través de otra de las jóvenes acogida hasta hace unos días en el centro y que ha tenido que abandonarlo al alcanzar la mayoría de edad. La joven llegó a la cita -mantenida en un domicilio particular de la ciudad- muerta de miedo porque, según ella, las amenazas y coacciones por parte de determinados trabajadores de La Purísima son constantes.« No era la primera vez ni fue la única chica ni el acosador era sólo este hombre. Yo he visto hacerlo a dos más, por lo menos.Parecía que estaba enamorado de F. y de otra más. A veces las llamaba aparte y les ofrecía 20 euros a cambio de hacer cosas feas con ella en el coche o en su despacho. Todas las niñas lo sabíamos », asegura la joven con hilo de voz y tras reiterar una y otra vez que, por favor, mantuviésemos su anonimato.
MUCHAS DENUNCIAS
Lo sucedido en el Fuerte de la Purísima es la gota que colma el vaso de las irregularidades ocurridas en este centro en los últimos años y que han sido ampliamente denunciadas por todo tipo de asociaciones y organizaciones humanitarias internacionales sin que la autoridad competente- en este caso el gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla- hayan hecho nada por evitarlas.El propio Fiscal de Menores del Consejo General del Poder Judicial, Félix Pantoja, ha anunciado que investigará el caso.
El presidente de la Asociación pro Derechos de la Infancia (Prodein) con sede en Melilla, José Palazón, es una de las pocas personas de la ciudad que no se ha mostrado sorprendido por lo ocurrido.« Hechos similares a éste y otros no menos vergonzosos han sido denunciados por esta asociación durante años. Y más concretamente con este personaje, especialmente famoso como maltratador y torturador, y también por sus conocimientos en artes marciales. Sin embargo, las entidades receptoras de estas denuncias -Fiscalía de menores, fuerzas policiales, Administración autónoma- siempre han considerado que las pruebas aportadas : testimonio de los críos, partes de lesiones, fotografías, etcétera, no eran suficientes para demostrar este tipo de barbaridades. Esperemos que esta sea definitiva para que por fin cambien las cosas en el centro », asegura Palazón.
Las denuncias presentadas por Prodein en los últimos años son variadas, constantes y concretas. Leyéndolas, uno recuerda aquellos relatos de Dickens donde los niños eran las víctimas de guardianes sin escrúpulos en sobrecogedores orfanatos sin vida ni esperanza.Así, en una de ellas presentada al juzgado, fechada el 12 de mayo de 2002, un menor asegura que un educador de su centro al que llaman Dani, le había golpeado la cabeza varias veces contra una pared en presencia de otros trabajadores y de varios compañeros.La denuncia va acompañada de un parte médico de lesiones.
El 6 de julio de ese mismo año -según otra denuncia presentada por Prodein ante la Fiscalía de Menores- un menor relata como es golpeado contra la pared de su habitación por Dani y un vigilante de seguridad. Acto seguido le dieron un « cate » (según las declaraciones del niño) que le dejó sin sentido y con la boca ensangrentada.Posteriormente lo metieron en una « habitación pequeña » en la que permaneció durante un día entero sin comer.
Cuando fue puesto en libertad, el educador Dani, que iba acompañado por el « jefe » del centro, entró en primer lugar « y con el pie removió la tierra que estaba manchada de sangre para que el jefe no la viera ». También manifiesta que durante su encarcelamiento, el tal Dani y un guardia de seguridad entraron en la celda y le pegaron con la porra. El denunciante afirma que el educador invitaba con frecuencia a « determinados niños mayores del centro a pegarles a los más pequeños » y que por estas circunstancias tuvo que escapar varias veces pasando, incluso, noches a la intemperie.
La « habitación pequeña » a la que se refiere el denunciante no es otra que una celda de castigo -cuya existencia denunció este periódico en agosto de 2002- de apenas tres metros cuadrados de superficie, con el techo de uralita y ubicado en el patio del Fuerte. En verano, la temperatura en su interior superaba los 40 grados y el hedor de los orines de los internos atraía tal número de insectos que muchos de ellos salían de allí con enormes picaduras. Tras la denuncia de EL MUNDO, que obligó incluso a la intervención de Félix Pantoja, la celda fue retirada.
TESTIGOS
CRONICA también tuvo acceso exclusivo a la declaración de varios trabajadores del centro que, por su propia seguridad, también pidieron permanecer en el anonimato. Especialmente duro es el testimonio de una educadora, que en una entrevista personal, reconoció haber visto casos de malos tratos « brutales », según sus propias palabras.
« Al poco de llegar vi como un compañero ya mayor le pegaba una paliza, literal, con patadas y todo, a una muchacha. Otro día, tuve que pedir ayuda a otro educador porque un chico me levantó la mano y me amenazó. El hombre nos llevó a los dos al despacho y le cruzó la cara al crío con dos bofetadas tremendas. Le dije que no volviera a hacer eso delante de mí porque sino le denunciaría.En otra ocasión fui testigo de como otro compañero le estrellaba la cabeza contra una mesa a otro de los menores », asegura la mujer.
En su relato, entrecortado por la emoción, la trabajadora reconoce que siempre le llamó la atención cómo algunos de los chavales llegaban por la mañana presentando « fuertes contusiones en la cabeza, con las muñecas torcidas o los pies hinchados de golpes.Por lo menos la mitad de ellos (unos 10), y siempre decían lo mismo cuando les preguntaba que les había pasado : que se habían caído jugando », continúa.
La galería de horrores relatadas por los menores ante Prodeín, y denunciadas por esta asociación ante la Fiscalía de Menores de Melilla, continúa. En otro escrito, presentado por José Palazón, otros dos menores afirman estar « hartos de los tocamientos » por parte de un educador « que siempre acude bebido a su trabajo ».A este respecto, y en varias conversaciones grabadas, varios menores -sobre todo chicas- aseguran en sus declaraciones que los presuntos acosadores sexuales utilizaban como chantaje para conseguir su propósito « facilitar, mediante informes de conducta más o menos favorables, la obtención de los papeles de residencia ».
Más allá de estos tremendos relatos, el Fuerte de la Purísima no parece el lugar ideal para acoger y proteger a los menores no acompañados que cada día transitan por las calles de Melilla.La fortaleza está en la cima de una colina, con su fachada exterior muy deteriorada y las ventanas torpemente tapiadas con ladrillos.La primera impresión es de que estamos ante un edificio abandonado hace tiempo.
Los alrededores son desoladores. Los vertidos incontrolados, la basura y la chatarra se amontonan por todos lados, incluso, el pasado viernes, delante de la misma puerta de entrada. La iluminación exterior no existe y el camino hasta las primeras casas de la ciudad llena de miedo a los chavales. La zona es frecuentada por traficantes de droga y hombres en busca de chaperos (prostitutos) cada noche. No hay transporte público ni forma de pedir ayuda en caso de algún altercado grave.
Actualmente, y con los últimos cambios ocurridos esta misma semana, hay más de medio centenar de críos durmiendo allí -el doble de su capacidad- y uno de ellos relató a este periodista que la noche del jueves durmieron en una misma habitación hasta 17 menores.Esta situación ha sido reiteradamente denunciada tanto por asociaciones locales -Prodein, Derechos Humanos de Melilla, SOS Melilla-, como por internacionales : Amnistía Internacional, Organización Mundial contra la Tortura, SOS Racismo y Human Right Watch, entre otras.
POCO SEGUROS
Esta última organización, realizó un exhaustivo informe hace dos años en el que afirmaba, textualmente, que « los niños marroquíes que emigran a España suelen ser maltratados por el personal y por otros niños de los centros de acogida, hacinados e insalubres.La situación llega a tal extremo, que los niños se sienten más seguros en la calle que en estos centros ».
Otro hecho extraño es la vinculación de una reputada agencia internacional como la UNESCO en la gestión de estos dos centros melillenses, « el único caso del mundo » según fuentes de esta organización, ligada a Naciones Unidas. El Club de Amigos de la UNESCO de Melilla es una de la veintena de asociaciones civiles que colabora con esta institución en España « y que no forman parte del organigrama como tal de la Comisión Española, sino que se vinculan con los altos ideales que mantenemos a cambió de poder obrar en nuestro nombre », reconoce José Antonio Ortega, presidente Nacional de Centros y Clubes de la UNESCO.
Precisamente, Juan Antonio Vera, responsable directo de la gestión del Fuerte de la Purísima como presidente del Club de Amigos de la UNESCO de Melilla, fue el vicepresidente primero de esta rama civil a nivel nacional hasta el pasado mes de junio y mantiene una de las vicepresidencias europeas. Varias fuentes de la Comisión Española reconocieron off de record a CRONICA que en el seno de la organización nunca se ha entendido muy bien qué pintan colectivos que utilizan su nombre y con los que trabajan dirigiendo centros de menores de reforma.
Además, se da la circunstancia de que los principales responsables de este Club están relacionados con la cúpula del poder del Partido Popular en Melilla. El propio padre del denunciado forma parte del Gobierno de la Ciudad Autónoma, y Juan Antonio Vera es el encargado del proyecto de fusión entre el partido gobernante, UPM, con el PP.
Todo esto, unido a la falta de cualificación de algunos trabajadores de la Purísima, demuestra que, a veces, es mejor que los menores de Melilla no estén acompañados…
JUAN C. DE LA CAL. Enviado especial a Melilla
El Mundo