La Escuela es una institución esencial en la formación de las personas y la educación es una herramienta estratégica para avanzar hacia una sociedad más igualitaria, más solidaria, más justa, y más cohesionada. En una sociedad democrática las administraciones públicas tienen la obligación de vertebrar un sistema educativo público para todos y todas, integrador, inclusivo, democrático y laico.

Sin embargo existe una ofensiva contra este modelo abanderada por quienes ven la educación como un negocio –no como un derecho social-, que pretende un nuevo sistema educativo al servicio de las empresas y de los más favorecidos, confesional, y con centros exclusivos para ricos pagados con el dinero de todos.

Sin embargo existe una ofensiva contra este modelo abanderada por quienes ven la educación como un negocio –no como un derecho social-, que pretende un nuevo sistema educativo al servicio de las empresas y de los más favorecidos, confesional, y con centros exclusivos para ricos pagados con el dinero de todos.

Las puntas de lanza de esta ofensiva son fundamentalmente dos: los brutales recortes sufridos los dos últimos cursos y las sucesivas campañas institucionales y mediáticas de descrédito de la Escuela Pública. Y, a la vez que se asfixia y se desacredita la pública, se va construyendo el nuevo modelo con la contrarreforma educativa (LOMCE) como eje central, acompañada de otras medidas como el nuevo sistema de escolarización –con zonas únicas y otros criterios a medida de la privada-, concertación a la carta y gestión privada de determinados tramos educativos y servicios escolares, cesión de suelo público para centros privados,…

Contra esto luchamos quienes defendemos la Escuela Pública. Y lo hemos hecho y lo seguimos haciendo con seriedad y contundencia a lo largo de este curso y el anterior. Sin embargo la lucha por la vía institucional se ha mostrado inservible, y la movilización ciudadana apenas ha conseguido frenarles un poco. Tendremos que insistir, cada vez más unidos, cada vez con más fuerza.

Lo que proponemos ahora desde la Federación Estatal de Enseñanza a toda la CGT y al conjunto de la sociedad es una forma de oposición colectiva al modelo educativo neoliberal y a los planes privatizadores totalmente coherente con nuestra identidad anarcosindicalista: el ejercicio de la

Acción Directa

Ante el inicio del periodo de matriculación para el curso 2014/2015 proponemos:

1.- Matricularnos y matricular a nuestros hijos e hijas en los centros públicos. Democráticos, abiertos, solidarios, interculturales, mejor profesorado, equipos de orientación, profesorado de apoyo, ratio más baja, mejores dotaciones,…

2.- Ejercer el derecho a no asistir a clases de religión y a que todo el tiempo lectivo sea utilizado para desarrollar el currículo general. Debemos saber también que no es constitucional tener que declarar, en documento público, en el sobre de matrícula, sobre la religión o las creencias (Art. 16.2 de la Constitución), y que en cualquier momento del curso nos podemos borrar aunque nos hayamos apuntado.

Federación Estatal de Enseñanza de CGT

 


Fuente: Federación Estatal de Enseñanza de CGT