La CGT participó en la manifestación unitaria convocada también por el SAT, USTEA, CNT, SOAC, REDI, la CUT, Jaleo, IU Provincial, En Lucha, PCE (m-l), Corriente Roja, Nación Andaluza, Izquierda Anticapitalista, Estudiantes UPO, el Foro Social y otros colectivos.
Bajo el lema “Rebélate La crisis que la paguen ellos», 2.500 personas según la Policía Local recorrieron el barrio de la Macarena, desde el Hospital de San Lázaro hasta la Ronda para reclamar un «plan de rescate» para la clase trabajadora.
El llamamiento a la Huelga General fue constante así como las críticas al Gobierno, los bancos, las grandes empresas o las inmobiliarias culpables de la crisis. También se lanzaron consignas contra el servilismo de las cúpulas sindicales de CC.OO. y UGT.
El manifiesto de esta convocatoria unitaria exige que se detengan inmediatamente los despidos y Expedientes de Regulación de Empleo (ERE´S), rechaza la jornada laboral de 65 horas semanales y reclama un salario mínimo de 1.000 euros mensuales.
También exige el control público sobre la banca, la energía, los transportes y demás sectores estratégicos, la financiación pública y suficiente de la educación pública y el rechazo al Plan Bolonia, la Reforma Agraria o la garantía real del derecho a una vivienda.
Los asistentes destacaron la unidad de los trabajadores nativos e inmigrantes pidiendo la regularización y derechos para todos los inmigrantes, la anulación de la Directiva de la vergüenza y cierre de los centros de internamiento.
Según el manifiesto “todas estas medidas son perfectamente posibles y necesarias”, señalando que para ello “es imprescindible la movilización social desde abajo”.
La manifestación reflejó la diversidad de los convocantes en un clima de respeto y unidad frente al ataque a la clase trabajadora que suponen medidas como el rescate financiero o los ajustes de plantilla.
MANIFIESTO
«La crisis que la paguen ellos. Rebélate»
El gobierno, los partidos políticos y los medios de comunicación se han hecho eco al fin de la crisis económica en función de la caída del sector de la construcción, caídas en la bolsa y supuestas pérdidas en el sector financiero.
Sin embargo, los trabajadores y ciudadanos sufrimos en carne esta crisis desde hace años en forma de contratos basura, estancamiento y caída de los salarios, aumento del coste de vida, imposibilidad de acceder a una vivienda, desempleo, recorte de derechos y un triste y largo etcétera.
Sabemos desde hace tiempo que esta crisis ni es casual, ni es un accidente ni es fruto de causas extrañas que vienen de lejos. Se trata de una agudización de las condiciones de precariedad, desregulación y flexibilización del mercado de trabajo y del retroceso de las políticas sociales unidas a políticas económicas diseñadas para el enriquecimiento «a cualquier precio» de los sectores patronales.
La aplicación sistemática de estas medidas tienen responsables muy concretos cuyos apellidos podemos rastrear en los gobiernos de los últimos 25 años, en los miembros de la CEOE y de los grandes bancos y empresas, en las direcciones de CCOO y UGT que han sido co-participes de este retroceso de las condiciones de vida y trabajo de la población. Esta es una crisis del sistema capitalista en su conjunto.
Lejos de la propaganda mediática y las declaraciones irresponsables por parte de la clase política, sabemos que los trabajadores inmigrantes son una de las principales víctimas de esta crisis. La represión policial, las leyes de extranjería, la ‘Directiva de la vergüenza’, los Centros de internamientos (CIES), y la falta de escrúpulos de los empresarios los condena a la invisibilidad y la falta de derechos. Tenemos que saber que los trabajadores autóctonos y los inmigrantes tenemos una lucha conjunta contra los grandes empresarios y por la defensa de los derechos sociales y laborales para todos.
Los trabajadores hemos aprendido que cuando la patronal y los miembros del gobierno hablan de crisis nos tenemos que echar a temblar : crisis es la «palabra mágica» que ellos utilizan para justificar recortes de derechos y salarios, despidos y disminución del gasto social.
El gobierno, lejos de atender a los problemas de la gente, toma medidas económicas para salvar a los grandes capitalistas, precisamente los responsables de nuestra crisis, y vuelve a robarnos a los de siempre, utilizando el dinero público para intentar salvar un sistema que ya hemos comprobado que no funciona. Nos hablan de que no hay dinero para el empleo y la vivienda e inyectan millones de euros en las cuentas de los más ricos.
Cuando el gobierno sólo defiende el interés de banqueros y empresarios, cuando los grandes sindicatos miran para otro lado y siguen pactando a nuestras espaldas, cuando los políticos se muestran incapaces de defender nuestros derechos, tenemos que poner en marcha un proceso de movilización conjunta entre trabajadores autóctonos e inmigrantes, parados, afectados por el problema de la vivienda, estudiantes y todos aquellos ciudadanos que no estamos dispuestos a aceptar esta situación insostenible.
POR UN PLAN DE RESCATE PARA LA CLASE TRABAJADORA
Todas estas medidas son perfectamente posibles y necesarias, pero para ello ES IMPRESCINDIBLE LA MOVILIZACIÓN SOCIAL DESDE ABAJO. AHORA ES EL MOMENTO.
REBELATE – LA CRISIS QUE LA PAGUEN ELLOS
Fuente: José Candon- CGT-A