Mario González García, estudiante expulsado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) por oponerse a la reforma educativa neoliberal dentro de esa institución, fue detenido ilegalmente el 2 de octubre de 2013, torturado durante su detención y todo su proceso penal, acusado de un delito que nunca ocurrió: ataques a la paz pública, el cual es usado sistemáticamente en la Ciudad de México para castigar a los activistas sociales
En su caso se han violado una y otra vez sus garantías constitucionales, sus derechos humanos y su derecho al debido proceso; no se valoraron debidamente las pruebas presentadas y se escondieron aquellas que demostraban plenamente su inocencia, por ejemplo los videos de la vía pública. Fue apresado con base en testimonios fabricados y le revocaron arbitrariamente su libertad, por mencionar algunas de las irregularidades.
En su caso se han violado una y otra vez sus garantías constitucionales, sus derechos humanos y su derecho al debido proceso; no se valoraron debidamente las pruebas presentadas y se escondieron aquellas que demostraban plenamente su inocencia, por ejemplo los videos de la vía pública. Fue apresado con base en testimonios fabricados y le revocaron arbitrariamente su libertad, por mencionar algunas de las irregularidades. Organismos internacionales como Amnistía Internacional han documentado y denunciado la tortura ejercida contra Mario, quien resulta incómodo para las autoridades universitarias y del gobierno del Distrito Federal por su actitud crítica, insumisa y solidaria, y por ello ha sido perseguido, difamado, humillado, amenazado y apresado por luchar por el derecho de todos a una educación pública, gratuita y de calidad.
Mario promovió un amparo directo contra su sentencia de 5 años, 1 mes y 15 días, y se superó el año de tortura y encierro cuando, al fin, se dictó por los jueces su libertad absoluta e incondicional.
Àngel Bosqued
Secretaría Relaciones Internacionales – CGT
Fuente: Secretaría Relaciones Internacionales - CGT