Ha bastado una oración en el templo de la religiosidad más conservadora y una semana de no mentar la bicha de la crisis para que ésta haya desaparecido. Debe ser el poder abracadabrante del pasaje del Deuteronomio recitado por nuestro presidente el que ha trasmutado las únicas certezas que había en este proceso de crisis.
Si algo estaba claro, desde ese ya lejano verano de 2008, era dónde no buscar las causas de la crisis en el estado español, esto es, ni en el mercado laboral ni en el sistema de pensiones.
Hoy, tras verdaderos ríos de tinta, toneladas de papel impreso, años de tertulias e imágenes enlatadas, parece que tanto gobierno como sindicatos hacen suyas las palabras de Díaz Ferrán, patrón de patrones, cuando soltó la ocurrencia esa de abrir un “paréntesis en la economía de mercado” hasta que ésta recupere su vigor.
Pues bien, con la perspectiva que nos ofrecen los casi dieciocho meses pasados desde que se dijeron esas palabras vemos que la banca no abandona la senda del beneficio tras la inyección multimillonaria desde la bolsa común, el paro sigue cabalgando inexorable hacia los cinco millones y lo único que se pretende modificar es aquello que, repitamos como un mantra, no es causa de la situación : el sistema de pensiones y el mercado de trabajo. Una vez más seremos las trabajadoras y trabajadores los que suframos tanto las consecuencias de la crisis como sus soluciones.
Es por esto por lo que es imprescindible una huelga general. Para decir a la patronal que ellos sí son causa del problema, para decirle al gobierno que basta de ofensivas a nuestros derechos, para decir a los sindicatos mayoritarios que ya está bien de bailarle el agua, complacientes, a una patronal insaciable y a un gobierno que a pesar de su preocupación por la imagen, no ha podido evitar mostrar su verdadero rostro neoliberal.
Y también queremos proponer y transformar. Apostar por un verdadero reparto del trabajo y de los recursos, combatiendo las desigualdades y el desarrollismo voraz que esquilma nuestro medio, única herencia que dejaremos a las sucesivas generaciones.
Trabajamos porque esta respuesta se dé, con trabajadoras y trabajadores, de todo origen y edad, que se extienda a todo el movimiento sindical, con la complicidad imprescindible de las organizaciones y movimientos sociales que trabajan también en respuestas y alternativas ciudadanas.
Hoy la respuesta sindical solo puede ser una : Hacia la Huelga General.
Manuel Velasco Valladares
Secretario General de la CGT en Navarra