El 20 de noviembre de 2011 están convocadas elecciones generales políticas para decidir la composición del Parlamento y gobierno españoles en los próximos cuatro años. Una vez más, la clase política nos pide que seamos cómplices con su servidumbre a los intereses del capitalismo y, con ello, acatemos el injusto régimen social y político vigente.
Tras más de treinta años
de elecciones políticas y gobiernos de diferentes pelajes, el
resultado para la clase trabajadora no ha venido siendo otro que la
pérdida constante de derechos y conquistas sociales, una y
otra vez cercenadas por las sucesivas reformas laborales, decretazos
y ajustes: despido libre y barato, precariedad y temporalidad en el
empleo, sometimiento de las y los trabajadores a la voluntad
empresarial, recortes de pensiones, legislación laboral al serv
Tras más de treinta años
de elecciones políticas y gobiernos de diferentes pelajes, el
resultado para la clase trabajadora no ha venido siendo otro que la
pérdida constante de derechos y conquistas sociales, una y
otra vez cercenadas por las sucesivas reformas laborales, decretazos
y ajustes: despido libre y barato, precariedad y temporalidad en el
empleo, sometimiento de las y los trabajadores a la voluntad
empresarial, recortes de pensiones, legislación laboral al servicio
de los intereses de la patronal…
Estas reformas, que no
hubieran sido posibles sin la complicidad del sindicalismo
institucionalizado, nos han traído a la realidad actual: más de
cinco millones de personas en paro; casi dos millones de familias con
todos sus miembros sin trabajo y condenadas a la miseria y exclusión
social; cientos de miles de personas han perdido ya sus viviendas; 13
millones de trabajadores y trabajadoras tienen ingresos anuales
inferiores a los 12.000 euros; congelación de las pensiones; puesta
en manos privadas y expolio del patrimonio de todos y todas; recorte
de los servicios públicos esenciales como sanidad y educación, y
agresión salvaje a la naturaleza y medio ambiente y a la salud de
las personas.
Ante esta situación, la
CGT no colaborará ni será
partícipe de la farsa programada para el 20 de noviembre.
Propugna la abstención activa frente a las elecciones políticas
y la movilización social frente a las injusticias.
Ya la CGT en su
último Congreso celebrado en Málaga decía en sus acuerdos que las
raíces de esta injusta situación son “…el autoritarismo (en
la actualidad básicamente representado por la organización estatal)
y la usurpación privada de la riqueza socialmente producida
(actualmente representada por el capitalismo). Ambos factores –la
organización estatal y el capitalismo- aparecen cada vez como la
misma cosa. Gobiernos y capital
son ya lo mismo. Los gobiernos gestionan localmente los
intereses del capital en sus ámbitos respectivos y el capitalismo se
vale de la estructura de los estados para perpetuarse, es decir, para
sobrevivirse como injusticia y desastre globales. Sin la supresión
de esas dos poderosas fuerzas, ambas antagónicas de la humanidad, no
es posible otro mundo que el de la injusticia totalizadora y la
explotación global.”
En consonancia con lo
anterior y en el absoluto convencimiento de que la clase política,
en cumplimiento de su función servil, no tiene intención ni la más
mínima posibilidad de hacer algo que valga la pena a favor de la
justicia y la igualdad social, de hacer algo que no sea lo que le
está mandado hacer, la CGT defiende que es la movilización
social y, en particular, la de la clase trabajadora el único
agente capaz de transformar esta sociedad en algo mereciente de
ser vivido con dignidad.
También acordaba el
Congreso de la CGT en Málaga que “El Derecho y las leyes
del Estado no son una herramienta efectiva de libertad y emancipación
social, que las y los trabajadores y la sociedad puedan usar a
conveniencia. Al contrario, son herramientas en manos del poder para
imponer su ley.”. Por lo que, enfrentados hoy a la necesidad de
hacer algo para cambiar la situación, hay muchas cosas mejores y
más productivas que hacer que ir a votar: sostener la lucha a
favor de una sociedad en la que no quepan “la explotación del
hombre por el hombre”, la devastación de la naturaleza o la
injusticia social.
Por todo ello, la CGT
hace un llamamiento a su afiliación y simpatizantes, a la clase
trabajadora y a la ciudadanía en general para que manifiesten su
desafección y rechazo al sistema imperante y a la insostenible
situación actual mediante la abstención consciente y activa
en las elecciones generales del 20 de noviembre.
Comité Confederal de la
CGT.
Más información en 20N Abstención Activa
Fuente: Secretariado Permanente del Comité Confederal