Artículo publicado en Rojo y Negro nº 394, noviembre 2024
¡Es la hora de alzar la voz! Nos están matando, violando, vejando y menospreciando, y aun así, la vergüenza social sigue recayendo sobre nosotras cuando sucede, a pesar de los fríos y escalofriantes datos estadísticos.
La violencia machista ha aumentado un 22,5% respecto al año anterior, con 99.644 casos activos en VIOGEN. El 47,7% de estas mujeres víctimas de violencia machista, tienen menores a su cargo, sumando 1.684 niñas y niños bajo protección oficial. Los delitos contra la libertad sexual han crecido un 14,8%, alcanzando 21.825 casos según el Ministerio del Interior. A nivel mundial, más de 370 millones de niñas y mujeres han sufrido violaciones o abusos sexuales antes de los 18 años (1 de cada 8). En contextos de conflictos esta cifra se duplica, 1 de cada 4, según expone UNICEF.
Es hora de actuar. Debemos aprender a identificar la violencia desde el primer indicio y armarnos de las herramientas necesarias para prevenirla. Reclamamos que las instituciones se involucren de manera real y efectiva en la detección precoz, la prevención, el acompañamiento y la restitución. Es hora de que la vergüenza cambie de lado y sea la violencia machista la denostada por la sociedad, no las víctimas.
Las violencias machistas interseccionales atacan la diversidad, golpeándonos doblemente por ser migrantes, racializadas, lesbianas, trans, por tener cuerpos no normativos, por nuestra edad, discapacidad o precariedad. La violencia económica patriarcal perpetúa nuestra dependencia, impidiendo nuestra emancipación.
EXIGIMOS que las violencias machistas y patriarcales, en cualquiera de sus formas, dejen de ser invisibles. EXIGIMOS que la sociedad reaccione y que sean las personas maltratadoras las que carguen con la vergüenza. Es hora de quitarles la máscara, exponiendo la toxicidad y el daño de sus acciones. QUE LA VERGÜENZA CAMBIE DE LADO.
No podemos permitir que aquellos que niegan la violencia de género sigan ganando espacio. CONTRA LA NEGACIÓN: REACCIÓN, EDUCACIÓN, FORMACIÓN Y EVOLUCIÓN.
EXIGIMOS Y ACTUAREMOS PARA ERRADICAR:
– La violencia laboral: Basta de acoso, discriminación salarial, techos de cristal y precarización en los sectores feminizados. ¡Equiparación real ya!
– La violencia institucional: Exigimos recursos adecuados para políticas de igualdad y el fin de la discriminación en las instituciones públicas.
– Los protocolos ineficaces contra la violencia machista: Basta de revictimizarnos, avergonzarnos y dejarnos expuestas y a merced de la misma violencia de la que debieran protegernos. ¡Nuestros cuerpos no son sacos de boxeo!
– La violencia psicológica: Basta de degradarnos, despreciarnos y hacernos sentir que no somos nadie.
– La violencia vicaria: No más violencia contra nosotras a través de nuestros hijos e hijas. ¡Un maltratador no puede ser un buen padre!
– La violencia sanitaria: Exigimos que se cuide nuestra salud con perspectiva de género.
– La violencia judicial: No más criminalización de las víctimas mientras los agresores gozan de impunidad.
– La violencia sexual: Basta de agresiones y violaciones, basta de comentarios y actos sexuales sin nuestro consentimiento, basta de cosificarnos y denigrarnos. ¡Basta de sumisión química!
Luchemos contra la cultura estructural de violencia capitalista y machista que provoca guerras y masacres. ¡No a la guerra! Ni en Palestina, ni en el Líbano, ni en Ucrania, ni en ninguna de las 56 guerras actuales. Las mujeres violadas en estos conflictos son víctimas de una violencia constante, justificada por razones políticas, religiosas o patriarcales.
Desde la CGT, seguiremos luchando para erradicar la violencia machista en todas sus formas.
¡QUE LA VERGÜENZA CAMBIE DE LADO!
¡NO MÁS VIOLENCIAS MACHISTAS!
Fuente: Rojo y Negro