Manifestaciones en Marruecos por la dignidad y la libertad

La lucha por la dignidad y la libertad en Marruecos, impulsada por el M- 20 de febrero sigue adelante. Importantes manifestaciones el 10 de julio.-

“No cederemos”, “no toquéis el dinero de mi país”, “No a la corrupción” se grita en las calles. No hay ninguna confianza en la nueva constitución, son los mismos que están ahora quienes van a seguir dominando el país.

Este domingo, miles de manifestantes volvieron a salir a la calle en
Tánger donde se están produciendo las manifestaciones más masivas (la
más grande ha llegado a tener más de 200.000 manifestantes) pero también
Rabat, Casablanca, Moahmedia, Alhucemas, El Jadida, Taourirt,
Imzouren…se han producido importantes manifestaciones.

9 días después de la mascarada del referendum, se sigue pidiendo en
la calle una auténtica democracia, el fin de la corrupción dominante y
trabajo para la juventud, lucha encabezada por la ANDCM que ha pasado a
continuar su lucha, centrada en el mes de abril en Rabat, a nivel
local, descentralizada.

A pesar de las amenazas e insultos de los matones al servicio del Makzen (ver video http://www.youtube.com/watch?v=Jfgn…
), los manifestantes han mantenido la calma y no se han producido
incidentes graves. Es importante señalar como, en lugares como
Mohamedia, se funden con los jóvenes del 20F las reivindicsciones
obreras y por una vivienda digna, recorriendo la manifestación los
barrios más pobres.

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Traducimos también un artículo de Tel Quel, que consideramos de interés
.

Creíamos y sobre todo esperábamos que sólo Hassan II podía hacernos “esto”. He aquí que descubrimos que Mohammed VI también.

Por Karim Boukhari

http://www.telquel-online.com/481/e…

No confiad en la unanimidad engañosa del 98,5% de Síes obtenidos por
la nueva Constitución. Esta cifra está sesgada y no hay que tomarla muy
en serio. No traduce absolutamente la inquietud creciente en el seno de
la sociedad marroquí, sin distinción de clases. Y no es digno de una
democracia; al contrario, esta cifra es la prueba de que algo no va bien
en el país más bello del mundo.

Basta con observar en torno nuestro para comprobar que muchos
marroquíes vivieron la noche del viernes 1 de julio, incluso entre los
partidarios sinceros del Sí, como un traumatismo colectivo y una inmensa
decepción. “No van a pesar de todo a volver a hacernos esto”, se
pensaba, incluso a lo sumo muy de una campaña digna de un país
completamente atrasado. Y bien si, “” decidieron hacernos beber el cáliz
hasta la hez. Y en esto, es necesario que nos pongamos todos de acuerdo
sobre un punto: en democracia, es simplemente imposible obtener casi
un 100%. Eso nunca se ha hecho a través de la historia. Es absurdo. Sólo
las dictaduras son capaces de tales “resultados”, y los argumentos que
se nos presentan (a grosso modo: si los abstencionistas hubiesen votado,
el resultado habría sido otro) no cambian nada el fondo del asunto. Lo
repito, democracia y unanimidad son incompatible. En Marruecos, creíamos
y sobre todo esperábamos que solo Hassan II podía hacernos “esto”. He
aquí que descubrimos que Mohammed VI también.

Ahora, bien mirado, se puede considerar que no es un referéndum
constitucional lo que Marruecos acaba de vivir, sino una especie de
“presidencial”. El jefe del Estado, que no es elegido, ha aprovechado la
ocasión del referéndum para asignarse un plebiscito popular casi
programado, un Bey’ a bis pero esta vez por vía electoral. ¿Tenía
necesidad? Quizá sí, y quizá no. El tiempo lo dirá. Lo que es seguro,
es que el jefe del Estado eligió hacer subir su cuota personal
(invitando el marroquí a decir sí y autorizando al aparato
administrativo a llevar la campaña que ya sabemos), allí donde habría
podido hacer ganar la democracia si hubiera jugado la carta de la
neutralidad.

Sobre otro plano, el hecho de que el jefe del Estado haya decidido
transformar una consulta de referendum en “presidencial” es la mejor
prueba de que los acontecimientos vividos por Marruecos a lo largo de
estos últimos meses, y, en particular, la presión ejercida desde la
calle, lo han sacudido. Todos los que han tenido apartes con dignatarios
del régimen saben que el Poder ha temblado, por no decir que ha
flotado, antes de encontrar el “desfile” con esta Constitución, con el
pretexto de un plebiscito real.

En vista de desde esa perspectiva, se comprende mejor un poco que el
“referéndum” haya desembocado en este resultado surrealista del 98,5%.
Entonces o sea. ¿Pero eso cambia algo al problema marroquí? No lo creo.
Si el rey consolidó su trono y reafirmado su legitimidad, en una palabra
si el rey “ganó”, implicó en su impulso todo el sistema makhzénien, que
puso de manifiesto que tenía bonitos restos. En frente, la democracia
no ganó absolutamente nada y Marruecos está más impaciente que nunca. Se
nos coloca siempre pues al mismo signo. Retengo por mi parte dos solos
motivos de esperanza, cuyo primero me parece irreversible: se politiza a
los jóvenes, gracias al Movimiento del 20 de febrero, en adelante y más
no pasará nada sin ellos. Contrariamente a esto que pretende la
propaganda oficial, estos jóvenes seguirán madurándose y ganar en
músculo, y no los veo bajar los brazos, al contrario. El segundo motivo
de esperanza se llama la libertad de expresión que ganó el margen,
aunque las voces libres e independientes permanecen ahogadas en medio de
los propagandistas y béni-oui-oui. ¿Esta nueva libertad de expresión, y
relativa, es irreversible? Lo espero, lo esperamos, pero va a ser
necesario luchar duro para volverla realmente irreversible.