Alrededor de 1.500 personas se han manifestado este domingo en Sevilla bajo la lluvia en un acto unitario convocado por 30 organizaciones sociales y partidos políticos para mostrar el rechazo a la Guerra de Libia.

Los manifestantes han lamentado "el mal día que ha impedido que muchos autobuses salieran de distintos pueblos", al tiempo que han agradecido el trabajo de los agentes de Policía Local al cortar el tráfico a lo largo del recorrido, desde la Plaza Nueva hasta el Parlamento Andaluz.

Algunos de los colectivos que conforman la Plataforma Contra la Guerra
son APDH-A, CGT, CUT-BAI, Ecologistas en Acción, Foro Social de Sevilla,
IULV-CA, PCA , la Plataforma de Solidaridad con Palestina o el SAT,
entre otros.

Durante la protesta se ha leído un manifiesto bajo el lema de ‘No a la
guerra. No en nuestro nombre. Solidaridad con los pueblos’. La
organización espera que este acto «sirva de empujón a otras
manifestaciones porque está guerra no será breve».

Por otro lado, el manifiesto expresa el «más contundente rechazo de la

Algunos de los colectivos que conforman la Plataforma Contra la Guerra
son APDH-A, CGT, CUT-BAI, Ecologistas en Acción, Foro Social de Sevilla,
IULV-CA, PCA , la Plataforma de Solidaridad con Palestina o el SAT,
entre otros.

Durante la protesta se ha leído un manifiesto bajo el lema de ‘No a la
guerra. No en nuestro nombre. Solidaridad con los pueblos’. La
organización espera que este acto «sirva de empujón a otras
manifestaciones porque está guerra no será breve».

Por otro lado, el manifiesto expresa el «más contundente rechazo de la
plataforma a la aprobación, por parte del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas, de la zona de exclusión aérea en territorio libio, así
como la apuesta por la paz y contra cualquier intervención militar
extranjera en cualquier país».

Al mismo tiempo, saluda «las movilizaciones de los pueblos árabe y del
norte de África por los derechos sociales y las libertades democráticas y
condenamos la represión violenta de los gobiernos contra
manifestaciones pacíficas».

De otro lado, los colectivos critican que los medios de comunicación
corporativos han hecho «un uso absolutamente intencionado de la
información referente a los conflictos sucedidos en Libia,
descontextualizando y manipulando descaradamente los hechos, con la
finalidad de imponer en Occidente una visión deformada de este país,
dejando el terreno ideológico bien preparado para justificar la
intervención».

Por otra parte, el manifiesto recoge la condena de manera «contundente» a
la intervención militar en la que participan varios estados, entre
ellos España como uno de los promotores de la acción de guerra en la
gestión de esta crisis. Al mismo tiempo, critican el doble rasero con
que dichos estados justifican sus ataques bajo la excusa de la defensa
de los derechos humanos de la población libia, cuando «jamás han
promovido la defensa de estos mismos derechos humanos para pueblos que
están siendo sometidos a genocidios y que además la ONU ha reconocido en
sus propias resoluciones, siendo los ejemplos más claros los pueblos
saharaui y palestino».

Al hilo de esto, solicitan el procesamiento de los líderes
internacionales y en concreto de los diferentes gobiernos españoles que
han consentido la venta de armas en el exterior. «No dudamos al afirmar
que estas intervenciones, muy lejos de buscar proteger a la población,
tienen como único objetivo esquilmar los recursos naturales, petróleo y
gas en el caso libio, y con este fin ya se están reuniendo los Ministros
de Energía de los estados atacantes», asegura la plataforma.

Además, el manifiesto lamenta que el Gobierno de España utilice las
bases de Rota (Cádiz) y Morón (Sevilla) como enclaves esenciales de la
OTAN para las operaciones militares de ataque contra otros pueblos,
poniendo en riesgo a Andalucía. «De nuevo se va a utilizar nuestra
tierra, mediante las bases militares extranjeras, para llevar la muerte y
la destrucción a otros países», añade.

La Plataforma Contra la Guerra entiende que ha de ser el pueblo libio el
único actor para decidir la conformación de su futuro como nación, y es
el pueblo libio el que ha de resolver sus conflictos y no las potencias
imperialistas extranjeras, cuyas intervenciones militares «sólo se
pueden traducir en más víctimas y en un empeoramiento de las condiciones
de vida de la población».

Agencias


Fuente: Agencias