Artículo publicado en RyN nº 379 de junio.
La Confederación General del Trabajo en València vuelve a rendir homenaje a Lucía Sánchez Saornil, cuando se cumplen 53 años de su muerte. Lucía Sánchez Saornil fue referente del anarcofeminismo, una de las cofundadoras de Mujeres Libres junto a Mercedes Comaposada y Amparo Poch, además de militante anarcosindicalista y poeta destacada del movimiento ultraísta.
Este año la organización anarcosindicalista ha organizado el 2 de junio, en la Federación Local de Valencia, una charla a cargo de la historiadora Laura Vicente, especializada en historia del anarquismo, el movimiento obrero y la historia de las mujeres, autora entre otros muchos libros de La revolución de las palabras. La revista Mujeres Libres de la editorial granadina Comares. En él la historiadora nos habla de la figura de Sánchez Saornil y la importancia de la revolución que junto a sus compañeras llevaron a cabo.
El sábado 3 de junio se ha realizado el tradicional homenaje en el cementerio municipal de València, donde se encuentra enterrada Lucía Sánchez Saornil. CGT se ha encargado de recuperar la memoria, restaurar la lápida que se encontraba en muy mal estado y se ha comprometido en pagar los gastos del nicho. Este año la ofrenda floral que CGT viene haciendo desde hace 12 años, se ha llevado a cabo conjuntamente con CNT y la Plataforma per la Memòria del País Valencià.
El acto se ha iniciado con las intervenciones de CGT y CNT, glosando la figura de Lucía, para a continuación, realizar la ofrenda floral, depositando ramos y flores sobre su tumba. Se han leído varios poemas suyos y se ha cerrado el acto cantando el “Himno de Mujeres Libres” y “A las barricadas”.
Lucía Sánchez Saornil es un referente en el mundo del anarquismo, pero también lo es para las mujeres que no pueden entender un mundo libertario donde tenga cabida el patriarcado.
Trabajadora de Telefónica, participa en el movimiento anarquista y, desde la lucha obrera, reivindica muy especialmente la emancipación de las mujeres.
De familia humilde, se forma de manera autodidacta, pero también estudia en la Academia de San Fernando, donde conecta con los movimientos vanguardistas, participando del Ultraísmo (siendo la única mujer que figura en sus filas).
Cofundadora en abril de 1936, junto con Mercedes Comaposada y Amparo Poch, de la Federación de Mujeres Libres, acompañada de la publicación de una revista homónima donde tratarán los temas específicos que ayuden a liberar a las mujeres de su triple esclavitud: la de la ignorancia, la de hembra y la de productora.
En muy poco tiempo, consiguen afiliar alrededor de 20.000 mujeres a la causa del anarcofeminismo (aunque sin acuñar el término).
La guerra la condujo a una gran actividad. En el ámbito periodístico escribe artículos, visita el frente, da mítines o mantiene correspondencia con compañeras de otros países.
El fin de la guerra la lleva al exilio y, años más tarde, ya de vuelta, a un exilio interior tal vez todavía más triste, cuya salida nada más podía ser la invisibilidad y el silencio.
No sabemos si, realmente, creyó que la esperanza había muerto en referencia a su introspección tras la Guerra Civil y su regreso a la España franquista en 1952. Pero sí que podemos decir que, incluso habiendo perdido la guerra, Lucía tenía claro que soñar nuevos mundos era importante. Soñar era el primer paso para caminar hacia la utopía.
Carme Jareño
Secretaria de la Mujer de CGT València
Fuente: Rojo y Negro