Después de tres semanas de protestas y de mantener una huelga indefinida, ha nacido la división en el seno de los vendedores del mercadillo ambulante de Pontevedra. Por una parte, una comisión de vendedores autónomos ha convocado una asamblea para mañana con el propósito de reanudar las ventas y dejar de lado las presiones y amenazas que reciben por parte del otro grupo mayoritariamente integrado por ambulantes de etnia gitana.

Después de tres semanas de protestas y de mantener una huelga indefinida, ha nacido la división en el seno de los vendedores del mercadillo ambulante de Pontevedra. Por una parte, una comisión de vendedores autónomos ha convocado una asamblea para mañana con el propósito de reanudar las ventas y dejar de lado las presiones y amenazas que reciben por parte del otro grupo mayoritariamente integrado por ambulantes de etnia gitana.

A su vez, el colectivo de vendedores representado por Sinaí Giménez, asegura que la comisión no representa a ningún vendedor, que continúan las movilizaciones y augura que no asistirá ninguna persona a la citada asamblea.

José Luis Muiños, vendedor ambulante en el mercadillo de Pontevedra, respaldado por la central sindical CGT, se presentó ayer como uno de los miembros integrantes de la comisión de vendedores autónomos que decidieron convocar la asamblea de ambulantes de mañana, a las siete de la tarde. El objetivo de esta asamblea es informar de la situación actual, elaborar una tabla de reivindicaciones que presentarán a Teresa Casal, concejala de Promoción Económica, para ser negociada (traslado al centro, día trabajado/día pagado). Además, propondrán reanudar los mercadillos, mientras se negocia con el concello.

Falsa asociación

Este vendedor manifestó ayer que no existe ninguna asociación de vendedores ambulantes de Pontevedra, ni de la provincia, al menos, que conste registrada en la Xunta de Galicia. No obstante, expuso los datos oficiales sobre el mercadillo de la capital.

Según sus datos, obtenidos de los registros de la Xunta, en Pontevedra se instalan 236 vendedores autorizados para montar sus puestos (si bien puntualizó que hace dos años había 114 puestos más), de los cuales 100 son de etnia gitana y 25 extranjeros (en su mayor parte senegaleses y marroquíes).

A su vez, del total de 236, están autorizados por la Xunta de Galicia 127, es decir, que están dados de alta como autónomos y cumplen con todos los requisitos exigidos por la administración autónoma para ejercer esta actividad comercial. Entre ellos se encuentran los 25 vendedores extranjeros registrados. El resto, 109, son ilegales.

Con esta documentación, los vendedores ambulantes pueden ejercer la venta en cualquier mercadillo de Galicia.

Reunión «clandestina»

Según manifestó José Luis Muiños, Sinaí Giménez que se erige en representante del pueblo gitano, la mitad del colectivo de vendedores, no figura como inscrito dentro de los registros de la Xunta de Galicia, aunque sí una cooperativa de hijo del Morón.

Para la comisión de vendedores que representa José Luis Muiños, la reunión «clandestina» celebrada en el restaurante Mochi, en la que se acordaron las movilizaciones, no contó con la participación de todos los vendedores, y no se invitó a los autónomos, que ahora convocan esta asamblea.

De todos modos, dijo que secundaban las movilizaciones porque «somos compañeros y porque estamos presionados».

Manifestó que algunos vendedores están amenazados para que no vuelvan a instalar sus puestos en el mercadillo ambulante de Pontevedra ya que no cuentan con la aprobación de Sinaí Giménez.

Sinaí Giménez dice que los usuarios divididos son el 5% del colectivo

Sinaí Giménez, presidente del Pueblo Gitano, etnia con gran presencia en el mercadillo de Pontevedra, ratificó ayer la existencia de la asociación de vendedores ambulantes, y atribuyó las declaraciones de José Luis Muiños a la «envidia». Según su versión, este vendedor pretendía liderar esta asociación y no contó con el respaldo suficiente.

Además, anunció que el 95% de los vendedores boicotearían la asamblea convocada para mañana en el salón de actos del edificio sindical, y no acudirían «porque somos compañeros y no traidores».

Fin de las movilizaciones

Sinaí Giménez reiteró que el mercadillo ambulante continuaba desconvocado para las próximas jornadas, al igual que las movilizaciones que tenían previstas para mañana y para el viernes. De este modo, responden a las peticiones de la concejala de Promoción Económica, Teresa Casal, quien exigió que para sentarse a negociar era necesario renunciar a las movilizaciones en la calle.

Denuncias de ambulantes ilegales en el mercadillo de Marín

José Luis Muiños no sólo se limitó a denunciar la situación del mercadillo de Pontevedra sino también lo que sucede en el ayuntamiento de Marín.

Según este vendedor, en el mercadillo de este concello hay un grupo de usuarios que no tienen carné de la Xunta de Galicia y llevan más de dos años sin abonar los recibos municipales.

A pesar de la flagrante ilegalidad, según José Luis Muiños, el ayuntamiento de Marín no hace nada por regular la situación, a pesar de que la conoce de primera mano. Y estos 36 ó 40 vendedores continúan poniendo sus puestos cada mercadillo sin impunidad.

Para el portavoz de la comisión de vendedores autónomos de Pontevedra existe una gran «dejadez» por parte de todas las administraciones, especialmente por parte de la Xunta de Galicia que elaboró hace más de tres años un decreto legislativo sobre los vendedores ambulantes con unas normas estrictas, pero que «no cumple ni la propia Xunta de Galicia ya que no las pone en marcha».

FARO DE VIGO