Los 500 movilizados piden al Gobierno que no haya expulsiones ni más detenciones
Más de 500 inmigrantes se encerraron ayer durante casi cuatro horas en la iglesia de Santa Maria del Pi en demanda de papeles. Previamente, se manifestaron por la Rambla al grito de "papeles para todos". El encierro terminó a las 22.30 horas sin ningún incidente.

Los 500 movilizados piden al Gobierno que no haya expulsiones ni más detenciones

Más de 500 inmigrantes se encerraron ayer durante casi cuatro horas en la iglesia de Santa Maria del Pi en demanda de papeles. Previamente, se manifestaron por la Rambla al grito de «papeles para todos». El encierro terminó a las 22.30 horas sin ningún incidente.

La Asamblea por la Regularización sin Condiciones dio ayer un giro de 180 grados. Suavizó sus posturas, tanto en las formas como en el fondo. Los asistentes, en su mayoría musulmanes, se comportaron como si de una mezquita se tratase —incluso desconectaron sus móviles—. Los asistentes autorizaron a sus representantes acudir a la reunión prevista en la Delegación del Gobierno en Catalunya el próximo martes.
Los encerrados aprobaron una batería de 24 puntos, que deberán ser defendidos por sus negociadores. Los inmigrantes exigen que se solucione el colapso en la Subdelegación de Barcelona y que, mientras, se suspendan las expulsiones y no se efectúen más detenciones.

ARRAIGO EN CATALUNYA

La asamblea acordó reclamar la tarjeta de residencia para todos aquellos extranjeros que puedan demostrar que tienen un trabajo. Entre otras reivindicaciones, desean que la medida se extienda a las personas que lleven al menos cinco años en España, aunque hoy no tengan empleo.
«No se trata de darles un cheque en blanco, pero hay que escuchar sus propuestas y aprovechar la ocasión para exponer nuestras demandas», declaró a este diario Jorge Sánchez, uno de los responsables del nuevo clima de diálogo.

Los sin papeles se citaron a las seis de la tarde en la plaza de Catalunya. Sin embargo, el ambiente era muy distinto al del pasado miércoles, cuando decidieron proseguir con los encierros tras el desalojo de la catedral el pasado sábado. Ayer, el clima era más distendido, casi festivo.

GRATITUD A LA IGLESIA

La autorización del rector de la iglesia del Pi, Gaietà de Casacuberta, para que se celebrara la asamblea en el templo contribuyó al sosiego. El sacerdote fue aplaudido en la plaza, durante la manifestación por la Rambla y en interior de su parroquia.

Resultó curioso observar cómo Enrique Mosquera, militante de la CGT y defensor de las posiciones más duras, elogiaba al mosén y a la Iglesia católica. «La verdad es que se han portado bien, a diferencia de las instituciones», sentenció.

Los representantes del colectivo se habían pasado día y medio tratando de encontrar un local, sin éxito. Ningún organismo ni entidad quiso cederles un lugar porque la idea inicial era la de encerrarse durante días. Al final, triunfaron las tesis moderadas, que defendían la necesidad de reunirse sólo para elaborar una estrategia ante la Administración.

El sector más moderado —encabezado por entidades juveniles, cristianas y ONG—, lograron desechar la idea del encierro en vísperas de unas elecciones. Ese sector trata de dar una imagen más dialogante del colectivo, al objeto de ganar apoyos entre la opinión pública.

JORDI CORACHÁN
BARCELONA

El Periodico