Madrid es una ciudad que se quiere de paz y de convivencia abierta. Así lo ha llegado a afirmar, con permiso de la derecha vocinglera, la actual corporación municipal, que, dando un paso más, afirma en su propia sede su bienvenida a los refugiados de las guerras y su compromiso hospitalario hacia ellos.

Una ciudad de paz se merece políticas de paz y compromisos amplios de paz, lo que implica también gestos claros de rechazo a la guerra y su preparación. No podemos entender de otro modo la ausencia de la propia alcaldesa a los desfiles militares, la aplicación de leyes que desmilitaricen el nombres de nuestras calles o ensalcen valores de paz, o la aplicación de presupuestos de solidaridad y de hermanamientos enfocados a construir la paz basada en la justicia social.

Una ciudad de paz se merece políticas de paz y compromisos amplios de paz, lo que implica también gestos claros de rechazo a la guerra y su preparación. No podemos entender de otro modo la ausencia de la propia alcaldesa a los desfiles militares, la aplicación de leyes que desmilitaricen el nombres de nuestras calles o ensalcen valores de paz, o la aplicación de presupuestos de solidaridad y de hermanamientos enfocados a construir la paz basada en la justicia social.

Pero los días 14 al 16 de marzo, promovido por el Grupo Atenea Seguridad y Defensa, una corporación bastante peculiar que se define a sí misma como “una entidad social apartidista e independiente que, como miembro de la nación española, contribuye a asumir el acervo común de la tradición y del humanismo cristiano, fundamento de nuestra civilización, con espíritu de servicio a la sociedad de forma excelente y útil”, entidad que agrupa a personajes con vínculos evidentes en la extrema derecha, se va a celebrar en el recinto ferial de IFEMA el Sexto Salón Internacional de Tecnologías de Seguridad Nacional “HOMSEC 2017”, una feria de armas en la que entre otros grupos, participan las principales empresas del sector de la defensa, dos ferias de armas (una de Israel y otra de Colombia) y delegaciones oficiales de múltiples países dispuestos a comprar muerte.

Que nos encontremos ante la sexta  feria de armas de estas características sin que la ciudadanía se haya enterado de nada, habla muy pobremente de nuestra capacidad de respuesta ante la sutil penetración del militarismo en nuestra sociedad. Que al menos en las dos últimas de ellas el propio Ayuntamiento madrileño y la Comunidad Autónoma hayan prestado su apoyo institucional a la feria de armas HOMSEC explica hasta qué punto las administraciones madrileñas han estado aj3enas al compromiso por la paz.

Que la actual feria se celebre en la sede de IFEMA, una entidad en cuyo consejo rector participan mayoritariamente Ayuntamiento y Comunidad Autónoma dice, a su vez, la distancia que aún queda por recorrer para hacer coherentes las buenas intenciones de paz que desde lo políticamente correcto se proclaman a diario. Hechos son amores, y permitir esta feria de armas, o guardar silencio resignado ante su celebración cuando menos, es en cierto modo apoyar tal actividad, pues a ninguna administración seria se le ocurriría permitir la celebración en un recinto en cierto modo de su  responsabilidad, de una feria que predicara el odio, el machismo u otros muchos males asociados con la violencia y la dominación, entre cuyos registros creemos que también se debe tener la venta de armas.

Madrid no se merece este desprestigio. No se merece la deshonra de albergar en su seno una feria de armas. De dar acogida a los señores de la guerra. De brindar sus espacios feriales para sus suculentos negocios promotores de la guerra.

Por esas razones de carácter político, social, ético, de sentido común, muchas organizaciones sociales nos hemos unido en la plataforma Desarma Madrid, para exigir que la feria no se celebre en nuestra ciudad, que nuestras instituciones la rechacen, que la ciudadanía conozca este horror y lo boicotee, que nuestra ciudad sea una ciudad de paz en los hechos.

Es por eso que hemos dado a conocer el comunicado que, firmado por más de noventa organizaciones sociales hasta el momento, rechaza esta feria de armas y anuncia nuestra movilización en contra.

Un comunicado que tiene cuatro reivindicaciones claras y concisas

1. Exigimos al IFEMA la cancelación del evento.

2. Exigimos que el Ayuntamiento de la ciudad de Madrid, declarada como una ciudad de paz y acogida en la que todas las personas puedan sentirse seguras, se desmarque públicamente de esta iniciativa

3. Exigimos a Ayto. y Comunidad que auditen las cuentas de la feria del evento y las haga públicas en aras de la transparencia.

4. Llamamos a la sociedad civil a denunciar y boicotear esta feria uniéndose a las acciones contra la misma.

Esta feria no debe celebrarse. No en nuestro nombre. No en nuestra ciudad. No con ningún tipo de apoyo institucional.

Fuera de Madrid los señores de la guerra.

Colectivo Utopía Contagiosa


Fuente: Colectivo Utopía Contagiosa