Ecologistas en Acción quiere denunciar que al menos el reactor número 1 de Fukushima-Daiichi no resistió el terremoto, en contra de lo que los expertos han proclamado. Se ha sabido que los operarios de TEPCO entraron en el recinto de contención y encontraron elevadísimos niveles de radiactividad.

El día 11 de marzo, tras el terremoto y el tsunami, los operarios de TEPCO entraron en el recinto de contención de los reactores para comprobar su estado. En este momento, los procesos de fusión aún no habían empezado porque, a pesar de que el tsunami había destrozado los sistemas de refrigeración y de alimentación eléctrica, funcionaban unos sistemas de refrigeración de emergencia que se alimentaban de baterías y eran capaces de mantener la situación bajo control durante una media hora.

El día 11 de marzo, tras el terremoto y el tsunami, los operarios de TEPCO entraron en el recinto de contención de los reactores para comprobar su estado. En este momento, los procesos de fusión aún no habían empezado porque, a pesar de que el tsunami había destrozado los sistemas de refrigeración y de alimentación eléctrica, funcionaban unos sistemas de refrigeración de emergencia que se alimentaban de baterías y eran capaces de mantener la situación bajo control durante una media hora. Por tanto, si el terremoto no los hubiera afectado, los reactores deberían mantener su integridad, puesto que los, problemas aparecieron cuando los sistemas la temperatura de los núcleos aumentó, se formó hidrógeno y se produjeron explosiones que dañaron los edificios de los reactores y las contenciones.

Sin embargo, según se ha podido saber, al menos los operarios de TEPCO que entraron en el reactor número 1 encontraron una enorme cantidad de vapor radiactivo y unos índices de radiactividad altísimos que les forzaron a abandonar la contención inmediatamente. Los niveles eran tales que en una hora se recibía la dosis permitida para 5 años.

La única explicación para la presencia, al menos en el reactor número 1, de ese vapor radiactivo era que la vasija y las tuberías del circuito primario habían sufrido graves daños durante el terremoto, se habían roto y habían dejado escapar el vapor. Por tanto no se puede afirmar que los reactores salieran indemnes del terremoto, en contra de lo que los responsables de la industria nuclear han proclamado hasta la fecha. Esto explicaría también la fusión total del núcleo del reactor número 1 que se ha conocido recientemente.

Esto cambia radicalmente la visión que se tenía del accidente, según la cual los edificios de los reactores salieron indemnes del terremoto y fue el tsunami subsiguiente el que afectó los edificios auxiliares que albergan los sistemas de refrigeración y alimentación eléctrica. El terremoto fue ya suficiente para provocar el accidente sin el subsiguiente tsunami que, desde luego, empeoró las cosas sustancialmente.

Para Ecologistas en Acción esta secuencia del accidente debe ser tenida en cuenta, a la hora de aprender las lecciones de Fukushima. No cabe ya presumir que los edificios de los reactores son indestructibles. En particular, esto no sólo tiene consecuencias sobre las centrales de agua en ebullición como las de Fukushima, si no también sobre las centrales de agua a presión, en que los sistemas de refrigeración están contenidos en el edificio de hormigón del reactor.

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