"El territorio se ha gestionado a base de ir poniendo parches y respondiendo a las demandas de los grandes grupos de poder"

"Las nucleares tienden a crear desiertos económicos a su alrededor"

"Al gobierno de la Generalitat no les interesaba la planificación territorial"

 

Sergi Saladié Gil (Vandellós, 1974). Licenciado en Geografía (1998) por la URV, y especializado en estudios territoriales, urbanísticos y de paisaje por varias universidades catalanas. Actualmente ejerce como profesor asociado en el Departamento de Geografía de la URV, y como geógrafo profesional autónomo. También está realizando la tesis doctoral con el título «Paisaje y conflictos territoriales en las comarcas meridionales de Cataluña».

Sergi Saladié Gil (Vandellós, 1974). Licenciado en Geografía (1998) por la URV, y especializado en estudios territoriales, urbanísticos y de paisaje por varias universidades catalanas. Actualmente ejerce como profesor asociado en el Departamento de Geografía de la URV, y como geógrafo profesional autónomo. También está realizando la tesis doctoral con el título «Paisaje y conflictos territoriales en las comarcas meridionales de Cataluña». Colabora habitualmente con diversos movimientos territoriales de las comarcas meridionales de Cataluña y es el portavoz de la Coordinadora Anticementerio Nuclear de Cataluña (CANC).

¿Qué opinión te merece la planificación territorial hecha en Cataluña en los últimos treinta años y la evolución del paisaje?

De planificación territorial, entendida en el sentido de política pública territorial de integración de las diversas dinámicas territoriales, se puede afirmar que en Cataluña no ha habido hasta hace pocos años, cuando se realizan los Planes Territoriales Parciales de las siete regiones/veguerías , durante el período 2006-2010. ¡Unos planes territoriales que se contemplaban en la Ley de Política Territorial de 1983! Es evidente, pues, que al gobierno de la Generalitat de Cataluña que aprobó esa ley, y que mandó durante 23 años, no les interesaba la planificación territorial. Y esta ausencia de planificación territorial se ha producido cuando el territorio ha sido transformado, especialmente a través del crecimiento urbanístico y de infraestructuras, como nunca antes en su historia.

Desde la administración pública se han tomado estas dinámicas desde la óptica de la planificación sectorial y urbanística, dejando de lado la planificación territorial integradora. En este sentido, se puede afirmar que el territorio se ha gestionado a base de ir poniendo parches y respondiendo a las demandas de los grandes grupos de poder.

A veces empleas la cita del filósofo Slavoj Žižek sobre los territorios listos y los territorios no listos. ¿Qué quieres decir con eso? ¿Podrías ponernos ejemplos?

Si. En el artículo The Liberal Communist of Porto Davos, del año 2006, Slavoj Žižek dice: «(…) Y lo mismo sucede con la oposición entre las aproximaciones ‘lista’ y no ‘lista’. Aquí la noción clave es la subcontratación. Subcontratando, exportas el (necesario) lado oscuro; salarios bajos, prácticas laborales duras y polución, a lugares no-‘listos’ en el Tercer Mundo (o lugares invisibles dentro del propio Primer Mundo). «

En un contexto muy centralizado a todos los niveles y desde una óptica territorial, creo que es una definición muy apropiada para exponer el concepto centro-periferia a través del cual se puede explicar la distribución geográfica de determinadas infraestructuras consideradas «poco atractivas» o directamente nocivas. Y además, es un concepto que se reproduce en todas las escalas territoriales, desde el sistema mundo hasta los diversos sistemas urbanos. Por ejemplo, en el principado de Cataluña ¿donde están las 3 centrales nucleares en funcionamiento? Y en el Área Metropolitana de Barcelona ¿donde están situadas las centrales térmicas? En ninguno de los dos casos, estos centros de producción de energía eléctrica están cerca de los centros de poder. Žižek nos ilustra cómo los poderes financieros abusan de aquellos territorios invisibles a los ojos de la mayoría de la sociedad.

Conoces de primera mano el impacto territorial de las centrales nucleares porque eres de y vives en Vandellòs, ¿qué balance harías al cabo de los años?

Si se analiza el ciclo de vida completo de las instalaciones nucleares, éstas no han significado ninguna mejora sustancial en el nivel de vida de los territorios donde están implantadas, respecto otros territorios que no tienen. Si bien en los momentos de construcción y los primeros años de funcionamiento significaron un incremento notable de los puestos de trabajo y de las finanzas municipales, a la larga estas instalaciones tienden a contratar menos personal y más precarizado, y pagar menos impuestos (por extraño que pueda parecer, las nucleares están sujetas a una legislación que hace que a más años de funcionamiento tributen menos).

Además, las instalaciones nucleares tienen un efecto disuasorio sobre otras actividades económicas, especialmente las del sector primario, pero también las de otros campos industriales y los servicios. Las nucleares no generan prácticamente industria auxiliar, por lo que tienden a crear desiertos económicos a su alrededor. Y no sólo económicos, también demográficos, pues en el caso de Ascó se pierden un promedio de 12 habitantes anuales desde que las centrales nucleares están en funcionamiento.

¿Como resolveremos el problema de los residuos radiactivos?

Los residuos radiactivos no tienen solución. Eso es lo que nos dicen los científicos entendidos en la materia. A día de hoy no hay ningún procedimiento para disminuir o eliminar el peligro de este tipo de residuos. Lo único que puede hacerse es confinarlos para evitar una dispersión incontrolada de la radiactividad. Y en este sentido, cada Estado impulsa un programa de gestión diferente, desde el confinamiento geológico profundo hasta la construcción de cementerios en superficie, ya sea de forma individual para cada central o de forma centralizada. Por lo tanto, parece que tendremos residuos radiactivos por miles de años.

Lo único que a día de hoy está en nuestras manos, como humanos, es dejar de producir lo antes posible, para no hacer el problema más grande. Obviamente, esto sólo se puede conseguir cerrando las centrales nucleares lo antes posible. En este sentido, países como Alemania ya han dado un paso importante, y deberán haber apagado todas sus nucleares a principios de la próxima década. Lo perverso en esta cuestión de los residuos radiactivos, es que éstos han sido generados por unas empresas privadas que se desentienden de su gestión y de sus costes, recayendo, porque así lo asumen los que mandan, en los Estados y sus ciudadanos.

¿Qué impacto tendrá la crisis económica sobre el territorio? ¿Te atreves a dibujarnos el futuro que nos espera en relación al territorio durante los próximos treinta años?

La crisis económica, que en el fondo no deja de ser también una crisis energética, implicará, de hecho ya está sucediendo, una paralización de prácticamente toda actividad de transformación territorial tal y como lo habíamos conocido hasta el día de hoy. Por lo tanto, por un lado, se desacelerarán las dinámicas territoriales tan agresivas de estas últimas décadas, y evidentemente esta cuestión permitirá rehabilitar y recomponer ciertas cuestiones que habían quedado muy tocadas, como los espacios agrícolas o la conectividad de los espacios naturales, pero también el religar los espacios urbanos que han crecido de forma expansiva.

Por otra parte, estas positividades territoriales tienen a corto plazo su contrapeso negativo en forma de eliminación de varios puestos de trabajo que estaban vinculados con esas dinámicas, especialmente las ligadas al mundo de la construcción, tanto civil como de obra pública.

Yo no sé exactamente cuál será el futuro durante los próximos treinta años, pero sí que intuyo de acuerdo con los ciclos de disponibilidad energética decreciente, que avanzamos hacia un modelo cada vez más descentralizado, donde lo local y regional volverá a tener cada vez más importancia (la globalización neoliberal ha impuesto con un precio del petróleo por debajo de los 100 dólares / barril, y ahora ya estamos a 120 y subiendo, y eso no lo podrá resistir).

En este nuevo contexto, pienso que cada territorio tenderá a autoproducirse todo lo necesario para vivir (alimentación, energía, …). Y es en este nuevo contexto, tras un período de reajuste que puede acabar bien o no desde el punto de vista de la conflictividad social, que aparecen nuevos yacimientos de empleo para las poblaciones, sólo que en este caso el trabajo nos lo tendremos que crear nosotros, individualmente o de forma colectiva, y no esperar que nos venga ninguna multinacional. Esto, de hecho, ya se está dando entre diversos colectivos, como los que hacen agricultura biológica o las nuevas cooperativas de servicios energéticos.

Sergi Saladié, geógrafo.

* Entrevista realizada por Josep Estivill publicada en el núm. 145 de la revista Catalunya

http://cgtcatalunya.cat/spip.php?article8493


Fuente: Sergi Saladié