A pesar de los discursos, el gobierno venezolano hace jugosos negocios con ChevronTexaco
Entender el mapa actual de los mecanismos de dominación es enfrentarse a un mundo más complejo que hace 15 años atrás, cuando la geopolítica mundial estaba determinada por el enfrentamiento entre dos grandes superpotencias : Estados Unidos y la Unión Soviética.

A pesar de los discursos, el gobierno venezolano hace jugosos negocios con ChevronTexaco

Entender el mapa actual de los mecanismos de dominación es enfrentarse a un mundo más complejo que hace 15 años atrás, cuando la geopolítica mundial estaba determinada por el enfrentamiento entre dos grandes superpotencias : Estados Unidos y la Unión Soviética.

En el proceso que conocemos como globalización, la racionalidad económica lleva la batuta en cuanto a las decisiones que rigen los destinos del conjunto de países. La realidad del poder mundial supera los Estados e implica la emergencia de nuevos poderes que trascienden las geografías nacionales : los organismos multilaterales de financiamiento (FMI, BM) de la mano de los grandes consorcios bancarios y de finanzas así como las compañías multinacionales. Para que tengamos una idea de la influencia de estas últimas, citamos un dato de 1993 de la ONU : En 1993 350 multinacionales tenían bajo su mando 7.000 industrias claves en el mundo industrializado, las que a su vez controlaban la búsqueda y distribución de materias primas en los países de la periferia.

Una visión de cambio social que no incluya explícitamente estas realidades, pensando todavía la dominación en términos de “imperialismo” unilateral, allana el camino para esta cara renovada del capitalismo. Este es el caso venezolano. Como publicáramos en El Libertario #37 (“Globalización a paso de vencedores”) a pesar de los discursos incendiarios sobre “antiimperialismo” y “soberanía nacional”, las políticas económicas concretas del actual tren gubernamental han profundizado la apertura hacia la inversión extranjera en los sectores álgidos de la economía global : banca, telecomunicaciones y, especialmente, energía.

Venezuela : buhonera de materia prima
Antes del arribo de Hugo Chavez a la primera magistratura se personalizaba en Luis Giusti, presidente emblemático de la compañía petrolera del Estado venezolano Pdvsa, la privatización progresiva de la industria encarnada en su política de apertura al capital privado. Hoy, la gerencia chavista liderizada por Alí Rodríguez -paradójicamente un veterano de la lucha armada local de corte izquierdista- continúa privilegiando ampliamente la inversión extranjera, extrañamente, sin la abierta oposición que tal medida tenía en el pasado. Además de trusts como Shell, British Petroleum, Repsol YPF y Totalfinal Ef, una conocida multinacional ha sido ampliamente favorecida por negocios concertados y concretados durante el llamado “Proceso”, tal compañía es ChevronTexaco.

ChevronTexaco (como ellos mismos lo explican en su sitio web -www.chevrontexaco.com-) es la segunda compañía internacional de petróleo de Estados Unidos, resultado de la fusión de las empresas Chevron y Texaco en octubre del 2001. Contando con 25.000 estaciones de servicio, 83.000 millones de dólares en activos, reservas netas comprobadas en 11.500 millones de barriles, una producción diaria estimada en 2.7 millones en el mundo entero y 51.000 empleados. Su presencia en Latinoamérica se remonta a 1913, un territorio en progresiva expansión para sus actividades tanto que, como afirman, “hoy en día es una de las productoras internacionales de petróleo más importantes en Venezuela y Colombia”.
El interés de ChevronTexaco por Venezuela no se inaugura con la llamada “Revolución bolivariana”. En 1945 Chevron descubre el campo petrolero Boscan ubicado en la costa oeste del Lago de Maracaibo, operándolo hasta 1976 cuando el país caribeño nacionaliza su industria energética. Desde el 1 de julio de 1996, Chevron volvió a ser el operador del Campo de Boscan, bajo un acuerdo de operación con Pdvsa. La multinacional ha aumentado la producción en más de un 25% desde el reinicio de operaciones, pasando de 78.000 a 115.000 barriles de petróleo diarios. Hoy en día, se cree que Boscan aún cuenta con unas reservas recuperables de 1.600 millones de barriles. Con un costo operativo menor a 1.70 U$ por barril, Boscán es una de las operaciones con costo más bajo del país. De hecho, una encuesta citada por la empresa entre nueve operaciones en Sudamérica mostró que Boscán tiene el costo de perforación por pie por día mas bajo, y el mejor tiempo de perforación medido en pies por día.

Otro yacimiento de vieja data es LL-652, ubicado en el corazón del Lago de Maracaibo. Desde 1997, ChevronTexaco y sus socios, Statoil, BP y EPIC -una división de Pdvsa- han tenido los derechos de operación en el mismo, el cual se estima que contiene alrededor de 2.700 millones de barriles de petróleo. Con una participación del 27%, Chevron Texaco se convirtió en operador del campo en 1998, cuando la producción estaba por el orden de los 8.400 barriles de petróleo diarios. Actualmente esta se ubica en 17.000 barriles de petróleo por dia.

ChevronTexaco no es una cooperativa
La autodenominada “Pdvsa del pueblo” ha mantenido los lineamientos de la apertura petrolera iniciada a mediados de los 90’s. La Faja del Orinoco ha sido dividida en cuatro zonas : Zuata, con participación de Conoco ; Cerro Negro para Exxon-Mobil y Veba Oel ; Machete para Totalfinaelf y Statoil y Hamaca, con Chevron-Texaco y Philllips. La participación de Pdvsa en estos proyectos oscila entre el 30% y el 49,9%.

El Proyecto Hamaca en una asociación junto Pdvsa y Phillips Petroleum Company iniciada en el 2001 y terminada en un 86%. La ChevronTexaco participa con 3.800 millones de dólares de inversión. Conteniendo más de 30.000 millones de barriles de petróleo a lo largo de los 34 años de concesión y vida estimada del campo, se espera que la producción pico llegue a 190.000 por día.

A largo plazo, el Proyecto Hamaca “promete tener un impacto positivo en la economía venezolana”. La fase pico de la construcción de las instalaciones de mejoramiento del crudo y de las instalaciones de producción generará empleo para unas 6.000 personas. Una vez que se complete la construcción, las instalaciones necesitarán 700 empleados permanentes.

En el área de la explotación de gas natural ChevronTexaco ha obtenido de manos del gobierno “bolivariano” dos de los cinco bloques de la Plataforma Deltana, un área de 25.000 kilómetros cuadrados costa afuera considerada la mayor reserva gasífera del país. En este yacimiento, la multinacional producirá gas venezolano compartiendo un gasoducto de 200 millas y usando una planta de GNL ubicada en Güiria destinado a suplir el mercado estadounidense.

La diplomacia realizada por ChevronTexaco a nombre de Venezuela rinde resultados económicos distintos a los impasses en la misma área protagonizados por Miraflores. En un esfuerzo por desarrollar nuevos mercados, recientemente ChevronTexaco lideró las conversaciones entre los gobiernos venezolano y colombiano que culminaron en la firma de una carta de entendimiento entre Ecopetrol y PDVSA para realizar a futuro la construcción de un oleoducto entre ambos países. Como bien lo sabe Ali Moshiri, director de ChevronTexaco para América latina, el gobierno venezolano podrá decir diplomáticamente lo que quiera del gobierno de George Bush, en el plano concreto de las negociaciones económicas el Estado venezolano ha cumplido de pie juntillas sus compromisos económicos internacionales : suplidor seguro de energía -en todo momento como en la invasión contra Irak- para los Estados Unidos, pagador puntual de la Deuda Externa y mercado ávido de inversión extranjera con inmejorables garantías -tratado de no doble tributación-.

Aplauda presidente aplauda
«La presencia de Chevron Texaco, empresa estadounidense en Venezuela, es indicativa de que nuestra relación con Estados Unidos es histórica y profunda.» La afirmación proviene del propio presidente Hugo Chávez, cuyo discurso del 9 de marzo del 2004 ilustra claramente su visión gubernamental sobre las negociaciones con el gran capital extranjero. El acto de concesión del bloque 3 de la Plataforma Deltana a la multinacional estadounidense fue generoso en halagos a la compañía y a los Estados Unidos : «aspiramos a que nuestra relación comercial con los Estados Unidos tenga la misma dinámica positiva en lo político, en lo social y en todos los demás ordenes». Incluso, el sentido de las afirmaciones de Chávez contradecía sus propias palabras, las de una semana antes al frente de la “Marcha nacional antiimperialista” en Caracas : «no tenemos ni pizca de dañarlas -las relaciones con EEUU-, en 5 años hemos estado abasteciendo de manera constante y segura, cada día de esos 365 días de petróleo a los Estados Unidos». Mucho se ha especulado sobre la presunta vocación antiimperialista del actual primer mandatario venezolano, pero para Alí Moshiri “los affairs políticos domésticos no han evitado que ChevronTexaco expanda su relación con Venezuela”. Como lo declaró a la agencia Reuters el pasado 18 de abril, para el alto ejecutivo del emporio enérgético negocios son negocios : “La política está separada de los negocios en Venezuela. Las oportunidades son tales que estamos trabajando en encontrar y asegurar nuevos negocios”. A pesar de los dimes y diretes entre Miraflores y el Pentágono, Moshiri es tajante en afirmar “nosotros no hemos tenido retraso en ninguno de nuestros proyectos”.

Pero, la compañía que se vanagloria de ser socia comercial del llamado “Proceso” en Venezuela, es duramente cuestionada por movimientos sociales en todo el planeta. Uno de los casos más famosos de esta resistencia es la de Ken Saro-Wiwa un hombre perteneciente a la comunidad de los Ogoni, etnia minoritaria situada en el Delta del río Níger, zona muy empobrecida a causa de las multinacionales petroleras como la Chevron. En 1990 funda el Movimiento para la Supervivencia del Pueblo Ogoni (MOSOP), desde el cual reclamaban autonomía política ; participación en las riquezas petroleras extraídas de sus tierras ; y el derecho a controlar su entorno ecológico. Durante una manifestación son asesinados 4 Ogoni y Saro-Wiwa es arrestado por “incitación a la violencia”. Juzgado por un tribunal militar fue increíblemente acusado por “complicidad con los asesinatos”, por lo que fue ahorcado el 10 de noviembre de 1995. En nuestro continente organizaciones de base del Ecuador han llevado a los tribunales a la compañía para que se responsabilice de los daños ecológicos y sociales ocasionados durante las tres décadas de operaciones en su país. Otras organizaciones -entre ellas, paradójicamente “redes bolivarianas”- denuncian la intromisión de ChevronTexaco en el vecino país acoplada bajo los lineamientos del Plan Colombia. En los Estados Unidos, el movimiento antiglobalización convocó a un boicot de los productos de la multinacional, debido al aporte de 800.000 $ que ChevronTexaco realizó a la campaña que llevo a Bush Jr. a la presidencia y que desencadenó la invasión a Irak.

Aquel 9 de marzo, Chávez sugería que las inversiones de 400 millones de dólares en el país por parte de ChevronTexaco debían tomarse como un respaldo a su “Revolución”. Ignorando el papel que el trust energético ha desempeñado en la dominación de los países en desarrollo y lo que significa para los movimientos populares en todo el mundo, en el acto se deshizo en halagos a Alí Moshiri : “Chevron Texaco merece el aplauso y reconocimiento de todos nosotros”. ¿Seguiremos los revolucionarios aceptando el chantaje -y por tanto aplaudiendo a gente como ChevronTexaco- o señalando con firmeza las contradicciones y caminando con autonomía y firmeza hacia delante ?


Par : Rafael Uzcategui