Con un serio traspiés inicia el Gobierno sus actuaciones en política científica : primera convocatoria de becas, primer encontronazo con los jóvenes investigadores, un dinámico colectivo de becarios pre y posdoctorales que lucha por superar sus precarias condiciones de trabajo a través de una Federación de ámbito estatal. El detonante de este conflicto es la última convocatoria de becas de formación de profesorado universitario (FPU), recibida con el calificativo de « nefasta » por la Federación de Jóvenes Investigadores-Precarios tras su publicación en el BOE el pasado 27 de agosto.
En un duro comunicado, este federación de asociaciones denuncia que la convocatoria « recorta los derechos adquiridos por los becarios del programa FPU de 2003 », ya que se introducen « restricciones para las renovaciones de las becas » y « recortes importantes en las ayudas para traslados temporales y estancias breves en otros centros de investigación ».
Juan Martí Herrero, portavoz de la la Federación de Jóvenes Investigadores-Precarios, manifestó a este periódico que las condiciones fijadas en la convocatoria podrían suponer la pérdida de las ayudas para cientos de becarios. Hoy, representantes de esta Federación se entrevistarán con la directora general de Universidades para exigir la retirada de la convocatoria, sin descartar de antemano protestas o medidas legales.
Cuatro años’ luchando’
De la tenacidad y capacidad de movilización de este colectivo hay muchas muestras desde hace cuatro años. Tres ministros de los Ejecutivos del PP ¯Anna Birulés, Josep Piqué y Juan Costa¯ tuvieron sobre la mesa las reinvindicaciones de esta Federación, así como distintos borradores del Estatuto del Becario, prometido para regular jurídicamente la situación de los jóvenes científicos.
Al final se aprobó en octubre de 2003, otorgando cobertura sanitaria a los becarios, pero negándoles el desempleo. La crítica más acentuada fue que el Estatuto solo se aplicaría a parte del colectivo, los jóvenes investigadores que ya tengan el doctorado o a los licenciados con certificado de suficiencia investigadora.
La decepción por el Estatuto hizo que la victoria del PSOE fuera recibida con expectación en ese colectivo. La propuesta de la Federación de Jóvenes Investigadores para zanjar la precariedad en el inicio de la carrera científica en España es la contratación de todos los becarios sin discriminaciones entre años de investigación. La del PSOE no era tan generosa, pero se consideró aceptable como primer paso. Consiste en la inclusión en la Seguridad Social de los becarios de investigación de primer y segundo año y la contratación de los becarios de tercer y cuarto año.
Recientemente, el secretario de Estado de Universidades e Investigación, Salvador Ordóñez, anunció que antes de 2005 se incorporarían a la Seguridad Social los becarios de investigación en las condiciones anunciadas en campaña electoral. Ordóñez también aludió a que Educación ha homologado la cuantía de las becas de formación de profesorado universitario (FPU) a las de formación de personal investigador (FPI). Pero pocos días después de la aparición de la convocatoria de becas FPU, la Federación de Jóvenes Investigadores-Precarios dice que, en realidad, « el Gobierno promete Seguridad Social, mientras convoca becas que empeoran las condiciones de los jóvenes investigadores ».
Calendario rígido
Aseguran que esa supuesta homologación ha traído en realidad una « drástica reducción de los beneficios para los becarios FPU respecto a la anterior convocatoria de 2003 ». La primera queja es que se introducen serias restricciones para la continuidad de las becas porque la renovación anual se vincula a un rígido calendario de hechos académicos : haber realizado 20 créditos de cursos al término del primer año y la obtención del Diploma de Estudios Avanzados (DEA) en el segundo. Hasta ahora bastaba para la renovación un informe del becario y del tutor. Según explica Jaime Martí, quien ha redactado las nuevas condiciones no conoce o no tuvo en cuenta la realidad académica, ya que las Universidades desarrollan los programas de doctorado y la obtención del DEA de forma diferente. Muchas Universidades ofrecen esos 20 créditos a lo largo de dos años. Por eso, si cumple la norma, muchos jóvenes pueden perder su beca. Otros podrán continuar disfrutándola, pero doce meses menos. Según las condiciones de la convocatoria, una vez obtenido el DEA, la beca solo puede prolongarse 24 meses. Muchos becarios que obtuvieron el DEA durante el primer año, o incluso antes de la concesión de la beca, se verán afectados.
Par : Periódico HOY