La víctima dejó de moverse al recibir "un punto de dolor" en el cuello
El estudio forense sobre las lesiones que presentaba el cuerpo de Juan Martínez Galdeano -el vecino de Roquetas de Mar (Almería) que se refugió el 24 de julio en el cuartel de la Guardia Civil tras un pequeño accidente de tráfico y ya no salió con vida- revela que sufrió hemorragias en un pulmón, la espalda y los músculos cervicales, que pueden causar la muerte por reacción vagal (del nervio vago, que controla los órganos del tórax). Un guardia le aplicó "un punto de dolor" en el cuello con una porra poco antes de que Galdeano dejara de moverse.
La víctima dejó de moverse al recibir «un punto de dolor» en el cuello
El estudio forense sobre las lesiones que presentaba el cuerpo de Juan Martínez Galdeano -el vecino de Roquetas de Mar (Almería) que se refugió el 24 de julio en el cuartel de la Guardia Civil tras un pequeño accidente de tráfico y ya no salió con vida- revela que sufrió hemorragias en un pulmón, la espalda y los músculos cervicales, que pueden causar la muerte por reacción vagal (del nervio vago, que controla los órganos del tórax). Un guardia le aplicó «un punto de dolor» en el cuello con una porra poco antes de que Galdeano dejara de moverse.
El exhaustivo examen forense del cuerpo de Martínez Galdeano está haciendo llegar con cuentagotas informes periciales al Juzgado de Instrucción número 1 de Roquetas de Mar, que investiga su muerte en el cuartel. El dictamen del Instituto Nacional de Toxicología del 23 de agosto concluye que existe «una congestión vascular generalizada» en el cerebro, cerebelo, protuberancia y bulbo raquídeo, donde «no se observan lesiones hemorrágicas».
La congestión vascular, según un experto en Medicina Legal consultado por este diario, está asociada al cuadro asfíctico que sufre Galdeano (un desfallecimiento de tipo respiratorio o cardiorrespiratorio). Todos los informes periciales elaborados hasta ahora descartan la existencia de una sola causa para explicar la muerte del detenido. Ni siquiera la fractura del esternón se considera la razón determinante.
Por su muerte están imputados el teniente José Manuel R., siete guardias y un alumno en prácticas, que están suspendidos de sus funciones por la Dirección General de la Guardia Civil, que abrió una investigación interna para esclarecer lo ocurrido en paralelo a las diligencias del jugado de Roquetas de Mar.
El informe del servicio de Histopatología del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, que analiza 36 lesiones de distinta intensidad y el estado de varios órganos vitales de la víctima, muestra que existen «focos de hemorragia alveolar» en el pulmón izquierdo y «algunos émbolos de médula ósea en pequeños vasos». El estudio no analiza la trascendencia de esta hemorragia. Algunos especialistas consideran que fue ocasionada por un gran traumatismo (golpe), similar al de un accidente de tráfico, que provocó la salida de médula del hueso hacia el torrente sanguíneo, hasta alojarla en el pulmón. En la autopsia, sin embargo, se apuntaba que «focos hemorrágicos pulmonares explicarían el origen traumático ’per se’ del fallecimiento (cuadro asfíctico general)».
Junto a la pulmonar, se observa también «una hemorragia aguda» en los músculos cervicales (sujetan la nuca), originada por un golpe en vida. Estos «infiltrados», según la autopsia inicial, «pueden producir la muerte por reacción vagal, provocar pérdidas de conocimiento o anoxia transitoria». Durante el forcejeo, el guardia J. A. M. F. le aplicó «un punto de dolor en el cuello» cuando Juan Martínez Galdeano estaba en el suelo, esposado, con los pies atados y boca abajo. El agente declaró ante la juez que observó poco después que el detenido se tranquilizaba y que «la zona del cuello» se ponía «morada». Entonces le dieron la vuelta, le quitaron las esposas y este mismo agente inició una maniobra de reanimación. Este guardia y el teniente son los únicos imputados para quienes la Fiscalía ha solicitado el ingreso en prisión preventiva.
Lesiones en vida
Las 36 lesiones estudiadas se refieren a hematomas, erosiones, equimosis (cardenales), heridas o marcas producidas en muñecas y tobillos por las esposas y el lazo con el que le ataron los pies. Todas fueron «producidas en vida». Una de ellas se refiere a una «erosión preesternal», donde se aprecia «una congestión vascular en la dermis». Esta herida puede ser producida por un masaje de reanimación cardiovascular o un golpe. Martínez Galdeano sufrió la rotura del esternón debido a «la intervención de una fuerza de gran magnitud, ya sea ésta aplicada en forma de traumatismo momentáneo o consecuencia de una presión más o menos mantenida», según un informe anterior centrado en esta fractura.
Además, también se ha concluido el informe toxicológico sobre el spray de defensa personal empleado por uno de los guardias durante la reducción de Martínez Galdeano. Este estudio señala que en las horas previas al fallecimiento «puede deducirse que el individuo hubiera absorbido cocaína así como los componentes del spray» y en horas o días previos «etanol y heroína». Los forenses hallaron en sangre cinco compuestos volátiles del spray, lo que revela que la exposición fue «durante tiempo suficiente para su paso a vía sistémica».
Fuente: TEREIXA CONSTENLA / EL PAIS