En el informe Incendios Forestales ¿Por qué se queman los bosques españoles ?, publicado el pasado mes de julio por WWF/ADENA, se hace responsable al ferrocarril de más de 115 incendios forestales anuales, “un número que tiende al alza”, según el propio informe, que apunta dos causas para este aumento :
La mejora en las infraestructuras no ha llegado a aquellas líneas férreas de segundo orden o antiguas, especialmente a aquellas que atraviesan zonas montañosas
La falta de mantenimiento de la vegetación, especialmente la herbácea, en las zonas próximas a los raíles.
En la Comunidad de Madrid el ferrocarril figura como el principal causante de incendios forestales. De forma ya habitual se viene suspendiendo el tráfico en verano en la línea Madrid-Burgos, a consecuencia de la declaración de superación de los umbrales críticos de riesgo, debido a la falta de mantenimiento, por parte de la Sección de Defensa Contra Incendios Forestales de la Comunidad de Madrid. Hay otras líneas incluso en la misma Comunidad Autónoma con declaraciones similares pero con mayor tráfico – y, por tanto, con mayor riesgo de incendio-, en las que tampoco se adoptan las medidas necesarias, lo que indica que las medidas en el ferrocarril se toman teniendo en cuenta consideraciones de beneficios económicos y no el interés general.
Al insuficiente Plan anual de Prevención de Incendios Forestales de RENFE (ahora ADIF), se ha sumado este año un “Plan de Acción Extraordinario para la Prevención de Incendios en la vía y en sus proximidades”.
Sin embargo, estos planes no son viables por varias razones, entre las que hay que destacar la disminución del mantenimiento de material y el sistemático abandono del mantenimiento de la infraestructura, el cierre de estaciones, sobre todo en las zonas con mayor riesgo de incendios, la falta de plantilla, propiciada por los continuos Expedientes de Regulación de Empleo (RENFE-Operadora ha aprobado un nuevo ERE en junio, y ADIF ha anunciado oficiosamente su intención de hacerlo en septiembre), la priorización de motivaciones económicas frente a las razones de interés general, sobre todo después de la liberalización establecida por la Ley del Sector Ferroviario, que entró en vigor el pasado 1 de enero.
Entre las medidas que establece el Plan Extraordinario figuran las siguientes :
Reconocimiento exhaustivo de los órganos de freno por personal técnico de la UN de Terminales (Adif) o de Mercancías (RENFE Operadora). Paradójicamente el Adif no dispone de los trabajadores cualificados, Visitadores de Material Remolcado, para realizar estas funciones de seguridad ferroviaria, ya que previamente a la entrada en vigor de la Ley del Sector Ferroviario, fueron trasvasados de las Terminales de Mercancías del ADIF a Mantenimiento Integral de Trenes de RENFE-Operadora. Esta situación, ha sido denunciada reiteradamente por CGT en los distintos foros de Seguridad Ferroviaria en los que participa, solicitando que el ADIF disponga del personal necesario y suficiente para garantizar las inspecciones de seguridad de los trenes de mercancías.
Reducir los niveles de riesgo de incendios por carencias en la limpieza de vegetación y material de desecho en los márgenes de las vías. Este trabajo era realizado antiguamente por el extinto personal de Explotaciones Forestales y en la actualidad depende de la UN de Mantenimiento de Infraestructura ; sin embargo, la plantilla de dicha Unidad de Negocio ha sido una de las más afectadas por las sucesivas reducciones de empleo. La vigilancia de la vía es fundamental no sólo para evitar incendios, también lo es para garantizar la seguridad del transporte.
Reducir los niveles de riesgo de incendios por fallo del material. Si embargo, en los últimos años se vienen cerrando centros de Mantenimiento Integral de Trenes, mientras que en otros se ha reducido la plantilla hasta hacerlos inoperativos.
Reiterar la necesidad de presenciar el paso de los trenes en estaciones con personal. El SFF-CGT viene denunciando permanentemente el cierre de estaciones y la eliminación de su personal ; la falta de vigilancia del paso de los trenes incide gravemente no sólo en el riesgo de incendios forestales, sino también en la seguridad del transporte ferroviario.
Como consecuencia de esta falta de actuación de la empresa y de la ausencia de medidas y medios suficientes, varios trabajadores se encuentran inmersos en inexplicables procesos judiciales por una situación de la que no son responsables y sobre cuya solución no tienen potestad ejecutiva.
Los incendios forestales provocados por el ferrocarril son la punta del iceberg de una situación que se rige por intereses ajenos a los de los ciudadanos. Por desgracia, parece que es necesario llegar a situaciones de alarma para que se tomen medidas que no sólo son tardías sino también insuficientes. La seguridad en el ferrocarril no la determinan situaciones como la sequía y el calor en el verano de 2005 o el frío y las lluvias que provocaron numerosos accidentes en el invierno de 2002-2003, sino una política incoherente y ajena a los intereses de la sociedad. El ferrocarril lleva camino de convertirse en un factor de riesgo permanente : el abandono, la liberalización, los intereses privados, la falta de plantilla y el oportunismo político son problemas permanentes, y sus consecuencias más graves aún están por llegar.
La situación se va a agravar con las nuevas reducciones de plantilla, que van a agudizar los problemas de seguridad y a poner en peligro la viabilidad de las empresas públicas ferroviarias. Pero también el PEIT va a incidir en el abandono del mantenimiento de las líneas convencionales y en el cierre de estaciones, con lo que el incremento de incendios forestales provocados por el ferrocarril puede ser mayor incluso al previsto por el informe de WWF/ADENA.
Madrid a 30 de agosto de 2005
Fuente: SFF-CGT
