Tras expulsar en muchos casos a familias que no podían abonar su hipoteca, las entidades financieras se han quedado con miles de pisos, pero no pagan muchos recibos de esas comunidades de vecinos: deben entre 75 y 150 millones de euros por toda España.

Los bancos se han mostrado muy duros con los desahucios, pero son menos diligentes cuando se trata de pagar sus propias deudas.

Los bancos se han mostrado muy duros con los desahucios, pero son menos diligentes cuando se trata de pagar sus propias deudas. Tras expulsar en muchos casos a familias que no podían abonar su hipoteca, las entidades financieras se han quedado con miles de pisos, pero no pagan muchos recibos de esas comunidades de vecinos: deben entre 75 y 150 millones de euros por toda España. Estos nuevos inquilinos fantasma son los responsables del 5% al 10% de la morosidad que soportan las comunidades de vecinos, alrededor de 1.500 millones.

“Tienen deudas desde 300 euros a 15.000 con algunas comunidades. Las entidades financieras manejan un único criterio, el estrictamente económico. Solo pagan cuando ya no les queda más remedio y se va a iniciar un procedimiento judicial que les saldrá menos ventajoso”, asegura José Juan Muñoz, abogado y administrador de fincas, que es quien proporciona estos datos. La empresa de Muñoz, Acción Legal Asesoría Jurídica, participa en un plan de asesoramiento y gestión de cobro de deudas con el Colegio de Administradores de Madrid. Por esta vía, algunos vecinos pueden ir cobrando lo que les deben unos y otros.

Cuando un banco desahucia a una familia, tiene la obligación de hacerse cargo de la deuda con la comunidad (si la hubiera, que es lo lógico) del año en curso y del anterior. “Es el nuevo adjudicatario. Por tanto, debe pagar. Pero la gente se sorprendería de hasta dónde puede llegar un banco para ahorrarse 130 euros”, asegura Muñoz.

No es este el único agujero que las entidades financieras están abriendo en las comunidades de vecinos. En muchos bloques de zonas pobres puede encontrarse más de un piso que ha pasado al banco y permanece vacío. “En algunos casos se ha metido gente de mal vivir y han causado incendios. Barrios como el nuestro, el de Montserrat, en Terrassa, se están degradando de esta manera”, dice Antonio Cazorla, presidente de la Asociación de Vecinos. Cazorla echa la vista unos años atrás, cuando empezaron a llegar los inmigrantes, “muchos de ellos sin el hábito de pagar la comunidad”, a los que enseñaron “algunas costumbres cívicas de sus nuevas ciudades de acogida”. “Aquí vivíamos bien, de manera corriente, unos con otros. Hicimos más de 2.000 asambleas en cuatro años. La asociación de vecinos no se cerraba ni en agosto, era un lugar de encuentro. Se creó, precisamente, para recuperar los barrios”, recuerda. “Ahora han llegado los banqueros, con la crisis que ellos han generado, y muchos de estos vecinos han sido desahuciados. Así que, entre los que no pueden pagar por la crisis y las entidades financieras, que también son morosas, en algunas comunidades de vecinos tienen ya problemas hasta para la limpieza de las escaleras. Esto es un desastre”, dice compungido. Y menciona el caso del piso quemado en el bloque 15, perteneciente ahora a un banco, “que ni se ocupa, ni paga la deuda, ni se arregla”, un triste símbolo de la degradación paulatina de un barrio.

Y ello a pesar de que el Ayuntamiento de la ciudad ha dado pasos para ayudar a las comunidades con estos impagos. “Eso es cierto, pero les pedimos más contundencia, que actúen de forma generalizada y que cambien esta política de mantener pisos vacíos cuando hay gente que está en la calle”, reclama Guillem Domingo, de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).

Los bancos no son los únicos morosos. Los vecinos tienen otro frente abierto con las promotoras y constructoras, que aún tienen miles de pisos sin vender y tampoco manifiestan un afán desmedido por cumplir con sus obligaciones inmobiliarias. Y disponen de vías de escape, porque, en algunos casos, esos pisos no están todavía sujetos a las exigencias de la ley de propiedad horizontal.

Por lo demás, la obligación de pagar los recibos vecinales está bastante blindada. “La comunidad tiene, por ley, derecho a cobrar esas deudas antes que el propio banco las suyas. A eso la ley le da el tratamiento de crédito singular. La comunidad de vecinos es la acreedora y tiene derecho a cobrar de inmediato”, explica Belén Madrazo, del Colegio de Registradores de la Propiedad. Esas deudas son de cobro preferente, después de las de Hacienda y la Seguridad Social. De hecho, con dos recibos sin pagar podría iniciarse la ejecución para proceder al desahucio, pero las comunidades de vecinos no lo hacen porque esto les sale más caro aún. De todas formas, si el banco no es más que un inquilino fantasma, ¿a quién desahucian los vecinos?

Extraido de: Kaosenlared.net


Fuente: Kaosenlared.net