CGT DENUNCIA ANTE LA INSPECCIÓN DE TRABAJO EL POSIBLE INCUMPLIMIENTO DE LAS MEDIDAS DE PREVENCIÓN FRENTE AL COVID-19, EN RENAULT
CGT hemos interpuesto en los últimos días varias denuncias ante la Inspección de Trabajo de Valladolid y Palencia ante lo que consideramos un incumplimiento claro de las medidas de prevención impuestas por el Gobierno como condición para el reinicio de actividades no esenciales.
CGT hemos interpuesto en los últimos días varias denuncias ante la Inspección de Trabajo de Valladolid y Palencia ante lo que consideramos un incumplimiento claro de las medidas de prevención impuestas por el Gobierno como condición para el reinicio de actividades no esenciales.
Hemos detectado desde el inicio de la actividad en las factorías, que muchas de las medidas que había anunciado la Dirección de la Empresa como excusa para iniciar la actividad, no se están cumpliendo, o han dejado de cumplirse. Esto pone claramente de manifiesto que la prioridad de la empresa, en momentos tan delicados como este, es la producción y no la salud de los trabajadores y trabajadoras.
En el caso de Valladolid hemos denunciado que no se está cumpliendo con el distanciamiento social, especialmente en los puestos de trabajo de montaje vehículo y no se ha tomado ninguna medida organizativa para subsanarlo. En los vestuarios no se está realizando la desinfección y no se dispone de los productos de limpieza necesarios. Ante la información de los casos positivos en COVID-19, no se nos informa del lugar en el que trabajan los afectados por lo que no podemos verificar si se cumple con el protocolo establecido para estos casos. Todas estas cuestiones fueron denunciadas en vano ante la Dirección de la Empresa y el Comité de Salud Laboral.
En Palencia, desde hace algunos días, no se cumple con el tiempo destinado a la limpieza y desinfección de los puestos y herramientas de trabajo, priorizando la producción por encima de cualquier cosa. Además, tampoco se está respetando la distancia de seguridad en los puestos de cadena rígida y no se ha realizado ningún cambio organizativo de producción para subsanar este problema. En los vestuarios no se respeta el aforo máximo permitido y los ritmos de trabajo son excesivamente elevados para una jornada laboral de ocho horas con los EPIs habituales y los añadidos para el COVID-19.
En Francia, el sindicato CGT ha interpuesto una demanda en Sandouville y el Tribunal de Le Havre ha dictaminado la paralización de la actividad para no poner en riesgo la salud de los trabajadores, sus familias y su entorno social. En el caso de España, es la Inspección de Trabajo la que dispone de los instrumentos necesarios para paralizar la actividad de manera inmediata si fuese necesario, por lo que esperamos que, tras la denuncia interpuesta por CGT, actúe con la máxima celeridad posible. También los Comités de Salud Laboral podrían paralizar la actividad en caso de riesgo inminente, pero no han estado por la labor, por eso nos vemos obligados a recurrir ante la Inspección de Trabajo y que sea ese organismo el que determine si se puede realizar una actividad no esencial en estas circunstancias. Gobierno, patronal y sindicatos mayoritarios son los que han acordado estas medidas; deberían velar por su cumplimiento.
Mientras la actividad industrial no esencial se pone en marcha en la Comunidad, algunos hospitales continúan con el desabastecimiento de mascarillas, guantes, gorros, batas y calzas…
12 de Mayo de 2020
Fuente: CGT-FESIM