Artículo de opinión de Rafael Fenoy Rico

El día 19 de noviembre se produjo un lamentable espectáculo en el Congreso tras la aprobación de la nueva Ley de Educación. Pero sus señorías tienen acostumbrado, a este paciente pueblo, al circo en que convierten el “sacrosanto” hemiciclo, donde, ellos dicen que reside la voluntad popular. Y cuando las mayorías, de uno u otro signo, deciden, sus señorías minoritarias montan un guirigay y se quedan tan tranquilas.

El día 19 de noviembre se produjo un lamentable espectáculo en el Congreso tras la aprobación de la nueva Ley de Educación. Pero sus señorías tienen acostumbrado, a este paciente pueblo, al circo en que convierten el “sacrosanto” hemiciclo, donde, ellos dicen que reside la voluntad popular. Y cuando las mayorías, de uno u otro signo, deciden, sus señorías minoritarias montan un guirigay y se quedan tan tranquilas.

Pero lo grave, de verdad, es la campaña de manipulación doctrinal que se ha desarrollado en los centros privados con el alumnado y sus familias promovida por la plataforma “Más plurales, más libres, más iguales”, los sindicatos en Granda Fesie y USO y la organización Escuelas Católicas. No es sólo una campaña más de desinformación e intoxicación. Tampoco es una iniciativa para que se produzca un debate social, siempre necesario, en este como en otros asuntos importantes que se legislan en los parlamentos y congresos. ¡No!, es mucho peor que eso. Es la manipulación ideológica de la inocencia de niños y niños, para inocularles el veneno ideológico de que “el gobierno malo” les agrede en sus derechos.

Porque ¿qué debate puede haber en un aula de infantil, primaria e incluso secundaria? ¿Es que se ofrece al alumnado, de cierta edad, los medios para que pueda comprender la complejidad del asunto que se está tratando y poder establecer conclusiones contando con una información veraz de los puntos de vista que se confrontan?

No se debe, poder ya han podido, utilizar un video en las aulas, repleto de slogans manipulados y con un vocabulario más que inadecuado. Ejemplo: se dice que el “gobierno impone la Lay con Covididad y alevosía”. ¡Busque Vd. Covididad! En el diccionario de la RAE (Real Academia Española), nada de nada y si tira Vd. por el buscador del ordenador la sale el primer anuncio de una tela: “Covididad Tela decorativa”

Y el video, con música épica, a lo Carmina Burana, manifiesta mentiras tras mentiras: -Se elimina la diversidad de centros. – Y si todo es lo mismo… No puedes elegir. Cuando se compruebe que la red de centros privados concertados seguirá existiendo, ¿Quién arreglará el adoctrinamiento en las mentes infantiles? Se dice también: – El estado decide a qué centro va tu hijo, que estudiará, qué es correcto para tu hijo que debe pensar tu hijo. Con el uso del lenguaje sexista lo que le ocurra a las hijas les debe dar igual a las familias. Y sigue adoctrinando: – Que no podrás elegir escuela concertada, ni escuela de educación especial, ni religión en la escuela… Si se miente así al alumnado y, sobre todo, en el contexto de un centro educativo, en el que la niñez “confía” y se deja orientar, asesorar, educar, ¿Hasta dónde se puede llegar? Las juventudes hitlerianas se conformaron de esta forma.

La dimensión de tamaña acción, no ya des-educativa, sino nefastamente adoctrinadora, deja en muy mal lugar a la docencia de los centros privados concertados, que han tenido que colaborar necesariamente con este ataque a principios pedagógicos esenciales. Ni siquiera la defensa de posibles derechos laborales, hay dos sindicatos implicados, legitima la manipulación de la infancia. Posiblemente muchas personas docentes de la concertada no hayan dado importancia a esta campaña de adoctrinamiento político sufrida por el alumnado. Pero es grave, muy grave, que aprovechándose de la inocencia de la infancia se les manipule tan burda y directamente.

Si algún centro concertado no ha difundido el video y no ha cooperado con esta adoctrinadora campaña, debe felicitarse por su inteligente decisión. Pero ¡ay! de aquellos que han difundido el adoctrinamiento político entre seres desprotegidos ideológicamente. Toda Escuela que no desarrolle en el alumnado el deseo de construir, junto a sus semejantes, una sociedad que se fundamente en la libertad, la igualdad y la equidad, en condiciones de respeto y de tolerancia, no puede denominarse Escuela. Los Centros concertados que han llevado a cabo esta brutal campaña de adoctrinamiento a la infancia, han perdido el derecho a denominarse Educativos.

Rafael Fenoy Rico


Fuente: Rafael Fenoy Rico