Hoy, 28 de febrero, el periodista vasco Pablo González cumple dos años detenido en territorio polaco acusado de espionaje sin ningún tipo de pruebas.
El reportero, que cubría la guerra de Ucrania cuando fue detenido, además de verse privado de libertad, ha visto vulnerados sus derechos básicos de cara al juicio (que sigue sin celebrarse en Polonia dos años después de su detención) y en el que sus abogados ni siquiera conocen a qué acusaciones se enfrenta.
Durante estos dos años, hemos visto cómo las diferentes Instituciones del Estado español han ninguneado la grave situación que está viviendo Pablo en Polonia. Hemos escuchado cómo el señor Albares, ministro de Exteriores del gobierno «más progresista de la historia» del Estado español (según se autodenominan), ha apoyado al gobierno Polaco y ha defendido las acusaciones públicas que recaen sobre Pablo tachándolas de “graves” y mintiendo a la Prensa cuando dice que “sus derechos fundamentales se están garantizando” sin atender ni a su familia ni a los abogados de Pablo que lo han negado en numerosas ocasiones.
Como hemos expresado en varias ocasiones durante estos dos años, en CGT somos conscientes de que la libertad de expresión y la libertad de información son derechos que aún no se han conquistado en gran parte del planeta, incluidos muchos Estados considerados por la Comunidad Internacional como “democráticos” (incluido el Estado español). Que estos derechos lleguen a conseguirse es algo básico para vivir en un mundo libre.
Desde CGT seguiremos exigiendo tanto la liberación de Pablo como el cumplimiento de los derechos de libertad de expresión y libertad de información tanto en Polonia como también en el Estado español y en cualquier otra parte del mundo para que termine la persecución sistemática contra las personas que se ganan la vida como reporteros y comunicadores. La libertad para informar es un derecho básico en cualquier país que quiera considerarse democrático.
No se encierra la verdad encerrando periodistas
Secretaría Relaciones Internacionales CGT
Fuente: Secretaría Relaciones Internacionales CGT