MADRID.- Fernando León de Aranoa dice que sus películas no responden a un programa. Asegura que escribe y dirige lo que quiere, y que ahora, con Reposado, también produce lo que le da la gana. Con ’Princesas’, que se estrena el viernes 2, Fernando León regresa a las calles, esta vez para analizar la prostitución desde dos puntos de vista opuestos pero que, inevitablemente, se complementan.
El director reflexiona en su última película, ’Princesas’, sobre el drama social de la prostitución – Candela Peña y la puertorriqueña Micaela Névarez interpretan a las dos ’princesas’ en torno a las que gira el filme, que se estrena el viernes 2
MADRID.- Fernando León de Aranoa dice que sus películas no responden a un programa. Asegura que escribe y dirige lo que quiere, y que ahora, con Reposado, también produce lo que le da la gana. Con ’Princesas’, que se estrena el viernes 2, Fernando León regresa a las calles, esta vez para analizar la prostitución desde dos puntos de vista opuestos pero que, inevitablemente, se complementan.
Las princesas no pueden vivir sin un reino. Lejos de achacar el hecho a vanidad, la verdad es que se trata más de una cuestión de necesidad, de habitad. Una princesa no se pierde por las calles de una gran ciudad sin que nadie la mire y esperando que, si alguien lo hace, lo haga mal. Pero hay excepciones : Caye es una princesa, aunque también es puta.
Su reino es suyo, aunque no está delimitado. Se extiende más allá del cordón telefónico que le une a sus clientes, está en su propia mente, en su realidad soñada. Caye vive sola y cuando va a comer a casa de su madre no responde al teléfono móvil por temor a ser descubuierta. Busca, como todas las princesas, a un príncipe azul que vaya a buscarla después del trabajo pero ¿dónde la recogería ?, se pregunta.
En su mismo edificio vive Zulema. Ella también se dedica a la prostitución. Además, es dominicana, lo cual provoca la ira de Caye y sus compañeras que se reúnen a diario en la peluquería del barrio mientras ven por la ventana como las inmigrantes, exóticas y más baratas, les dejan sin trabajo. Pronto, pese a las diferencias, las dos se harán amigas porque ambas buscan lo mismo.
La situación de Zulema es diferente, ella tiene un hijo que le espera en República Dominicana. Una foto en la cartera se lo recuerda cada momento y le hace aguantar el maltrato, la depravación y la humillación a la que uno de sus clientes, un funcionario, la somete. Le ofrece los papeles, imprescindibles para que Zulema pueda dejar la calle, pero la promesa se desvanece en cada cita.
Con la madrileña Casa de Campo como bosque encantado, Caye y Zulema, antes solas, luego unidas, buscarán la magia que les haga encontrar el sentido a sus vidas. Una volviendo a su país o tomando por tal a España, para rescatar a su hijo de la pobreza ; la otra, encontrando un príncipe azul, que acepte su pasado y aceptando ella misma su situación.
Las ’chicas’ de Fernando León
’Princesas’ es la cuarta película de Fernando León de Aranoa. Como en las anteriores, el director trata de mostrar la realidad menos conocida que rodea la vida cotidiana. En este caso recala en el tema de la prostitución, que repasa desde la sensibilidad de las que ejercen este oficio con un reparto formado en su mayor parte por mujeres.
Las prostitutas que pasan por ’Princesas’ son mucho más. Lejos de la idea de mujer frívola -típica y tópica-, que se les suele imponer, Fernando León trata de descubrir a las personas que hay detrás. Mujeres que ofrecen su intimidad por dinero pero que no basan su vida sólo en esta transacción, de igual forma que un contable no lo es también cuando sale de la oficina y tiene sus propios problemas.
El tema sexual pasa somero por la película. No es lo más importante para el director ni para las actrices y, pese a las referencias constantes en los diálogos, las escenas insinuantes, confiesa el director, podrían haberse eliminado si hubiese dado alguna vuelta más al guión.
Sin querer caer en una visión popular plagada de prejuicios que se tiene de las profesionales del sexo, ’Princesas’ se aleja de la crudeza y prefiere detenerse en la ternura de Caye -que interpreta Candela Peña-, y de Zulema -que recrea la puertorriqueña Micaela Névarez, hasta ahora casi desconocida-. Junto a ellas, todo un elenco de actrices y actores que dan sentido a un reparto secundario coral.
Gloria (Llum Barrera), es la peluquera del barrio. En su negocio se reúnen Caren (Violeta Pérez), Ángela (Mónica van Campen), Rosa (Flora Álvarez) y Caye para hablar. Son amigas y todas son prostitutas, pero lejos de compartir confidencias, debaten con frialdad los golpes fuertes y las caídas de su profesión.
Con ’Familia’, ’Barrio’ y ’Los lunes al sol’, Fernando León consiguió tres Goyas al mejor director. Candela Peña también tiene un Goya por ’Te doy mis ojos’, de Iciar Bollaín. La banda sonora de ’Princesas’ ha sido compuesta por Alfonso de Villalonga, responsable de la música del grupo ’Marlango’, y por Manu Chao.
EL MUNDO
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Fernando León retrata otra cara de la prostitución en Princesas
MADRID (Reuters) – Mostrar el otro lado de las prostitutas, sus emociones, su fragilidad, su ternura es la intención de Fernando León de Aranoa en su última película, ’Princesas’, una obra que retrata la amistad entre dos mujeres, una española y una dominicana.
Para el director, que en esta ocasión se estrena en la producción, la parte desgarradora de este mundo es más que conocida por todos, incluso se ha mostrado en numerosas ocasiones a través de programas de cámara oculta, sin embargo fue la rutina diaria de estas mujeres, sus miedos, sus esperanzas, sus obligaciones lo que le atrajo.
«Su trabajo no es el centro de la película, sí quería empezar contándolo (…) y a partir de ahí hay tres o cuatro escenas en la película que tienen que ver con eso, pero casi siempre sirven para otra cosa además (…) Si en vez de prostitutas fueran otra cosa, carpinteros, no estarías toda la película viéndoles hacer muebles. Mi planteamiento narrativo es ese», dijo el director en una entrevista el martes en Madrid.
El autor de «Los lunes al sol», que ha contado con Candela Peña y la puertorriqueña Micaela Nevárez como Caye y Zulema, dos prostitutas procedentes de mundos opuestos que traban amistad y descubren sus similitudes, afirma que escribe sus historias a partir de sus personajes y que espera que sean ellos lo que le aporten el trasfondo de la película.
«Trato de escribir mucho desde los personajes, de seguirles a ellos en su viaje por la película, (…). Son los personajes los que hacen pasar la historia por la prostitución, por la inmigración, por la soledad, por la amistad también, pero que el centro sean ellos, a veces de una forma más clara y a veces entre líneas», dijo el director de «Barrio».
PROSTITUCIÓN E INMIGRACIÓN
La cuarta película de León de Aranoa, que llega a los cines el próximo viernes, es la primera protagonizada por mujeres, algo que puede haber hecho que escribiera unos diálogos algo más crudos o directos que si los personajes centrales hubieran sido hombres.
«A lo mejor el hecho de que algunos diálogos en la película sean tan abiertos, tan poco pudorosos en cierto sentido, que digan las cosas tal como las sienten, es algo que me ha sucedido al escribir de una forma casi automática y pienso que si hubieran sido chicos a lo mejor lo hubiera escrito de otra forma. Me habría salido más una broma, el humor como coartada», dijo.
Aunque el tema de fondo es la prostitución, los conflictos que presenta la inmigración y el racismo en España están casi tan presentes como aquel en la película : el rechazo de las prostitutas españolas a las extranjeras, que según ellas les quitan los clientes y bajan los precios, pero también el problema de los papeles y la existencia de camas «calientes» que los inmigrantes usan por turnos.
«Está en el punto de partida (de la película). Es de donde nace la historia de la confrontación, del cabreo entre las chicas de aquí y las que vienen de fuera. Me gustaba pensar que se podía contar una historia que, aunque está ubicada en un terreno que llama tanto la atención (…), podía estar hablando de algo que sucede en otros muchos espacios».
Fernando León ya tiene en mente varios proyectos, entre ellos volver a su etapa de guionista para no pasarse tres años trabajando en una misma historia que es lo que le ha sucedido en sus últimos proyectos desde que también dirige. Sin embargo, reconoce que le da miedo ceder uno de sus guiones a otro director después de haber supervisado él mismo otros trabajos.
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EL PAIS
Las princesas callejeras de Fernando León
El director de ’Los lunes al sol’ estrena una película sobre la amistad de dos prostitutas, interpretadas por las actrices Candela Peña y Micaela Nevárez
Cuenta Fernando León (Madrid, 1968) que su última película, Princesas, nació en la peluquería de la madre de un conocido. Allí, según le contaba su amigo, se reunían algunas prostitutas del barrio para peinarse o para pasar los ratos muertos. De esa imagen nació la cuarta película del director de Los lunes al sol. Protagonizada por las actrices Candela Peña y Micaela Nevárez, la película se estrena el próximo viernes.
«A pesar del título, no se trata de un cuento de hadas, aunque creo también que desde el título queda claro que quería hablar de la prostitución desde otro ángulo», afirmó ayer el director durante la presentación en Madrid del filme. Cuando se le achacó un exceso de ternura en su mirada, el director añadió : «Quería hablar de la fragilidad de estos personajes, despojarme de mis propios prejuicios para no convertir la cámara en una cámara oculta. Alejarme de esa visión de telediario que tenemos de la prostitución, y de escenarios como la Casa de Campo. Aunque creo que en la película hay dureza, he intentado evitar la parte desgarradora porque creo que es la más conocida. La marginalidad de la prostitución se cuenta demasiadas veces. Por eso quería colocarme en otro sitio».
Princesas narra la historia de amistad entre una prostituta española y otra dominicana. «Es una historia de amistad entre una chica de aquí y una chica de allí. Entre dos mujeres que son enemigas naturales». Para Candela Peña, la prostitución sólo es «el trabajo» del personaje que interpreta. «Lo que me importa no es que sea prostituta. Aunque yo, gracias al colectivo Hetaira, he podido conocer a muchas prostitutas y hablando con ellas he descubierto cosas tan obvias como que sus hijos hacen la primera comunión. Finalmente, trabajan por dinero, como hacemos la mayoría».
«Las diferencias entre las dos protagonistas son evidentes», añade Fernando León, «cada una tiene que satisfacer sus necesidades y éstas son diferentes, no tienen nada que ver las de una y otra. Una se prostituye porque tiene que mandar dinero a sus hijos, y la otra tiene las necesidades del mundo en el que vivimos. Quiere dinero para comprarse ropa, para operarse el pecho… La prostitución nace desde muchos lugares y no es tan ajena como queremos pensar. A veces nace de la casualidad, con alguien que un día te hace un regalo, o como algo ocasional, para cubrir los gastos después de varios meses sin encontrar trabajo… Hay muchas clases de putas y hay putas por miles de motivos distintos».
«Cuando escribo una historia», continúa el cineasta, «pienso en los personajes y no en un discurso político determinado. Intento escribir sobre la vida de esas personas. Ésa es mi motivación principal. El trasfondo social está ahí y los determina, pero ésa no es la única historia».
Tres años después del estreno de Los lunes al sol (ganadora de la Concha de Oro del Festival de San Sebastián y de cinco premios Goya), León asegura que no siente excesiva presión : «Yo me muevo por intuición y no me preocupa demasiado lo que se espera de mí, no podría trabajar tranquilo de otra manera». Todas sus películas anteriores (Familia, Barrio y Los lunes al sol) contaban con la producción de Elías Querejeta. Por primera vez, el director es además productor. «Creo que Elías y yo lo hablamos poco antes de empezar Los lunes al sol. Me pareció que era el momento para intentarlo, me sentía con la energía necesaria para dar ese salto. Es como cuando pasé de ser guionista a ser director. Creo que ser productor de tu película te permite tener una visión más completa del trabajo que haces».
Rodada en Madrid, en barrios periféricos, en calles del centro y en un lugar que recrea la Casa de Campo, Princesas supone el debú como protagonista de la actriz puertorriqueña Micaela Nevárez. Residente en Estados Unidos, Nevárez recuerda que el día que aterrizó en Madrid la llevaron directamente a la Casa de Campo. «En Estados Unidos la prostitución está mucho más tapada y para mí aquel viaje fue increíble. Recuerdo que las putas nos enseñaron a parar los coches, a movernos, a mirar…». «La prostitución parece un mundo inaccesible», añade Fernando León, «pero lo cierto es que si uno se acerca y pregunta no se encuentra con un mundo cerrado, sino con todo lo contrario. Las prostitutas hablan y cuentan sus experiencias».
«Yo me fui a un acto que organizaba Comisiones Obreras», sigue Candela Peña, «y que se llamaba Hablan las protagonistas. Me senté a escuchar el coloquio y lo que descubrí es que las ocho mujeres que estaban allí no tenían nada que ver la una con la otra. Es un detalle pequeño, pero para mí fue importante».
Desde la música de Manu Chao a la fotografía de Ramiro Civita (director de fotografía de El abrazo partido, de Daniel Burman, entre otras), Princesas intenta alejarse de la imagen «estereotipada de la prostitución. Quería hacer algo más luminoso y vital», explica el director.
Sobre la música del ex mano negra, León afirma : «Hace mucho tiempo que quería trabajar con Manu Chao, me gusta mucho él y me gusta mucho su música. Es música urbana y mestiza, perfecta para esta historia. Perfecta también por lo que transmiten sus letras, que hablan de la esperanza y que tienen esa mezcla tan personal de la mayor alegría y la mayor tristeza».
Princesas cuenta además con el trabajo de las actrices Llum Barrera, Violeta Pérez, Mónica van Campen, Flora Álvarez, María Ballesteros (que forman el «coro» de la peluquería donde las prostitutas pasan el día comentando su rutina) y Marina Cordero, la madre del personaje que interpreta Candela Peña : «Una mujer tan sola como su hija, una soledad que está en la calle y en el bloque donde vivimos».
Fuente: SERGIO SAUCE/EL MUNDO - Emma Pinedo/Reuters - Elsa Fernández-Santos/ EL PAÍS