Ni un barco disponible y ninguna ayuda del exterior. Es la situación que se desprende de las grabaciones realizadas en la torre de control de la Sociedad Estatal de Salvamento y Seguridad Marítima (Sasemar) en Cádiz el 25 de octubre, cuando fallecieron 37 inmigrantes en el naufragio de una patera.

Ni un barco disponible y ninguna ayuda del exterior. Es la situación que se desprende de las grabaciones realizadas en la torre de control de la Sociedad Estatal de Salvamento y Seguridad Marítima (Sasemar) en Cádiz el 25 de octubre, cuando fallecieron 37 inmigrantes en el naufragio de una patera.

Las cintas, a las que ha tenido acceso este diario, destapan las críticas de los trabajadores de Sasemar por la falta de medios y de ayuda de la Guardia Civil o la Base Naval de Rota. Desde que un carguero fondeado en la bahía alertó sobre la patera hasta que un remolcador zarpó al rescate pasaron 52 minutos.

  •  El caos de los servicios de salvamento dificultó el rescate de 37 inmigrantes el pasado 25 de octubre

  •  El fiscal jefe cree que no hay delito

    El 25 de octubre de 2003, una patera con 54 inmigrantes a bordo se acerca bajo un intenso temporal a las costas de Rota. A las 19.09, el carguero Focs Tenerife, fondeado a la entrada de la bahía de Cádiz, avisa de que una patera navega con dificultad. En ese momento se pone en marcha un precario dispositivo de salvamento que tarda 52 minutos en hacerse a la mar. Al menos 37 inmigrantes murieron ahogados a sólo 200 metros de la costa.

    Ese día, Sasemar, dependiente del Ministerio de Fomento, no tiene ningún barco en puerto. La Salvamar Gadir está en una revisión. El otro barco de Sasemar es en realidad un remolcador subcontratado a la empresa Sertosa, pese a que va pintado con el color naranja de Sasemar. El barco tiene una hora de margen para ponerse a disposición de Sasemar. En ese momento, está en Tarifa ayudando a un pesquero marroquí junto al único helicóptero de Sasemar, también subcontratado. La tripulación de Sasemar está en su casa. Como sólo hay tres miembros por turno, están en puerto hasta las 15.00. A partir de ese momento, la tripulación hace la guardia localizada, cada uno en su casa.

    A las 19.13, Sasemar pregunta al servicio marítimo de la Guardia Civil si tiene algún barco para salir a por los inmigrantes. No los tiene. Sus dos patrulleras están averiadas desde hace meses. Las dos lanchas requisadas a los narcos no sirven para salir. Pero además, los agentes están patrullando en tierra en Conil, a 42 kilómetros.

    «Estaba sólo el sargento»
    La falta de agentes motiva las primeras críticas. «Le he preguntado, quiyo, ¿tienes gente ? Y me ha dicho que en todo el muelle estaba sólo el sargento en la puerta», comentó a las 22.07, el agente de turno de Sasemar a su jefe. A esa hora, la patera aparece en tierra, todo el mundo cree que no hay víctimas y los miembros de Sasemar repasan el rescate. El mismo agente le pide a su jefe que se queje por la falta de colaboración. «Cuando te hacen esas preguntas de Madrid de qué tal el nivel de colaboración hay por parte de la Guardia Civil, pues ya sabes lo que tienes que contestarle». La Guardia Civil tiene orden desde agosto de 2003 de no ayudar a las pateras en la mar «si no existe manifiesto riesgo vital» para los inmigrantes. La misma nota interna recuerda que el organismo encargado del salvamento es Sasemar.

    Después de intentarlo con la Guardia Civil, Sasemar pide un remolcador a Sertosa. A las 19.18 lo solicita y a las 19.24 el Sargazos confirma la asistencia. A las 19.26 comienza la segunda búsqueda. El Sargazos tiene tres tripulantes, pero Sasemar y la empresa quieren que vaya algún agente a bordo. La policía portuaria se ofrece para el rescate, pero no obtiene permiso para embarcar. El comité de empresa de la policía portuaria afirma en un comunicado que, según la Ley de Puertos, sus agentes están facultados para la tarea, pero ni el jefe de explotación del puerto, el señor Gago, ni el capitán marítimo de Cádiz, Pedro de Frutos, dan permiso para embarcar. A la espera de un permiso que nunca llegó trascurren 35 minutos. En medio, a las 19.39, el Focs Tenerife vuelve a llamar e insiste. La falta de permiso motiva una ristra de críticas a la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz en las grabaciones entre los miembros de Sasemar durante la noche.

    A las 19.48, a la espera de que la policía portuaria tenga permiso para embarcar, el responsable de Sasemar llama a la Base Naval de Rota, la principal base de la Armada. Sin mucho éxito. «He llamado a la Base Naval y la Base Naval no me ha ofrecido nada. Hombre, yo no le he dicho ’qué tienen ustedes’, pero no me han ofrecido nada, eh», explica el responsable de Sasemar en la grabación. Un portavoz del Ministerio de Defensa afirmó en noviembre que la base no había sido avisada. A las 20.01, finalmente el Sargazos sale con policía nacional a bordo, pero nunca llega a ver la patera. A las 21.55, la Guardia Civil encuentra la patera en una playa de Rota y se suspende la búsqueda.

    Más tarde, un superviviente relata en un centro de salud de Rota que la patera había volcado. La cinta revela que Sasemar intentó reanudar la búsqueda, pero que a esa hora, las 01.31, no había ni un barco para zarpar. «Lo de la patera es penoso, tío», concluyó un trabajador de Tarifa a las 09.55 del 26 de octubre. Nadie podía imaginar entonces que hubiera 37 muertos.

    El fiscal jefe cree que no hay delito

    Cualquier comunicación con los centros de Sasemar queda grabada. Las de la noche del 25 de octubre pasaron al Juzgado de Instrucción número 1 de Rota, que investiga si hubo negligencia en el rescate. El fiscal jefe de la Audiencia de Cádiz, Isidoro Hidalgo, asegura que lo previsible es que se archive el caso.

    Hidalgo afirma que la falta de medios tiene que ser objeto de una investigación política y no penal. «S- i es cierto que no había medios, lo tiene que criticar la oposición, pero no es perseguible penalmente».

    La Asociación pro Derechos Humanos de Andalucía discrepa y asegura que se personará en la causa para conseguir que se indemnice a las víctimas. IU ha solicitado una investigación al Parlamento Europeo. El Defensor del Pueblo tiene otra investigación en marcha.

    Hasta el momento, sólo tres de los 37 cadáveres han sido repatriados a Marruecos. El portavoz de la Asociación de Familiares y Amigos de las Víctimas de la Inmigración Clandestina, Jalil Jemah, afirma que los familiares están desesperados. «Hace dos meses fueron a Casablanca a que les tomasen muestras de ADN para identificar los cuerpos. Ha pasado mucho tiempo y no han recibido respuesta». La mayoría de los cuerpos estaban en muy mal estado y no se podían identificar.

    El director del Laboratorio de Identificación Genética de Granada, José Antonio Lorente, afirma que los análisis tardan meses «si los cuerpos están en mal estado» y afirma que estarán en unas semanas.

    RAFAEL MÉNDEZ – Cádiz
    EL PAÍS