Desde que en 1970 se publicó la Ley General de Educación (LGE) hasta la actualidad, una sopa de siglas (LOECE, LODE, LOGSE, LOPEG, LOCE, LOE) nos indica la multiplicidad de leyes y contraleyes, reformas y contrarreformas que se han ido sucediendo en la educación no universitaria en España. A estas debemos añadir, las que muchos gobiernos autonómicos aprobaron la década pasada (LEC, LEA, LEEX…)

Si tomamos en cuenta Finlandia, el estado europeo considerado el paradigma del mejor proceso educativo, resulta que hace más de 40 años que no modifican su ley marco. Los aspectos más obsoletos o la introducción de modificaciones substanciales se hacen mediante reformas pactadas, para las que se tiene en cuenta la opinión de expertos, del profesorado y de las madres y padres.

Si tomamos en cuenta Finlandia, el estado europeo considerado el paradigma del mejor proceso educativo, resulta que hace más de 40 años que no modifican su ley marco. Los aspectos más obsoletos o la introducción de modificaciones substanciales se hacen mediante reformas pactadas, para las que se tiene en cuenta la opinión de expertos, del profesorado y de las madres y padres.

Bien, como esto no es Finlandia, el Partido Popular con el ministro Wert a la cabeza ha decidido que necesitamos una nueva ley de educación: la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE)

Las coartadas y los verdaderos objetivos

En los tres anteproyectos que conocemos nos topamos con que no es una ley al uso, si no una especie de podadora/troceadora que entra a degüello con las anteriores y suprime, enmienda y modifica. La intención no es otra que dificultar su análisis.

Entre la maraña y los restos, parece ser que sus principales objetivos son obtener la excelencia del alumnado y evitar o corregir el fracaso escolar. Son únicamente coartadas para proceder a una contrarreforma educativa zafia y antisocial, clasista y discriminadora, privatizadora y segregadora…

Conservadora, clasista y segregadora

La LOMCE asume la teoría neoconservadora de que debemos volver a “lo básico” en educación. Es decir, establecer una serie de materias como troncales y de entre ellas escoger una trilogía aún más básica a la cual dedicar la parte substancial de las horas de clase.

Berlusconi optó por inglese, internet, impresa. Wert por castellano, matemáticas e inglés. Puede parecer hasta lógico, pero el objetivo final no es otro que preparar mano de obra barata, flexible, polivalente (para trabajos con escasa cualificación) y dócil.

Por si las comunidades educativas (docentes, padres, madres, alumnado) deciden saltarse a la torera esta imposición y optan por un proceso educativo más versátil, transversal y de valores, el ministro Wert impone la vuelta al modelo franquista de las reválidas al final de la primaria, de la ESO y del Bachillerato y la FP de Grado Superior. Excepto en el primer caso, las pruebas se diseñarán a nivel central y sus resultados (adiós a la evaluación continuada) supondrán la obtención o no de los títulos correspondientes.

El cambio de paradigma es absoluto. En vez de evaluar lo aprendido, se aprende a pasar el examen único. Con lo cual, los procesos educativos quedan totalmente lastrados por estas reválidas, La educación se convierte en una prueba de obstáculos (no olvidemos que el ministro también tiene en su cartera el deporte) y volvemos al viejo lema de la letra con sangre entra.

La LOMCE además segrega, selecciona y clasifica al alumnado: en 2º de la ESO pueden ser separados de sus compañeros para pasar a programas de mejora del aprendizaje y el rendimiento (la antigua educación compensatoria) y en 4º deben elegir entre un itinerario académico que (si superan la correspondiente reválida) les llevará al Bachillerato y un itinerario de enseñanzas aplicadas (que si superan su reválida diferenciada) les llevará a la FP.

El PP no olvida a quienes se manifestaron en la calle contra determinadas medidas del gobierno Zapatero: la Conferencia Episcopal. En consecuencia, la religión católica se vuelve a convertir en asignatura evaluable y enfrente no tendrá Educación para la Ciudadanía o la vieja Ética, si no Valores culturales y sociales en primaria y Valores éticos (ya veremos cuáles) en secundaria.

Pero, el tema no acaba aquí. Ante las sentencias favorables a los Gobiernos autonómicos que han retirado conciertos educativos a centros (propiedad del Opus Dei y otras sectas religiosas ultramontanas) que discriminan por razón de sexo, el actual redactado de la LOMCE va a permitirlo. Es decir, en pleno siglo XXI, alumnos y alumnas separados y con financiación del Estado español.

Neoliberal, privatizadora y mercantilista

La creación de centros docentes (privados, por supuesto) pasa a ser un principio educativo. Y, se fomenta el negocio educativo de manera explícita para las empresas privadas. Si tomamos como valor 100 el gasto público en conciertos educativos con empresas privadas en el año 2000, diez años después ese valor era ya del 155. Los beneficios medios anuales declarados por las empresas privadas dedicadas a la educación eran, en el curso 2009-10, de 78.000 € en las concertadas y de 46.000 €. La mayoría son órdenes religiosas, fundaciones y otras entidades sin ánimo de lucro.

Pero todo esto parece poco para la voracidad neoliberal y la LOMCE aumentará los conciertos educativos de un máximo de 4 años a un mínimo de 4 años en secundaria y de 6 en infantil y primaria. Se podrán concertar los ciclos de Formación Profesional Básica y no se consideran educación básica (por tanto susceptible de privatizarse) la etapa 0-6 años, el Bachillerato, los grados Medio y Superior de FP y las enseñanzas de Régimen Especial (música, danza, teatro) Además, se copia el modelo alemán de FP dual y se deja en manos de las empresas no sólo las prácticas, si no la totalidad de la formación (o sea, mano de obra gratis)

Además, los elementos que caracterizan la gestión privada también se introducen en la enseñanza pública. Las nuevas direcciones (seleccionadas por una comisión en la que la administración se reserva el 70% de los miembros) tendrán poderes casi absolutos: decidirán el proyecto, controlarán la economía, escogerán parte del profesorado, los consejos escolares serán meramente consultivos…

Las dotaciones a los centros públicos se harán según los resultados educativos y el cumplimiento de los proyectos y contratos-programa. Las direcciones podrán buscar esponsorización para tener más ingresos. Sí, podremos trabajar en las clases sobre una alimentación sana y saludable y tener los pasillos llenos de máquinas expendedoras de refrescos azucarados o bollería.

¡Hay que tumbarla!

No estamos ante un proyecto de ley que sólo afecta a los docentes, ni a estos y a los padres, madres del alumnado que ahora están cursando estudios no universitarios; tampoco sólo a los anteriores y a los alumnos de estos cursos.

La LOMCE afecta al meollo de lo que hemos considerado hasta ahora educación pública y al acceso en condiciones de cierta equidad a la cultura y a los saberes. Es un puntal fundamental en la cosificación y mercantilización de las personas, en la degradación de las condiciones sociales de las clases populares, en la instrumentalización de nuestro acceso al saber…

Debemos comprometernos en nuestros centros públicos, en nuestros barrios y localidades, en nuestros sindicatos, asociaciones, plataformas, mareas…en la lucha contra esta ley infausta. 

Emili Cortavitarte Carral

 


Fuente: Emili Cortavitarte Carral