Artículo publicado en Rojo y Negro nº 387 de marzo

“El 10% más rico de la población española posee más de la mitad de la riqueza del país”.

“La concentración extrema en sectores clave y la elusión fiscal provocan una desigualdad creciente que hace que el 50% de los hogares más pobres en España apenas alcancen el 7,8% de la riqueza total”1.

Año tras año, cuando en enero se reúnen en Davos (Suiza) el club de países ricos y poderosos (vamos, quien controla y (des) organiza el cotarro de la vida) y, por supuesto, las grandes corporaciones mundiales que implementan la “agenda de la vida” a sus representantes políticos, la ONG Oxfam-Intermon nos recuerda que nos encontramos en el “día de la marmota”, es decir, esta historia de desigualdad, desidia, criminalidad, destrucción y desesperanza ante el esperar algo externo, ajeno al ser humano, que pueda “salvarnos como humanidad”.
La “humanidad”, es decir, quienes deciden qué es humanidad, ha sido incapaz de avanzar (progreso)2 si no es en el dominio “científico-técnico” a lo largo de la historia, lo cual provoca la destrucción de esa misma humanidad.
Un judío, Walter Benjamin, espantado de tanta inhumanidad, escribió su Tesis IX, el Ángel de la Historia, donde sintetiza el horror, la destrucción, reflejados en sus ojos que miran los acontecimientos sucedidos en la historia —eso que para nosotros no son sino una cadena de hechos— como una catástrofe única que acumula sin cesar (de manera progresiva), ruinas sobre ruinas. En síntesis, lo que la humanidad considera que es progreso, para “el ángel de la historia”, es pura y descarnada catástrofe.
Sube el SMI en los últimos años y, aun así, millones de trabajadores y trabajadoras y personas pensionistas siguen siendo pobres. Más del 50% de los hogares más pobres apenas perciben el 7,8% de toda la riqueza que las personas producimos y aumenta la “brecha” entre el 50% de la población más pobre y el 10% de la más rica, la cual se ha duplicado, y la desigualdad entre los más ricos y el resto de la población, pues solamente el 10% de ellos acapara más de la mitad de la riqueza (el 53,8%).
Y, además, este 10% de ricos y ricas es dueño o tiene participaciones en las 50 empresas (corporaciones) más grandes del Estado español, donde los salarios medios de sus consejos de dirección son 10,2 veces mayores que la media de sus empleados y empleadas.
La concentración de riqueza (y en consecuencia poder, de ese que decide) cada vez es más extrema en aquellas corporaciones que son clave para el “devenir de la vida”, los sectores de la energía, las finanzas y las tecnológicas, que solo buscan como objetivo único el mayor beneficio para sus accionistas y para ellos mismos (aunque ahora se pinten de “sostenible, verde y de responsabilidad social corporativa”), lo cual es todo lo contrario a los intereses comunes de la “ciudadanía”.
Estas corporaciones que se sustentan en el paradigma del progreso “científico-técnico”, en nombre del “progreso”, despiden a miles y miles de trabajadores y trabajadoras, mano de obra prescindible e innecesaria, y ven aumentadas sus cuentas de resultado (beneficios) en porcentajes escandalosos3.
Resulta casi cómico (“el día de la marmota”), aún a pesar de la “tragedia”, volver a poner negro sobre blanco, año tras año, lo que no es sino una evidencia: no parece que haya salidas reales que solventen los problemas (sociales, políticos, relacionales, existenciales…) si seguimos deseando que “algo”4 nos solucione el genocidio de Gaza, las barbaridades de los Trump, Milei, PP/Vox…, el tema del trabajo, el salario, la falta de prestaciones sociales, el cambio climático y el “sursum corda” y el “huracán del progreso” nos lleve a una tierra prometida donde todo sea alegría, aire fresco y podamos volver a ser y sentirnos humanidad.

NOTAS
1 Informe de Oxfam-Intermon 2024.
2 Progreso que permitió la organización científico-técnica del campo de exterminio de Auschwitz; la creación de las armas de destrucción masiva; progreso que permite que las guerras exterminen cada vez mejor: población, territorio y ecosistemas; el que lleva hasta extremos nauseabundos la productividad y la competitividad con tal de lograr beneficios apropiados privadamente, aún a costa de colapsar el planeta…
3 Según los últimos datos del Ministerio de Trabajo sobre despidos y ERE, las grandes empresas (de más de 250 trabajadores y trabajadoras), a través de la vía de los ERE extintivos despiden 300 personas a la semana y no son precisamente las causas económicas las invocadas para destruir empleo, sino las organizativas y técnicas, las alegadas como consecuencia de la nueva reorganización de la producción. Así «la vía de las causas técnicas y organizativas, que suelen ser complejas, se utilizan en ocasiones para abaratar la mano de obra» con recortes que después se suplen contratando esos trabajos con empresas multiservicio o cooperativas en las que a veces reaparecen los empleados que antes habían integrado la plantilla de la firma contratante”.
4 En el pensamiento “mágico” ese algo tiene muchos nombres (otros, dios, suerte, el destino, salvadores, etc.).

Desiderio Martín Corral
Gabinete de Estudios Confederal de la CGT


Fuente: Rojo y Negro