Ante la imposición de un nuevo rescate a la banca a costa de la ciudadanía, Ecologistas en Acción llama a la movilización ciudadana contra el pago de la deuda ilegítima y el rescate a la banca. La organización afirma que lo que debemos elegir es entre entregar los recursos colectivos a los que más tienen o invertirlos en necesidades sociales, como educación, sanidad, vivienda y medio ambiente.

El 9 de junio la UE, el FMI y el Gobierno español impusieron a la ciudadanía un nuevo rescate a la banca. La suma será de 100.000 millones de euros a pagar con dinero público a un tipo de interés del 3%. Esos 100.000 millones suponen el 10% del PIB español pero, con el 3% de interés en el marco de una economía en caída, el porcentaje realmente será mayor. Pero esta no es la cifra total. A estas alturas las diferentes medidas de apoyo (fondos de rescate, compra de activos o avales) a la banca española ascienden a 140.000 millones de euros. Es decir, un 14% del PIB.

El 9 de junio la UE, el FMI y el Gobierno español impusieron a la ciudadanía un nuevo rescate a la banca. La suma será de 100.000 millones de euros a pagar con dinero público a un tipo de interés del 3%. Esos 100.000 millones suponen el 10% del PIB español pero, con el 3% de interés en el marco de una economía en caída, el porcentaje realmente será mayor. Pero esta no es la cifra total. A estas alturas las diferentes medidas de apoyo (fondos de rescate, compra de activos o avales) a la banca española ascienden a 140.000 millones de euros. Es decir, un 14% del PIB. De este modo, en total la banca está comprometiendo, al menos, un 24% del PIB.

Pero esta impresionante suma de dinero público que acabará en muy pocas manos privadas ni siquiera será suficiente. La deuda total española es el 400% del PIB, la gran mayoría privado (un 336% del PIB). Así, ni siquiera comprometiendo un cuarto de la riqueza anual del estado hay posibilidades reales de acercarse al pago de la gigantesca burbuja de deudas generadas por la especulación urbanística. Esta deuda es impagable.

Para Ecologistas en Acción, y para toda la ciudadanía, resulta obvio que el Gobierno miente cuando dice que no habrá condicionalidad en la ayuda ni recortes sociales. Una prueba de ello es mirar el espejo irlandés. El caso de Irlanda es calcado al español: la inmensa deuda inmobiliario de los bancos fue secado con el dinero de la ciudadanía irlandesa primero a través de los recursos propios y, posteriormente, de la UE. Como es bien sabido, estas medidas implicaron un fuerte recorte en gastos sociales y ambientales. Y si el caso irlandés es conocido de sobra y tiene muchos paralelismos con el español, las implicaciones de la intervención griega no son menos conocidas. Pero, por si queda alguna duda, tanto la UE como el FMI ya han dejado claro que hay condicionalidad en la ayuda, en concreto en «consolidación fiscal, reformas estructurales y mercado de trabajo».

Para prever lo que implica esta condicionalidad sólo hay que ver nuestro presente. Los recortes ya se sufren aquí desde 2008 en forma de reformas laborales encaminadas a una mayor precarización del trabajo, rebajas brutales de los salarios, retraso de la edad de jubilación o degradación acelerada de los servicios educativos. Pero probablemente éstos no son los impactos más fuertes, ya que los brutales recortes en sanidad y en protección del medio están poniendo ya, sin exagerar, cadáveres sobre la mesa. Son los de aquellas personas que ya no llegan a tiempo a las urgencias por tener que ser cerradas, o que no tienen un diagnóstico adecuado porque se han detraído los fondos para realizarlos, o que pierden un techo donde vivir, o que sufren los impactos de aguas contaminadas porque no hay dinero para depuración.

La organización ecologista aventura que, tal vez porque llevamos años de grandes bombeos de recursos de abajo a arriba, es por lo que se atreven a decir desde el Gobierno que no habrá condicionalidad. Quizá quieren decir que no habrá condicionalidad añadida a todo lo que ya se estaba haciendo y está previsto hacer con esta pesadilla semanal en que se han convertido los Consejos de Ministros de los viernes. De esta manera no habrá intervención porque ya existía a través del Pacto Fiscal de la UE.

Así, Ecologistas en Acción considera que desde la ciudadanía tenemos básicamente dos opciones. La primera es que hacemos lo que nos pide con insistencia, que nos quedamos quietos mientras nos devoran, miembro a miembro, «los mercados», es decir, el gran capital bancario y transnacional. Que disfrutamos del circo del fútbol mientras nos toman el pan.

La segunda es que reaccionemos, que tomemos la calle y digamos que la inmensa deuda que nos liga no la hemos generado desde la ciudadanía, y que los que lo han creado lo han hecho en contra de los intereses y las necesidades de la gran mayoría de la población. Que además es una deuda que es impagable. Y, sobre todo, que como hemos de elegir entre que los que tienen mucho recuperen sus inversiones y la vida, elegimos la vida.

Esta segunda opción es la que se tomó en Islandia, donde resistieron a las presiones de los centros financieros británicos y holandeses y no rescatar a la banca con dinero público. Es el camino que eligió Ecuador, que auditó su deuda y dejó de pagar lo que era ilegítimo a pesar de tener poco peso en el marco internacional. Y es la opción que tomó la Argentina tras la crisis de 2001 que, a pesar de no haber vuelto (ni tener intención) una parte de su deuda externa, está en el G20 y puede nacionalizar empresas como YPF .

Ecologistas en Acción se decanta claramente por la segunda opción: ¡no debemos!,¡ No pagamos!

http://www.ecologistasenaccion.org/article23459.html


Fuente: Ecologistas en Acción