Es la impostura de la productora Mediapro, que ha aprovechado unos ingredientes morbosos como el garrote vil, la violencia de unos atracadores sociales, una víctima anarquista condenada por el odiado régimen franquista.
Así como celebramos la selección del film de Almodóvar a la Palma de Oro del Festival de Cannes, no podemos decir lo mismo de la selección de «Salvador» a la categoría inferior, denominada «una cierta mirada», dónde concurren films innovadores que no optan a la Palma de Oro.
La superproducción de Mediapro y TV-3 es un film comercial y su finalidad es el entretenimiento, la desinformación y el lucro, hecho que va completamente en contra la política del Festival de Cannes, famoso por rechazar las superproducciones americanas, las series enfocadas al entretenimiento y espectáculo, que se hacen como churros a base de millones y actores muy bien pagados.
Esta profanación dentro mismo del Festival de Cannes, templo del auténtico buen cine, fue posible básicamente a las dos razones siguientes :
En primer lugar, «Salvador» es la impostura de la productora Mediapro, que ha aprovechado unos ingredientes morbosos como el garrote vil, la violencia de unos atracadores sociales, una víctima anarquista condenada por el odiado régimen franquista, y ha añadido ingredientes rosas como los liges del condenado en la universidad, anécdotas de porteras reales, para hacerlo pasar como un film histórico y político de la España negra silenciada, hecho históricamente apreciado por Cannes. «Salvador» es sólo una evasión de la realidad, una cortina de humo de la historia a base de llantos legítimos de las hermanas, de consejos reaccionarios de los abogados, curas y la de un carcelero que torturaba a los presos políticos que le explica a Salvador lo que debía haber hecho una persona tan preparada y formada como él. Es un film reaccionario que viola la memoria histórica de los que luchaban con armas y sin armas para transformar la sociedad.
En segundo lugar, la impostura del film «Salvador», hecho al estilo de las telenovelas facilonas, entretenidas y lacrimógenas, se agrava al presentar en Francia una historia, dónde se ignoran a los franceses del MIL, la influencia francesa en la historia de Puig Antich, imprescindible para comprender lo que pasó.
El film de Huerga, hecho a partir del libro «Cuento atrás» de Escribano, director de TV-3, crea el mito de Puig Antich, como nacionalista catalán. Una mentira.
De la historia del Puig Antich desaparece el contexto social, el porqué de la lucha armada, el florecimiento de grupos armados, la radicalización de huelgas de estudiantes y obreras, para defender derechos y aspiraciones del pueblo, que pasaban por acabar con Franco y su sucesor el príncipe Juan Carlos.
Ignora el protagonismo de Jean Marc Rouillan y Jean Claude Torres que vivían con Puig Antich, a los que presenta como «alocados que hacían atracos a bancos para seguir haciendo atracos».
Ignora al ideólogo del MIL, Jean Barrot, seudónimo del parisiense Guilles Dauvé, dirigente del Mouvement Comuniste.
Ignora las influencias francesas de los 10 amigos del MIL : el Mayo Francés, los situacionistas, y la influencia de los exiliados anarquistas españoles de Tolosa, y también el impacto de los maquís anarquistas, entre ellos Faceries, Sabater, que continuaron la lucha con armas.
Ignora a los miles de franceses, artistas, intelectuales y militantes, que informaron durante los cinco meses antes de la ejecución de la militancia política de Puig Antich, mientras la oposición española lo consideraba un gángster. Estos son los mismos que hoy gobiernan en Catalunya y han hecho este film de mil millones de euros para exculparse, o mejor dicho, expiar el no haber hecho nada antes del entierro, y sacar a la vez popularidad y provecho económico. Y todo esto, explicado en forma de catecismo histórico, para que los jovencitos de hoy, aprendan lo que no se debe hacer.
Txema Bofil,
Baix Empordà.
http://www.paremoslapeliculasalvador.tk
Par : mhm
Fuente: mhm