El Gobierno de Aragón y la Diputación Provincial de Huesca pretenden emplear el 80% de los fondos Next Generation para Turismo Sostenible en unir las estaciones de esquí de Astún y Formigal mediante una telecabina a través de Canal Roya, uno de los últimos valles vírgenes del Pirineo Aragonés.

El proyecto, que altera negativamente y de forma irreversible tanto el paisaje de Canal Roya como la vida que alberga, destina 26,4 millones de euros de los fondos Next Generation y otros 7,6 millones de euros de dinero público para conectar las estaciones de Astún y Formigal mediante un telesilla que atravesará el valle.

Son más de cuatro kilómetros en los que, además de construirse una carretera de acceso y evacuación, se anclarán 37 pilonas de grandes dimensiones para sustentar el cable motriz de las cabinas, realizando voladuras y grandes movimientos de tierras en La Rinconada, la zona del fondo del valle de mayor valor paisajístico y con notables restos megalíticos.

El plan contempla levantar dos estaciones intermedias de entrada y salida de Astún y Formigal y al menos otra estación en el valle. El gobierno aragonés renuncia así a la protección de Canal Roya y su inclusión, junto al macizo del Anayet, Canal de Izas y la sierra de la Partacua, en un espacio protegido bajo la denominación conjunta de Parque Natural del Anayet.

La sección sindical de CGT en la Diputación General de Aragón recuerda que los fondos europeos que se pretenden usar para financiar el proyecto están diseñados para otros fines: la modernización de la economía y la recuperación del crecimiento y el empleo, así como la reconstrucción económica sólida, inclusiva y resiliente. Señala también que las directrices europeas inciden en impulsar la acción climática y lograr una economía baja en carbono, apostar por la digitalización y perseguir la cohesión social con igualdad de oportunidades para todos.

CGT entiende que el actual proyecto supone un mal uso de los fondos europeos en perjuicio de la calidad de vida y las condiciones de trabajo del valle, además de provocar un daño irreparable a un paraíso pirenaico. El sindicato recuerda, además, los informes negativos emitidos al respecto tanto por la Dirección General del Medio Natural, como por las direcciones generales de Transportes y Ordenación del Territorio del Gobierno de Aragón.

En este último caso, el informe (preceptivo aunque no vinculante) afirma que el proyecto «no es de interés general para Aragón, tendría un impacto severo sobre el paisaje, no puede considerarse equilibrado desde el punto de vista territorial y es cuestionable en relación a los Objetivos de Desarrollo Sostenible». A todo ello se suman otras irregularidades, como la asignación de presupuesto sin proyecto formal ni informe de impacto ambiental.

En cambio, los supuestos beneficios repercuten principalmente en el sector privado y la especulación alrededor del mercado inmobiliario en la zona. Fue la mercantil Formigal SA quien presentó solicitud de declaración de inversión de interés autonómico para el proyecto, que se tramitará como un Plan de Interés General de Aragón.

Sobre una posible cesión de la concesión, hay que recordar que el actual Reglamento sobre Concesión de Teleféricos (Decreto 673/1966) establece que no podrán autorizarse transferencias de las concesiones otorgadas hasta pasados cinco años desde la puesta en servicio de la instalación, lo que obliga al titular inicial (la Diputación Provincial de Huesca) a explotar directamente la instalación al menos durante ese periodo.

Salvemos Canal Roya

El turismo del esquí puede y debe ser compatible con otro turismo activo y respetuoso con el medio ambiente y no constituirse en una amenaza para la conservación del patrimonio natural y cultural. En cambio, el proyecto actual dejará sin financiación otros planes de turismo sostenible en Aragón al consumir el 80 por ciento de los fondos europeos previstos para este fin. No se cumplen así ni el objetivo de vertebración del territorio ni los principios de proteger la biodiversidad y combatir el cambio climático, debido al incremento de desplazamientos en coche y el aumento del consumo de energía que supondrá el plan actual.

A todo ello se suman las dudas sobre el impacto en la sostenibilidad de las estaciones de esquí y las empresas relacionadas, ya que el Observatorio Pirenaico del Cambio Climático predice un descenso de al menos el 50% del espesor del manto de nieve en los Pirineos, que podría ser incluso mayor si no se produce una reducción de emisiones. Otro estudio de 2014 prevé para 2050 que el 63% de las estaciones de esquí de los Pirineos no serán viables de forma natural e incluso con nieve artificial un tercio desaparecería, sin obviar el impacto del uso inmoderado de los cañones de nieve artificial en el caudal de los lagos de montaña.

Casi 400 científicos pertenecientes a 80 centros de investigación han firmado un manifiesto de rechazo a la unión de estaciones de Astún y Formigal por Canal Roya, un valle de origen glaciar situado en el corazón del Pirineo aragonés, un santuario para la fauna y flora de montaña de una importancia geológica, biológica, cultural y paisajística de primer nivel. Ya en 2009, el Manifiesto de Anayet en defensa de Canal Roya, impulsado por la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón y apoyado por conservacionistas, científicos y montañeros de toda España, reclamaba la urgente declaración del Parque Natural del Anayet.

Además de la preocupación entre la comunidad científica, La campaña #salvemoscanalroya involucra en la web www.elpirineonosevende.org a toda la ciudadanía en la defensa del valle, con el soporte de colectivos y organizaciones sociales, conservacionistas o sindicales, caso de CGT. También cuenta con el apoyo de personalidades como el célebre pirineista y catedrático emérito Eduardo Martínez de Pisón o la escritora Irene Vallejo. Una buena muestra de la acogida de la campaña son las 55.00 firmas recogidas ya en la plataforma Change.org.


Fuente: CGT Diputación Aragón