Artículo publicado en Rojo y Negro nº 392, septiembre 2024
En la reciente Escuela Libertaria de este verano en Ruesta se proyectó la película “Salt of The Earth” (La Sal de la Tierra, 1954) y, aunque la película acabó tarde, en los desayunos subsiguientes se despertaron comentarios al respecto de la misma. En la fila del café de unos de esos desayunos, escuché comentar que esa película se rodó en los años 50 pero que habría sido impensable en nuestros días. Mientras me servía el café pensé en los elementos que listaban estas compañeras para justificar su conclusión, pero el azar hizo que acabáramos desayunando en mesa distinta y que no me viniera lo suficientemente rápido a la mente el contraejemplo.
Los elementos que se destacaron de la película de 1954 fueron varios. El más evidente era basarse en un conflicto obrero reciente, a saber, la huelga del zinc de 1951-52 en Nuevo México. El elemento que más destacaron las compañeras fue el social, la inversión de roles de género por necesidad, el feminismo y las resistencias a este. Finalmente, mencionaron el elemento de solidaridad de las minas circundantes con la familia protagonista que estaba enfilada por el sheriff.
Pues bien, instancias de estos tres elementos vertebran el guion de la película “Pride” (Orgullo, 2014) aunque esa neurona se me conectara demasiado tarde para comentarlo en el aquel desayuno. Rodada 60 años más tarde que la cinta síndico-feminista de Nuevo México y estrenada solo hace 10 años, la película “Pride” de 2014 está situada en la huelga del carbón de 1984-85 en Gales. El punto social de esta segunda cinta es el respeto a la homosexualidad, que también produce una inversión de roles, cuando gays y lesbianas londinenses llenan la caja de resistencia de la huelga, no sin resistencias homófobas.
Aunque el eje social de “Pride” (2014) es la homosexualidad, con su paralelismo en persecución policial con las huelgas, también la parte lésbica del movimiento londinense que ayudaba a Gales tiene interesantes intercambios con las mujeres galesas en clave feminista, un recíproco que en la cinta de 1954 ni aparece (aunque las leyes y el macartismo podían haber hecho aún más difícil que “La Sal de la Tierra” viera la luz).
El punto de reciprocidad de los sindicatos galeses con la comunidad homosexual inglesa también aparece en “Pride” y ninguno de los 3 elementos vertebrales mencionados en esta segunda película puede atribuirse a un préstamo de la de 1954, pues los toma de su respectiva huelga prolongada y de los hechos circundantes.
Han pasado así 70 años de que la película proyectada en Ruesta bordeara todos los obstáculos para su rodaje, pero se sigue haciendo cine basado en acontecimientos paralelos. Continuando la metáfora del título de 1954, “La Sal de la Tierra” no se ha vuelto sosa. Más aun, personalmente, considero que ambas películas pueden funcionar como enlace entre diferentes tipos de activismo y generar conciencia bidireccional. Para mí sí funcionó.
Une militante de Burgos
Fuente: Rojo y Negro