WASHINGTON.- El secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, aprobó el año pasado un plan "altamente secreto" que autorizaba diversos métodos coercitivos en los interrogatorios de los prisioneros iraquíes, según informa la revista ’The New Yorker’, que además asegura que el presidente, George W. Bush, fue convenientemente informado del programa. El Pentágono se ha apresurado en desmentir la noticia.

WASHINGTON.- El secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, aprobó el año pasado un plan «altamente secreto» que autorizaba diversos métodos coercitivos en los interrogatorios de los prisioneros iraquíes, según informa la revista ’The New Yorker’, que además asegura que el presidente, George W. Bush, fue convenientemente informado del programa. El Pentágono se ha apresurado en desmentir la noticia.

En un adelanto en su página de Internet, la revista detalla los pormenores del plan aprobado por Rumsfeld, quien afronta crecientes presiones de la oposición demócrata para su renuncia, pero que no obstante ha recibido el respaldo del presidente, George W. Bush.

Citando a fuentes anónimas, la revista indica que el plan secreto autorizaba diversos métodos coercitivos, inicialmente utilizados en la búsqueda de miembros de Al Qaeda en Afganistán y que, con la venia de Rumsfeld, fueron aplicados en las cárceles de Abu Ghraib.

El artículo del periodista Seymor Hersh, señala que Rumsfeld, molesto por algunas trabas de índole legal o administrativo, autorizó el programa secreto para conseguir un permiso «amplio y por adelantado» para interrogar, capturar o matar a blancos de alto interés en la lucha antiterrorista.

La operación del Pentágono fue conocida por varios nombres, entre ellos ’Copper Green’ y alentaba el uso de coerción física y la humillación sexual de prisioneros iraquíes, con el objetivo de arrancarles información sobre la incipiente insurgencia en Irak, asegura el artículo de 17 páginas.

Según un alto cargo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), no identificado, el plan de Rumsfeld encajaba con su «perenne plan de arrebatarle a la CIA el control de las operaciones clandestinas y paramilitares de EEUU».

Así se creó, en una zona de seguridad del Pentágono, el denominado ’Programa de Acceso Especial’ (SPA) -similar a los usados durante la Guerra Fría- que sería el secreto mejor guardado de las autoridades castrenses de EEUU.

El plan aparentemente fue aprobado después de los atentados en agosto pasado contra la sede de la ONU en Bagdad y la embajada jordana. Según otro ex funcionario de inteligencia, Rumsfeld y el general Richard Myers, aprobaron el programa de interrogatorio pero posiblemente no estaban al tanto de los abusos que se cometieron posteriormente.

La operación también tenía el respaldo de la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, y el presidente Bush fue informado de su existencia, según dijo a la revista un ex miembro de los servicios de espionaje.

A raíz de la divulgación de las fotos y la bola de nieve que ha producido, el Pentágono ha prohibido algunos métodos coercitivos, como la privación del sueño y la adopción de posiciones incómodas.

El Departamento que encabeza Rusmfeld no ha tardado en responder a la información difundida hoy por The New Yorker. Su portavoz Lawrence Di Rita ha calificado estas afirmaciones de ’extrañas’ y ’conspiratorias’ y ha desmentido contundentemente que el secretario de Defensa o cualquier otro oficial del Pentágono haya aprobado un programa de interrogación y que los «abusos estén basados en un manual, instrucción u orden del Departamento de Defensa».


Par : EFE