Hasta 19 patrullas, incluidas cuatro de la Policía Nacional, permanecieron durante buena parte de la mañana de ayer alrededor de la Casa Consistorial mientras en su interior se celebraba el pleno que debatía la aprobación de la normativa antivandalismo. En algunos momentos, hasta seis agentes custodiaban las puertas de acceso al salón de plenos, cuyas tribunas estuvieron ocupadas por una treintena de personas contrarias a la ordenanza, en un lado, y por defensores del texto respaldado por el PP, en el otro.

Hasta 19 patrullas, incluidas cuatro de la Policía Nacional, permanecieron durante buena parte de la mañana de ayer alrededor de la Casa Consistorial mientras en su interior se celebraba el pleno que debatía la aprobación de la normativa antivandalismo. En algunos momentos, hasta seis agentes custodiaban las puertas de acceso al salón de plenos, cuyas tribunas estuvieron ocupadas por una treintena de personas contrarias a la ordenanza, en un lado, y por defensores del texto respaldado por el PP, en el otro.

Un despliegue extraordinario de policía ante una hipotética algarada que no llegó a mayores, con la excepción de pancartas desplegadas, gritos y cánticos. La situación llevó incluso a que algunos periodistas -que cubren de forma habitual la celebración de los plenos, mensuales, y la información diaria del Ayuntamiento- fueran registrados a la entrada del salón de plenos, con la obligación de abrir los bolsos en los que llevan sus útiles de trabajo.

La intervención del portavoz de la Plataforma de Ciudadanos por la Libertad de Expresión y representante de CGT, Jorge Rubio -quien defendió que la normativa « castiga y prohíbe en exceso » y « los perjudicados serán los actos y colectivos más críticos con la autoridad »- fue secundada por aplausos desde una de las tribunas. En el momento en que tomaba la palabra el representante popular, comenzaron a desplegar pancartas donde podía leerse « no a la ordenanza », « prohibido prohibir » y « libertad de expresión, no a la ordenanza ». Al término del primer turno de palabra del PP, corearon « libertad de expresión, libertad de expresión ». Desde la otra tribuna, donde se ubicaron los defensores de esta normativa, se les gritó : « Esto no lo hacéis en el País Vasco ». La respuesta : « Vosotros, fascistas, sois los terroristas ». Minutos después, los contrarios a la ordenanza abandonaban el salón de plenos, aunque dejaron colgado de los balcones de la tribuna las pancartas en las que criticaban la aprobación del texto. Los defensores estuvieron presentes hasta el final del debate e irrumpieron en aplausos tras la segunda intervención de Manuel Sánchez.

Disconformidad

El portavoz de la Plataforma de Ciudadanos por la Libertad de Expresión -colectivo que durante las últimas semanas ha programado varias actividades para mostrar su disconformidad con el texto- afirmó que « es fácil defender una normativa argumentando que está formulada para evitar el vandalismo y las actitudes incívicas, pero no entendemos por qué se entremezclan y se tratan con la misma contundencia estos actos relacionados con la violencia urbana con otros relativos a la libertad de expresión ». Este colectivo concluyó su intervención en el pleno asegurando que « bajo supuestos en principio aceptados por todos, subyace una clara intención de acallar y no dejar expresarse libremente a las voces que disienten ».

Desde el Partido Popular insistieron en que el texto -con decisiones ya recogidas en la normativa municipal- no coarta estos derechos.