El impacto del cambio climático es ya evidente y observable, según el informe de la ONU aprobado el pasado viernes en Bruselas, lo que significa que hay que poner en marcha los mecanismos que permitan adaptarnos a sus efectos. En ello han coincidido tanto el secretario ejecutivo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC), Yvo de Boer, como diversas organizaciones ecologistas que, tras conocer las conclusiones del estudio, han reclamado medidas urgentes para hacer frente a este enorme desafío.
El nuevo documento, debatido por delegados de más de un centenar de países, es el resumen para responsables políticos del IV Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés) centrado en los impactos del calentamiento, la vulnerabilidad y la adaptación.
La conclusión es que, por primera vez, el conocimiento científico cuenta con una visión de los impactos del calentamiento global inducido por el hombre en todo el planeta, con una abrumadora cantidad de datos y observaciones contrastadas. La escasez de agua dulce, las probables hambrunas, el desplazamiento de millones de personas que serán refugiados medioambientales por las influencias adversas del calentamiento en sus regiones, la reducción de cosechas, la extinción de hasta un 30% de especies o los problemas crecientes y variados de salud son algunas de las previsiones de los investigadores para este siglo. Los efectos del cambio climático serán desiguales en los diferentes continentes y territorios. Las regiones más afectadas serán el Ártico, el África Subsahariana, las pequeñas islas y los grandes deltas fluviales. También la región mediterránea y el sur de Europa son especialmente vulnerables.
El británico Martin Parry, uno de los dos co-directores del grupo de científicos que ha preparado el nuevo informe, destacó en Bruselas que en las previsiones para el futuro hay un punto de inflexión claro : a partir de dos o tres grados centígrados, como mucho, de aumento de la temperatura media del planeta respecto a la actual, los impactos serán más graves y generalizados.
Si las emisiones se controlan, concluyen los expertos, el calentamiento será moderado, aunque ya inevitable, y las consecuencias menos dramáticas. Si la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera se dispara, los impactos serán negativos en todas las regiones y sectores.
Los grupos ecologistas coincidieron en Bruselas en la urgencia de tomar medidas para evitar lo peor del cambio climático. «No hay tiempo que perder para empezar a actuar», declaró Bill Hare, de Greenpeace. «Este informe muestras un futuro apocalíptico. La Tierra se transformará por el cambio climático inducido por la actividad humana a no ser que se tomen medidas pronto y rápido».
Para WWF, los efectos del calentamiento «están alterando la química del planeta, causando la extinción de especies y minando el desarrollo social y económico». «El IPCC ha dejado claro que hay una ventana de oportunidad aún, pero que se está cerrando rápidamente. El mundo necesita aplicar su cerebro colectivo para pensar con perspectiva y trabajar para evitar esta crisis», añade la organización ecologista.
Los científicos responsables de preparar el documento de resumen aprobado el viernes discutieron línea por línea sus 21 páginas con los representantes de los gobiernos en el IPCC. La importante de este ejercicio y su aprobación final, explicó Parry, es que confiere mucha fuerza al informe porque los gobiernos, una vez que lo adoptan como base científica, no pueden eludir su contenido en sus políticas de clima.
A la vista de las conclusiones adoptadas en Bruselas, De Boer planteó la necesidad de fondos para ayudar a la gente a adaptarse a los efectos del clima adverso. «Las fuentes de financiación son insuficientes para cubrir estas necesidades», advirtió. Recordó que en la próxima cita internacional del cambio climático, que será el próximo mes de noviembre en Indonesia, los países miembros de la UNFCCC y de su Protocolo de Kioto perfilarán las medidas de contención de emisiones a tomar después de 2012, cuando acaba el primer período de cumplimiento de éste. De Boer propuso que se aproveche dicha cumbre para que la comunidad internacional se comprometa para actuar ante los problemas de la adaptación.
La reunión de Bruselas terminó el viernes bien entrada la mañana, tras toda una noche de debates. La delegación de EE UU mantuvo durante la reunión un nivel muy alto de exigencia en cuanto a aclarar datos, documentar las afirmaciones y referenciar las conclusiones. Aunque esa estrategia retrasó el avance de la reunión, algunos delegados reconocieron su efecto positivo en el documento final, que resultó mejor argumentado que el borrador inicial. Muchos peros pusieron también China, India y Brasil, los tres grandes países que se espera que asuman algún compromiso de control de sus emisiones en los próximos años.
Fuente: ALICIA RIVERA (El País)