El fallecido trabajaba bajo el sol, en una obra, con una temperatura superior a 40 grados
Un obrero de la construcción de 44 años que entró en parada cardiorrespiratoria cuando trabajaba ayer por la tarde bajo el sol en el municipio ourensano de Toén es la segunda víctima mortal de la ola de calor que se ha venido registrando en los últimos días. El viernes pasado falleció en Murcia otro albañil, de 53 años, también por los efectos del calor. Este primer fallecido ingresó en el hospital murciano con una temperatura muy alta y en coma profundo, tras sufrir un accidente de tráfico.
El fallecido trabajaba bajo el sol, en una obra, con una temperatura superior a 40 grados

Un obrero de la construcción de 44 años que entró en parada cardiorrespiratoria cuando trabajaba ayer por la tarde bajo el sol en el municipio ourensano de Toén es la segunda víctima mortal de la ola de calor que se ha venido registrando en los últimos días. El viernes pasado falleció en Murcia otro albañil, de 53 años, también por los efectos del calor. Este primer fallecido ingresó en el hospital murciano con una temperatura muy alta y en coma profundo, tras sufrir un accidente de tráfico.

El ourensano E. V. R. llegó en ambulancia a las 19.48 al servicio de urgencias del Complexo Hospitalario de Ourense con síntomas de asistolia, hipertermia severa y parada cardiorrespiratoria. Las maniobras de resucitación cardiorrespiratoria que le practicaron en el hospital no dieron resultado. A falta de la confirmación de la autopsia, los médicos establecieron como causa de la muerte un golpe de calor. En Ourense, los termómetros llegaron a marcar ayer 42 grados.

El fallecido comenzó a sentirse mal sobre las siete de la tarde, mientras trabajaba a orillas del río Miño, en las obras de acondicionamiento de un campo destinado a actividades deportivas y a la instalación de una red de alcantarillado y de una depuradora, según informó el alcalde de Toén, Xosé Puga. Respiraba con dificultad y estaba mareado.

Una ambulancia asistencial del 061 lo trasladó a un hospital de la capital, a unos ocho kilómetros. Se encontraba ya en parada cardiorrespiratoria, según informó el delegado de Sanidade en Ourense, Juan Monedero. Falleció sobre las 20.20. «Tenía una temperatura corporal superior a los 42 grados», añadió Monedero, quien advirtió de que «nadie puede soportar temperaturas tan elevadas durante un periodo prolongado con ejercicio físico importante y sin hidratarse». «Se pone en riesgo la vida cuando son situaciones previsibles y evitables», comentó.

Un total de 62 municipios gallegos permanecieron ayer en alerta por las altas temperaturas, y otros nueve en prealerta. La situación empezó a normalizarse pasada la tarde. El pronóstico es de temperaturas en descenso.

Ingresos por deshidratación

En Asturias, cuatro personas necesitaron asistencia hospitalaria debido a los efectos de la ola de calor en la región, según informó el Servicio de Salud del Principado (Sespa). Dos de ellas fueron atendidas ayer con síntomas de deshidratación en el servicio de urgencias del Hospital San Agustín, en Avilés. Las otras dos ingresaron la noche anterior, por el mismo motivo, en el Hospital Valle del Nalón, en el municipio de Langreo.

En los últimos días, las temperaturas en el norte de la Península y en Andalucía sobrepasaron los 40 grados. Ayer fueron ligeramente inferiores, aunque Protección Civil mantuvo la alerta en Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Castilla y León y Andalucía Oriental. La tendencia a la baja se hará especialmente notable en el noroeste. En Galicia se esperan caídas de hasta siete grados. Andalucía, aun así, continuará con temperaturas máximas muy altas : 38 o 39 grados en Córdoba y 37 en Sevilla.


Fuente: EL PAIS