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Por considerar de sumo interés lo que está sucediendo en Venezuela en estos momentos, con la deriva cada vez más descarada del "madurismo" hacia un "reformismo" económico en sintonía con el proyecto desarrollista del capitalismo transnacional, reproduzco a continuación el artículo de Joahn Rivas, de la corriente "socialismo revolucionario" del Comité por una Internacional de Trabajadores (CIT) de Venezuela, publicado en "Mundosocialista, el 23/09.2014, en el que se denuncia esta deriva “reformista” (burguesa) que está dividiendo el “chavismo” y se hace un llamado, desde el campo marxista, a la unión de los revolucionarios para oponerse a las medidas políticas que conducen a la “revolución bolivariana” al fracaso definitivo
Octavio Alberola
La necesidad de una alternativa revolucionaria o la revolución bolivariana definitivamente fracasará
Recientemente se celebró el 3º congreso del PSUV, partido que se postula como el partido de la revolución bolivariana. En sus inicios en julio del 2007, criticábamos el rol regresivo que jugaban sectores de la burocracia y militares asimilados a la gestión de gobierno en la construcción del partido.
La necesidad de una alternativa revolucionaria o la revolución bolivariana definitivamente fracasará
Recientemente se celebró el 3º congreso del PSUV, partido que se postula como el partido de la revolución bolivariana. En sus inicios en julio del 2007, criticábamos el rol regresivo que jugaban sectores de la burocracia y militares asimilados a la gestión de gobierno en la construcción del partido.
Denunciábamos que las imposiciones desde arriba, ignorando a las bases, descalificando, excluyendo a quienes pensaran distinto o se atrevieran a cuestionar las imposiciones, terminarán tarde o temprano degenerando un partido que nacía con una fuerza popular importante, con los triunfos revolucionarios del pueblo y los trabajadores durante los eventos históricos del 2002, 2003, 2004, 2006.
Planteamos también en ese momento que las fuerzas revolucionarias, con tradiciones y programas, teníamos que articularnos para hacer un bloque de fuerza común, para equilibrar la correlación de fuerzas y disputarle la dirección del proceso revolucionario a los reformistas, la pequeña burguesía y el sector de la burguesía oportunista que intentaría tomar el control y llevar por el camino de la derrota la revolución bolivariana.
Siete largos años pasaron de ese proceso fundacional del PSUV y mucha agua ha pasado por debajo de la mesa. Chávez, el líder histórico del proceso bolivariano y líder carismático en el proceso de construcción del PSUV, ya no está. Este hecho y el fracaso de la izquierda revolucionaria, de aprovechar la coyuntura fundacional del PSUV para construir una alternativa revolucionaria genuina, son hoy factores políticos determinante en el giro hacia la derecha que está tomando la revolución bolivariana y en el estancamiento del proceso revolucionario hacia el socialismo.
El tercer congreso del PSUV se desarrolló entonces bajo un coyuntura nacional de profunda crisis de dirección política, tanto del sector de la oposición de derecha como del sector que antagoniza: el bolivariano y el revolucionario. Crisis que se ha expresado en la derecha por sus contradicciones en cuanto al camino a tomar para derrotar al chavismo y sacarlo definitivamente del control político de la administración de la renta del petróleo, (PDVSA), que sigue siendo la gran veta de financiamiento del Estado venezolano y joya de la corona en la disputa inter burguesa.
Esta crisis de dirección, en el campo del chavismo, se está expresando en la incapacidad del gobierno en dar respuestas concretas y estructurales a las demandas y grandes problemas que esta sufriendo la población, sobre todo los trabajadores y los sectores populares. Pero la crisis es aún más crítica en el campo revolucionario, donde la atomización y la fragmentación debilitan y marginan a importante sectores políticos, que, juntos, pudiéramos dar una batalla y retomar el rumbo hacia el socialismo del actual proceso.
Sin embargo, la presión que genero el intento fascista de un sector de la derecha por asirse del poder por la vía violenta en las jornadas de febrero a mayo del presente año, obligó a sectores amplios de las izquierdas a buscar espacios de encuentros e intentos de articulación y construcción de plataformas políticas alternativas: como fueron el CPR (Consejo Popular Revolucionario) y el BPR (Bloque Popular Revolucionario), entre otros. Que tuvo su punto máximo en la extraordinaria marcha obrera y popular del 27 de junio en Barquisimeto, Estado de Lara, donde se está desarrollando una intensa lucha de clase entre trabajadores, burocracia sindical, gobierno nacional y regional, por el control de los medios de producción.
Pero estos primeros intentos unitarios no han resuelto la cuestión de la unidad de la izquierda. Después del complejo primer semestre, donde el gobierno de Maduro se sintió realmente amenazado por la derecha pro imperialista, éste ha logrado estabilizarse una vez que llamó al diálogo con sectores de la oposición de derecha y los empresarios, lo que ha sido denunciado por casi toda la izquierda revolucionaria como un pacto entre el gobierno post Chávez, de carácter reformista, y la derecha capitalista y conservadora que solo le interesa la estabilidad social y política para seguir expoliando las riquezas del país y mantener la explotación sobre los trabajadores en “ paz”. Esta relativa estabilidad parece haber dejado dislocada a la izquierda y al propio sector reaccionario de la derecha, que hoy parece estar derrotado y es un de las causa de la actual división de la coalición MUD.
Pero la relativa estabilidad actual es un espejismo, el gobierno no termina de resolver las contradicciones y no lo logrará con la lógica reformista de llevar el proceso revolucionario desde arriba y con controles sobre una burguesía parasitaria que ya cuenta con tentáculos dentro del aparato de Estado, con una burocracia corrupta que se ha convertido en el cáncer que sigue avanzando en la revolución bolivariana.
La economía venezolana sigue su dependencia casi única del petróleo, el 98% de las divisas son por ingresos de la exportaciones del petróleo, la importaciones en los últimos 3 años han dado un salta vertiginoso, superando los más de 30.000 mil millones de dólares. Cifras del BCV afirman que hay más de 250 mil millones de dólares de capitales en el extranjero, entre capital privado y público. Una ONG británica, sobre estudio de fuga capitales a nivel internacional, afirma que Venezuela es el país con el mayor porcentaje de fuga de capitales de América latina.
El gobierno ha afirmado que en los 15 años de revolución bolivariana se han invertido la colosal cifra de 500 mil millones de millones de dólares en inversión social… Sin embargo, a pesar de que en algún momento hubo un impacto significativo en la mejora de la calidad de vida de los venezolanos más pobres y de la clase trabajadora, hoy es una triste realidad que el país sigue sufriendo los mismo problemas que antes de la llegada de la revoluciona bolivariana.
El gobierno de Nicolás Maduro, se encuentra en una tormenta perfecta, una crisis orgánica está en desarrollo en Venezuela. El panorama no está claro para los próximos años, la crisis internacional del capitalismo tendrá su repercusiones, su desarrollo marcará tendencia en la luchas por venir en el país.
Los últimos meses del 2014 pueden ser de reacomodo de las fuerzas políticas beligerantes para enfrentarse entonces en el 2015 con todas sus fuerzas. Recordemos que el próximo año habrá elecciones nacionales para el Parlamento nacional y éstas pudieran ser un paso más para la derecha en su conquista del poder por la vía “democrática”. En este sentido, la derecha intenta reacomodar sus fuerzas después de la crisis post jornadas de febrero.
El chavismo ya ha comenzado la suya. El tercer congreso concluyó con un respaldo absoluto a las políticas del gobierno de Maduro, lo cual avizora un lucha entre el reformismo que tomó el control definitivo de la revolución bolivariana y los sectores de izquierda revolucionarios genuinos, que, con diferencias, luchamos por un socialismo científico, revolucionario, profundamente democrático.
En el curso de los próximos meses el gobierno estará aplicando políticas económicas que afectarán duramente el ya golpeado poder adquisitivo de los trabajadores. Sus políticas reformistas no van hacia el socialismo sino todo lo contrario. Ellas van a consolidar un fracasado modelo de capitalismo de Estado, en alianza con una burguesía nacional, que industrializará al país y desarrollará las fuerzas productivas, para luego ir a una etapa superior… Todo esto es un perfecto engaño.
En estos tiempos, el capitalismo que está en su fase más salvaje imperialista no permitirá ningún desarrollo de nuevos y posibles competidores del mercado mundial. Esto lo vemos claramente hoy en la guerra económica entre los EEUU, la Unión Europea, Rusia y China, que están en disputa salvaje por conservar sus mercados periféricos y reconquistar otros.
Ante toda esta coyuntura, los trabajadores, el pueblo pobre organizado y las clase medias que empezarán a sufrir el peso de la crisis, tienen que construir sus propia alternativa política, presionar a las orgánizaciones de izquierda que estén dispuestas a luchar por un programa alternativo, para poder superar la crisis y construir una sociedad real de justicia social.
A pesar del complejo escenario internacional y nacional de las luchas, de sus amenazas y debilidades, hay oportunidades y fortalezas que debemos aprovechar. Hay una nueva generación de activistas revolucionarios que se están formando bajo la experiencia de la revolución bolivariana, hacia esa generación que ha visto al chavismo como un referente. Por ello no sólo habrá que tener una política consciente para atraerlos y convencerles a que se sumen, sino que habrá que luchar junto con ellos en su enfrentamientos con las contradicciones de este proceso. Igual situación pasa con una amplia capa de trabajadores. Esto será clave para construir esa alternativa revolucionaria. No será un camino fácil, los vicios del sectarismo e infantilismo de izquierda estarán presentes, al igual que los
oportunismos de la derecha. De hecho ya están manifestándose; pero, una política paciente, consecuente, con confianza en las ideas
revolucionarias del marxismo, necesitará tiempo para triunfar. La humanidad hoy camina por el sendero de lo que ya anunciaba Rosa Luxemburgo: socialismo o barbarie.
Las fuerzas revolucionarias, partidos, corrientes, sectores críticos del GPP, movimientos de base del chavismo que están descontento con la política actual del gobierno, sindicatos y trabajadores en lucha, debemos dejar de un lado los egos, las arrogancias, las mezquindades, etc., y buscar los elementos programáticos comunes para iniciar la construcción de esta fuerza revolucionaria.
La derrota definitiva de la revolución bolivariana no será de su actual dirección, esta no tiene nada que perder, será de los trabajadores y el pueblo que en su momento han colocados su esperanzas de emancipación y cambio en la propuesta política del chavismo. Pero será también una derrota nuestra, como lo ha demostrado la historia de la lucha de clases. De cada derrota de las masas explotadas y oprimidas, viene luego un retroceso y un contra reflujo que costará décadas en superarlo. Saquemos lecciones del Salvador en el periodo del `32 , de Nicaragua de los ´80, de Portugal en el ´74, de Chile ´73. Que la historia no se repita, compañeros y compañeras.
Joahn Rivas
Fuente: Joahn Rivas