La mujer de 31 años que esta mañana murió estrangulada por su compañero sentimental no había presentado ninguna denuncia por malos tratos pero, según familiares y amigos consultados por Efe, se sentía amenazada y tenía miedo ya que quería dejar la relación, pero su pareja no se lo permitía.

La mujer de 31 años que esta mañana murió estrangulada por su compañero sentimental no había presentado ninguna denuncia por malos tratos pero, según familiares y amigos consultados por Efe, se sentía amenazada y tenía miedo ya que quería dejar la relación, pero su pareja no se lo permitía.

Fuentes de la Comisaria de Policía de Torrelavega aseguraron que hasta mañana no darán una versión oficial de lo sucedido, pero sí confirmaron a EFE que la víctima no había presentado denuncias contra su pareja, un invidente de 26 años, que tras estrangularla se entregó voluntariamente.

Los vecinos del piso que la pareja compartía en la calle Joaquín Cayón de Torrelavega les describieron esta tarde como dos personas muy correctas, que aparentemente no tenían problemas, una versión que contrasta con la de la familia de la víctima.

Frente a la Comisaria de Policía se encontraban esta tarde un familiar de la mujer fallecida y una amiga, que relataron a EFE que la víctima no vivía con su pareja desde hace un mes y quería cortar la relación.

Explicaron que la víctima, Amaya P.L., llevaba una temporada con depresiones, porque su pareja no le permitía dejar la relación que mantenían.

Una amiga de la víctima reconoció en un momento de la conversación que Amaya tenia miedo, porque se sentía amenazada.

Las dos explicaron que el presunto homicida de Amaya estaba ciego porque en la adolescencia se había descerrajado un tiro.

Sin embargo, una mujer que vivía puerta con puerta con la pareja relató a EFE que nunca había oído discusiones, ni gritos, aunque reconoció que sólo conocía a la pareja de vista y que su trato se limitaba a saludarse en la escalera.

El propietario de la cafetería situada en los bajos del inmueble donde se produjo el estrangulamiento relató que el presunto homicida iba a su local casi todos los días a comprar tabaco y le definió como un hombre «callado» y «muy correcto en el trato».

Según este hostelero, la víctima le acompañaba algunas veces ; ella se tomaba un mosto y él un vermú.

En esas visitas a su establecimiento nunca detectó que pudiera existir algún problema entre ellos.

Amaya P.L. fue estrangulada esta mañana presuntamente por su pareja, con lo que se eleva a 43 el número de mujeres que han muerto en lo que va de año en el ámbito de la violencia doméstica.

La Policía Judicial ha abierto las diligencias sobre el caso y, según la Delegación del Gobierno, el juez ha decretado secreto de sumario.

La víctima era natural de Hospitalet de Llobregat (Barcelona), pero residía en Torrelavega.