La mujer de Serhane Ben Abdelmajid, "El Tunecino", uno de los siete terroristas muertos el pasado 3 de abril en una explosión causada por ellos mismos en un piso de Leganès, alertó a la Policía de que su marido pretendía suicidarse junto a sus compañeros y les pidió que lo evitaran.

La mujer de Serhane Ben Abdelmajid, «El Tunecino», uno de los siete terroristas muertos el pasado 3 de abril en una explosión causada por ellos mismos en un piso de Leganès, alertó a la Policía de que su marido pretendía suicidarse junto a sus compañeros y les pidió que lo evitaran.

Así lo indicaron a Efe fuentes de la investigación, que añadieron que la esposa de Serhane, una joven marroquí de 17 años, avisó a las Fuerzas de Seguridad despuès de que su marido la llamara por telèfono para despedirse de ella desde el piso de la calle de Carmen Martín Gaite en el que había sido acorralado por la Policía.

LLAMADAS A UN LÍDER ESPIRITUAL

Los terroristas islámico telefonearon también a un líder espiritual encarcelado en Londres para que autorizara el suicidio colectivo cuando ya habían sido acorralados por la Policía.

Según fuentes de la investigación, este líder es el dirigente jordano de la red terrorista Al Qaeda Abu Qatadah Al Falastini, actualmente en prisión en el Reino Unido y al que los terroristas llamaron tres veces, tal y como ha podido comprobar la Policía tras el análisis de las llamadas realizadas desde los telèfonos móviles de los implicados.

Los fallecidos en la explosión tambièn realizaron otras llamadas ese mismo día, algunas de ellas a Indonesia, dirigidas a alguna persona del entorno del ulema Abu Bakar Bashir, detenido por su supuesta relación con los atentados de Bali, perpetrados en octubre de 2002 y en los que murieron 202 personas.

Además, los terroristas se pusieron en contacto telefónico esa misma tarde con un profesor universitario de Túnez, formador de salafistas.

Las fuentes consultadas señalaron que, con todas estas llamadas, los terroristas querían conseguir el «visto bueno» al suicidio despuès de verse cercados por la Policía, que en torno a las 13.00 horas del día 3 de abril tenía acorralados a los supuestos responsables de la masacre del 11-M que se encontraban en el piso de la calle de Carmen Martín Gaite de Leganès.