TV3 celebrará, el próximo 27 de mayo, un programa especial de recaudación de fondos que se destinará a la lucha contra la pobreza y que seguirá el mismo formato de La Marató, que desde hace veinte años recoge dinero para destinarlos a investigación científica. Según información publicada en La Vanguardia de 19 de marzo, el programa, bautizado como "La Maratón por la pobreza", será presentado por los periodistas Antoni Bassas y Agnès Marqués, y tendrá como objetivo movilizar a la ciudadanía para que realice aportaciones económicas que se destinarán a apoyar el trabajo que realizan las entidades sociales contra la exclusión social y la pobreza.

Bajo el lema «que nadie quede en fuera de juego» la iniciativa incidirá especialmente en la pobreza infantil y en las nuevas emergencias sociales derivadas de la crisis económica.

Bajo el lema «que nadie quede en fuera de juego» la iniciativa incidirá especialmente en la pobreza infantil y en las nuevas emergencias sociales derivadas de la crisis económica.

Pienso que una iniciativa como ésta nos ofrece una muy buena oportunidad para plantear algunos aspectos de la dinámica de funcionamiento del sistema capitalista así como de sus mecanismos de legitimación y de algunas de sus posibles evoluciones futuras.

El funcionamiento estructural del capitalismo: más allá del «capitalismo legal»

En el artículo «Apuntes sobre la economía furtiva del capitalismo», incluido en el octavo informe del Seminario de economía crítica Taifa «La estrategia del Capital», se nos explica cómo la dinámica de funcionamiento del capitalismo va más allá de lo que representa el amparo institucional y legal. Más allá de esta esfera legal del capitalismo que los autores llaman «núcleo duro» existe un «núcleo blando», conformado por una serie de actividades que se sitúan en el umbral de la legalidad, la ilegalidad y la alegalidad, con el objetivo de hacer más eficiente el proceso de explotación y por tanto mayor el beneficio que se deriva. Así pues, en un determinado momento, actividades consideradas ilegales, pueden pasar a ser legales según resulte más apropiado para la lógica del beneficio privado, y viceversa. Por ejemplo, la actividad de las Empresas de Trabajo Temporal (ETT) era considerada ilegal hasta que la reforma laboral de 1994 la legalizó. El conjunto de actividades que conformarían este «núcleo blando» lo podríamos dividir en tres: la zona oscura, la zona gris y la zona blanca.

En la zona oscura encontraríamos actividades como el tráfico de drogas, el comercio de armas o la prostitución. Actividades todas ellas entre la legalidad y la ilegalidad según los propios intereses de los inversores capitalistas. Un autora como Saskia Sassen ya hace años que defendía la tesis de que la llamada economía sumergida o informal-o incluso la ilegal-no son una anomalía del sistema, sino más bien elementos estructurales del mismo. Según los datos que se presentan en el informe del Seminario Taifa, el conjunto del producto criminal bruto que conformarían el conjunto de estas actividades se situaría alrededor del 15% del comercio mundial.

En la zona gris, de este núcleo blando, se situarían todas aquellas actividades destinadas a facilitar la evasión de capitales. Aquí encontraríamos desde los paraísos fiscales, actividades financieras legales-a pesar de algunos intentos infructuosos de situarlas en la ilegalidad-hasta todas aquellas dinámicas propiamente legales que facilitan la retirada del capital de su contribución fiscal. Aquí tendríamos todo lo que representan las SICAV, las amnistías fiscales-como la de Rajoy-o las supuestas reformas excepcionales en la normativa impositiva que históricamente se han realizado para atraer el capital internacional. También las que harían falta, entre otros, para captar inversiones como la Eurovegas.

Finalmente dentro del «núcleo blando» encontramos un «zona blanca» que incluiría la actividad perfectamente legal de fundaciones, determinadas Organizaciones No Gubernamentales (ONG), organizaciones sin ánimo de lucro, etc. La función de estas sería legitimar, por activa o por pasiva, la actividad explotadora y agresiva de determinadas empresas así como cubrir la función de legitimación social reservada a las instituciones públicas. Así pues, determinadas empresas transnacionales con una actividad de expolio y explotación permanente sobre el medio ambiente y las personas, al destinar una cierta cantidad de recursos a satisfacer las exigencias de la Responsabilidad Social Corporativa, pueden aparecer ante la opinión pública como merecedoras incluso de recibir financiación de la Banca Ética más naïf.

En la actualidad, el capital, a través de los mecanismos de extorsión social que representan la deuda y las políticas de ajuste, está consiguiendo apropiarse de todo el excedente generado socialmente.Así pues, mientras sufrimos una agresión brutal sobre todo el gasto de carácter social, surgen de la sociedad civil distintas iniciativas que, sin cuestionar en ningún momento la perversidad asesina del modelo causante de esta situación, están dispuestas a buscar recursos entre la población para atender a los más desfavorecidos. Todas estas iniciativas como, «La Maratón por la pobreza», Cáritas o el propio Banco de los Alimentos, sin una denuncia explícita del modelo económico capitalista y del señalamiento consciente de sus agentes ejecutores, financieros, empresarios y políticos, se convierten en el poli bueno de la tortura cotidiana que el funcionamiento del capitalismo representa para millones de personas.

No resulta tolerable que, en sociedades supuestamente avanzadas como la nuestra, tenga que recurrir, de manera vergonzosa para la dignidad humana, a un espectáculo televisivo que apela a la «buena voluntad» de las personas, para resolver las necesidades sociales de aquellas que se ven afectadas por el funcionamiento del capitalismo tal y como es. La sociedad dispone de suficientes recursos, así lo demuestran el FROB (Fondo de reestructuración ordenada de la Banca) o el FAAF (Fondo de Adquisición de Activos Financieros), para creer y caer en esta ignominia. Como dice el dicho, «de buenas intenciones, el infierno está empedrado».

La cosificación de la crisis. La crisis como objeto

El mecanismo es muy sencillo, se trata de generar un objeto ya éste, atribuirle toda la responsabilidad de los males y las penurias que sufrimos. Cuántas veces hemos oído en los últimos tiempos afirmaciones como: «Crece el número de suicidios debido a la CRISIS económica» o bien, «el paro generado por la CRISIS económica». En definitiva la «CRISIS» como responsable de la brutal situación de agresiones y deterioro social que padecemos. Y ahora veremos como la Maratón s’acarnissarà con la maldita y terrible crisis que, según el discurso dominante, es la causante de la pobreza tal y como se afirma en la misma web de TV3: «Ante la evolución de la crisis y cómo está afectando nuestra sociedad, TV3, Catalunya Radio y la fundación La Marató de TV3, llevan adelante una acción excepcional: La Maratón por la pobreza «.

Esta forma de proceder, muy bien explicada por Marx en la teoría del fetichismo de la mercancía, nos demuestra como una de las características de la dinámica de funcionamiento del capitalismo es atribuir a los objetos funciones y responsabilidades causadas por el conjunto de las relaciones sociales que conforman la dinámica del capitalismo. Así pues, si conseguimos deshacernos del fetiche, veremos que la crisis no es más que la expresión del funcionamiento del capitalismo, no es un cuerpo extraño, fantasmagórico y perverso, que como la Bruja Avería de la «Bola de Cristal» se pasa el día proclamando a derecha e izquierda aquello de «Viva el mal, Viva el capital», «Viva la injusticia Social».

Atribuir a la crisis la responsabilidad de la situación social que vivimos no es más que un bonito truco de huida de todos aquellos que rehuyen decir las cosas por su nombre y aceptar que el modelo de sociedad en que vivimos es un modelo injusto donde cada vez una parte mayor de la población es rechazada de los mecanismos de integración, sobre todo el trabajo asalariado, que permiten conseguir los recursos para satisfacer las necesidades materiales fundamentales.

En un capitalismo ahogado por sus contradicciones internas, que le han llevado a una situación de sobreproducción, hay que entender la agresión social que estamos sufriendo como un claro intento de conseguir beneficios mayores a partir de apoderarse de todo el excedente posible. Mientras tanto, se avanza en la transición hacia un capitalismo sin derechos sociales con unos menores niveles de crecimiento y por lo tanto, teniendo en cuenta la capacidad productiva, con mucha menos población integrada en su funcionamiento. Así pues la sociedad del futuro pasa por la reconfiguración de un capitalismo más agresivo, explotador, sin derechos sociales y mucho más excluyente.

La democracia flexible. Las nuevas formas de pseudoparticipació

George Soros, este filántropo de los mercados finanzas, ya afirmaba en 1996 que los «mercados votan cada día, obligan a los gobiernos a adoptar medidas ciertamente impopulares pero imprescindibles.Son los mercados los que tienen sentido de Estado «.

Hoy, ni el más incrédulo duda del cumplimiento, punto por punto, de la sentencia del filántropo. En nuestro ámbito más cercano hemos visto como el artículo 135 de la constitución española se modificaba, sin ningún debate público, para consagrar al más alto nivel legal, la obligatoriedad del control del déficit. A día de hoy el sector financiero dominante, coloca sin rubor a sus representantes en las altas instancias de los gobiernos europeos. Y vemos como cada día las sociedades de todos los Estados europeos bailan al compás de las agencias de calificación y de su hit la «prima de riesgo». Ya no hay duda de que las decisiones relevantes para la dinámica del funcionamiento actual de la sociedad están absolutamente fuera del control de la ciudadanía. La democracia ha muerto! (Si es que nunca había estado viva).

Ante una ausencia tan relevante y sentida, en cuanto a la legitimación del funcionamiento del capitalismo, sólo queda apelar a los sucedáneos para mantener vivo el espíritu de la participación ciudadana. La democracia queda reducida a votar cada cierto periodo de tiempo para consagrar la alternancia en la gestión del mismo modelo, animar a nuestro querido equipo de fútbol en un afán eventos de identificación colectiva transclassista y sobre todo nos queda participar en eventos como el que nos propone la Maratón por la pobreza. Una propuesta de autoorganización de la ciudadanía animada por el star system del espectáculo televisivo con un fin social nada despreciable y sobre todo noble: ayudarnos entre nosotros. Eso si, sin criticar ni atrevernos a denunciar un modelo de sociedad fracasada.

Espectáculos como la Maratón de la pobreza sirven para refugiarnos en la falsedad de un discurso de solidaridad social que detrás del show televisivo legitima el ascenso de un modelo de sociedad que se aproxima peligrosamente al fascismo, y donde por ejemplo se niega la atención sanitaria a las personas sin papeles. Esta es la realidad!

José Manuel Busqueta es economista y miembro del Seminario de Economía Crítica Taifa. Artículo publicado en la web del semanario


Fuente: Josep Manel Busqueta